Encuentra las diferencias

Este post es de Luis Prado. Profesional del mundo del deporte, entrenador titulado, colaborador radios deportivas. Su web.

Mucho se viene hablando últimamente de la cantera barcelonista, últimamente más en concreto de un jugador que hace poco ha deslumbrado en el europeo sub-21 y que en Can Barça ya lleva tiempo dando que hablar.


Se trata de Thiago Alcántara, hijo de Mazinho y que desde enero es, de pleno derecho, jugador del primer equipo barcelonista.


Últimamente y desde los rumores de la llegada de Cesc al Barcelona se cuestiona el papel que tendrá Thiago si esto ocurre. Filtraciones de que se quiere ir si viene Fábregas, de que su sueño no es triunfar en el Barça, de que son incompatibles, etc., etc. ¿Pero realmente es así? ¿Son incompatibles Thiago y Cesc? Y si lo son, ¿quién debería estar y quién no?


Vaya por delante que creo que los jugadores buenos siempre tienen un sitio en los equipos y más si su intención es la de aportar y sumar al grupo. En contra de la presunta corriente que aboga por la no incorporación de Cesc debido a la eclosión del “fenómeno” Alcántara, soy de la opinión que Cesc no solo es necesario sino que, bajo mi punto de vista, es imprescindible.


El Barça gira en torno a una figura, la figura del 4. Ahora y desde hace años, esa figura es Xavi, jugador insustituible donde los haya pero que, lamentablemente, no va a durar para siempre. Frente a esto, el único jugador en el mundo capaz de llenar el vacío del de Terrasa es, para mí, Cesc Fábregas. Por concepto “Masía”, por dirección de juego, por técnica, por táctica y por ser capaz de asumir el rol de director de orquesta al más alto nivel, porque encajaría a la perfección en un vestuario que le conoce sobradamente y porque muy listo como para saber que el dueño absoluto del puesto es Xavi, que la temporada es lo suficientemente larga (6 competiciones de lo más exigente + Eurocopa) y él lo suficientemente joven como para ganarse su lugar por muchos años.

Además de todo esto, su fichaje eliminaría de cuajo muchas opciones de otros clubs, incluido el Real Madrid, rival directo del Barcelona en España y Europa. En el, quizás único talón de Aquiles del equipo blanco, el centro del campo, en donde Xabi Alonso no adopta exactamente esa misión de “creador” sino que está más enfrascado en destruir que en crear, ahí es donde Cesc aportaría equilibrio y sería una amenaza real para los intereses culés. Hay opciones varias, Borja Valero, Gourcuff (opción muy personal), etc., pero Cesc es, sencillamente, diferente. Si se ficha, se eliminaría la “opción Madrid” y se garantizaría que el modelo Barça perdura y durante muchos años más.


Analicemos al hispano – brasileño – italiano: Thiago puede jugar de 4 pero no es un 4 y no es un 4 por muchos motivos: es un finalizador, un jugador de último pase, un jugador con la magia y la explosividad perfectas para mostrarse allí donde se definen las jugadas, en los últimos metros; pero no es un metrónomo, no es un jugador que sepa medir los tiempos de cada partido, leerlos, ser paciente (empezar y volver a empezar) por no hablar de trabajar en la recuperación, de no perder el sitio o la posición, de no “dejarse ir” en los partidos. Parecería, dicho así, que Thiago es un jugador mediocre, nada más lejos de la realidad, pero es un jugador aun por hacer, con un talento infinito, pero aun por desarrollar. Por eso me sorprende esa intención de llegar y creerse con la capacidad de desbancar a los Messi, Pedro, Villa, etc. Creo que tiene que trabajar en la humildad más que en la recuperación de balones. No nos olvidemos que Giovanni iba a comerse el mundo, que Assulin era el próximo Messi y que tantos otros, se quedaron por el camino.


Demos tiempo a los buenos vinos para que reposen y no olvidemos lo que le “gustan” a Pep los jugadores de este perfil “yo y yo y después yo”, los Eto´o, los Ibrahimovic y cía.


Guardiola se ha ganado el margen de confianza, Thiago aún no. Pero todo se andará.


¿Seguimos buscando las diferencias?