Post de Francisco Ruiz Beltrán. Un lujo.

Llega Mourinho a España y con él crece la expectación por la figura del entrenador, una figura al alza desde que Pep Guardiola se hizo cargo del Barcelona. Aun así, la incultura futbolística de muchos periodistas hace que hablen mucho y digan pocos y que todos los comentarios tengan como intención persuadir al lector y no informar. En Barcelona se vende al prepotente maleducado, en Madrid al ofensivísimo mejor entrenador del mundo y curioso que todos digan que llega con todo su equipo de ayudantes. Con su preparador físico, con su 2º entrenador, con su entrenador de porteros… ¡pero si Mourinho no tiene preparador físico!

Del entrenador portugués se destacan sus celebraciones post victoria y sus ruedas de prensa pasadas de tono, pero el personaje va mucho más allá y aunque no hablamos de un revolucionario sí que hablamos de un hombre con ideas claras, liderazgo e inteligencia. Más allá del estilo de juego de sus equipos, la capacidad de crear conjuntos a su imagen y semejanza y dirigir grandes estrellas que siempre dan la cara por él demuestra su repertorio.

El entrenador del siglo XXI evoluciona y los equipos, como bien dice el portugués, deben girar en torno a su figura, pero para ello se necesitan técnicos competentes con todo bajo control.

Lo primero que debe hacer un entrenador cuando llega a un equipo es escoger un modelo de juego adecuado a las características de los jugadores y de la Liga. Según este modelo, unos sistemas de juego para desarrollar tal modelo. Y a partir de ahí, entrenar, entrenar y entrenar. Y diálogo, diálogo, diálogo.

El entrenador debe ser un líder de vestuario, no vale hablar por hablar, sus palabras deben ser claras, concisas, muy directas. Hay que ser humano y cercano y dar confianza a quien trabaja. Las “charlas” deben ser breves, pero constante. El jugador debe comprender y creer en lo que hace y tampoco está de más organizar mini reuniones individuales de no más de 10 minutos en el entrenamiento pre partido. Los jugadores deben saber que se espera de ellos para poder estar a la altura de las expectativas. Además, un líder debe cohesionar y trabajar en la unidad, en la creación de un equipo como familia y no como muchos entrenadores, ser temido por los jugadores, anular su talento creativo o su confianza y crear conflictos nacidos de su nerviosismo.

Los entrenamientos tienen un objetivo fundamental. Trabajar el modelo de juego de manera profunda, guiar al jugador y dibujar un contexto en el que sea fácil resolver situaciones. El entrenamiento debe ser global, trabajando todos los elementos en uno y antes de un partido el jugador ya debe saber cómo actuar en cada momento, cuándo buscar la falta táctica, cuándo replegar, dónde iniciar la presión, etc. Y el equipo debe potenciar la individualidad con su juego de posición. Un equipo que juega “donde” quiere siempre tendrá más fácil jugar bien.

Otra tarea fundamental en el fútbol de hoy es el análisis pre partido. Es más, el entrenamiento durante temporada debe estar orientado por ese análisis. Saber cómo juga el rival, como frenarlo y como atacarlo por donde más le duele es la clave porque en el entrenamiento trabajaremos justo estas cosas.

Por todo esto, José Mourinho es un gran entrenador y por todo esto, Pep Guardiola es un gran entrenador. Y por todo esto, los aficionados españoles somos unos afortunados. Y es que para mí, estos son verdaderos parámetros para juzgar la calidad de un técnico. Luego está el debate del estilo, quién juega mejor, quién lo hace más bonito… Para mí, jugar bien es desarrollar en el campo lo que trabajas en el entrenamiento. Saber ejecutar tu modelo de juego. Y eso los equipos de Mourinho y el Barcelona de Guardiola, lo hacen a la perfección. Y el objetivo, por supuesto, ganar.

El entrenador es un empleado del club que es contratado y juzgado en torno a los resultados, no en cuanto a la estética. Es más, el Barcelona de Guardiola, es mucho más que estético, el Barcelona de Guardiola es grande porque su modelo de juego anula el del rival, porque su presión es asfixiante, porque su circulación de balón es rapidísima y porque el equipo consigue hacer más grande a sus grandes jugadores. El equipo trabaja para jugar de una manera y lo consigue.

Este año, frente a frente, dos de los grandes entrenadores del mundo en dos de los grandes equipos del mundo. Mucha suerte a todos. Otro día, puede que haya análisis del Madrid que se avecina. Hasta entonces, tenéis los artículos de Trouro, al que una vez más, le agradezco la oportunidad de tener un sitio en el que escribir con total libertad.