LO QUE VES ES LO QUE SOY

El Fútbol Club Barcelona y el Athletic Club de Bilbao protagonizaron el año pasado algunos de los duelos mas potentes, y sobre todo visuales, del curso. La verdad es que no era para menos, ya que por un lado estaba el conjunto dominador de los últimos años, que además se encontraba en plena transición de juego y de sistema, y por el otro un conjunto bilbaíno que trasmitía aire fresco, descaro y alegría. El motivo para este cambio de mentalidad (aparte del de estilo) se debía sin ninguna duda al genio que había cogido ese año las riendas del equipo: Marcelo Bielsa.

El entrenador argentino, a medida que diseñó un equipo histórico, fue creando un conjunto que hacía mucho daño a la escuadra culé. No es que fuera este el objetivo, ni mucho menos, pero la concepción que tiene del juego y que buscó aplicar en los leones es directamente proporcional a las situaciones que más daño le hacen al Barça, sobre todo al de Guardiola: limitación de la pausa buscando la transición continúa, intensidad, gran despliegue físico, marcas pares… Sin embargo, los culés que también tenían otro genio en el banquillo que no dudaba en adaptarse y meterse en el fango en estos duelos, lo que producía un gran espectáculo para el espectador. El primero de ellos, bajo una intensa lluvia en San Mamés, fue sin duda uno de los partidos de la Liga, una lucha entre dos titanes, con un mar de cambios y ajustes tácticos y donde los 22 jugadores dieron todo para completar una actuación fantástica. En el 2º duelo, el disputado en el Camp Nou, volvimos a ver otro duelo parejo entre los dos equipos, siendo esta vez Bielsa el que mas se ajustaba al Barça planteando una defensa flotante para detener a Messi. A pesar de la derrota no se podía hablar de fracaso de su entrenador y si de otro gran espectáculo lleno de contenido táctico y de disfrute para el aficionado de este deporte. Por último, la final de copa, un partido inmenso por parte del Barça para despedir al que fue el mejor técnico de su historia y empezar así una nueva etapa. Lo que no esperábamos era que ese partido iba a suponer también un final de fiesta para el conjunto bilbaíno.
Esta temporada Barça y Athletic son conjuntos bien diferentes. Los culés, una vez Tito cerró la etapa de ordenación tras el caos, vuelven a ser un conjunto fuerte y dominante, aunque sin llegar a la excelencia visual y técnica de la etapa anterior. Por su parte los leones, y en especial su técnico, parecen haber perdido el duende que tenían la anterior temporada. La mayor prueba de ello es que El loco en los días previos a este partido ya no salió en ningún reportaje de prensa hablando de sus similitudes con el fútbol del Barça, mientras que las noticias extradeportivas negativas son casi el pan de cada día para la parroquia bilbaína.
Pero los Barça-Athletic siempre son especiales y cargados de goles y hoy no fue una excepción aunque, para alegría de los amantes del Barça, solo fue el conjunto culé el que contribuyó a que el partido de esta noche siguiera los guarismos que marca la tradición. Bielsa seguro que hubiera matado porque este partido se disputase simplemente un mes y medio antes, cuando el FCB presentaba más puntos que sensaciones. De haber sido así, el plan que dispuso hoy hubiera tenido mas sentido y hubiera sido mucho más efectivo. Hace tan solo mes y medio el equipo de Vilanova seguía siendo rígido, con dos extremos abiertos, un doble pivote en salida siempre presente y todo dispuesto para que Messi ejecutase. Con semejante disposición, las marcas al hombre bielsianas hubieran tenido cierto efecto. Sería una simplificación de la tarea defensiva para los leones. Marcas pares, tener delimitada tu zona de influencia defensiva, y todo esto ayudado porque el rival apenas permuta y apenas varía su disposición. Pero, para desgracia del entrenador argentino el partido se disputó hoy, en diciembre, y el Barça es otra cosa completamente distinta.
Como era de prever, el líder de la Liga española una vez superado el escollo del Real Madrid en el calendario liguero, rompió a jugar. Desde ese momento se abandonó la rigidez táctica y el buscar espacios por sistema al crack argentino, evolucionando hacia algo mucho mas rico y fluido, donde todos los jugadores ganan en cuota de importancia multiplicando así el peligro y las caras del equipo blaugrana. El mejor ejemplo de ello es Iniesta en la banda ya que es un jugador nuevo de mayor peligro, supone la ruptura de los extremos fijos y permite la posibilidad de que él, Cesc y Xavi se junten en el once y en parcelas cercanas en el campo. Esto fue lo que ocurrió esta noche en el césped del Camp Nou, y para mayor desgracia de Bielsa, lo hicieron con una fluidez que aún no se había visto esta temporada. La disposición era la siguiente: Iniesta partiendo desde la izquierda, Pedro haciendo lo propio por la derecha, Fàbregas más cerca de Messi que lo que acostumbró en las últimas ocasiones y a la espalda de estos un Xavi y un Busquets muy dinámicos. Pero esto solo fue sobre el papel, lo que ocurrió en el campo fue un baile de posiciones en el que participaron todos los cracks blaugrana y que les llevó a firmar el partido mas vistoso, lúdico y mejor de lo que va de temporada.
Tito, sabiendo (que no adivinando) lo que iba a plantear Bielsa preparó al equipo para que jugara con la mayor movilidad de la temporada. Para empezar, Iniesta tan pronto abría campo por la izquierda como se soltaba para tirar la diagonal hacia el área, más con balón que sin balón. Esto traía un doble efecto: por un lado le daba toda la banda izquierda para que Jordi Alba volviera a jugar de lateral-extremo, siendo él el encargo de la amplitud por la izquierda; por otro lado juntaba al genio de Fuentealbilla con Cesc que se desenvolvió de doble falso 9 junto con Messi, y al propio argentino. No solo esto, sino que Xavi se soltó definitivamente abandonando muchas veces la base para lanzarse hacia el área. Este movimiento del de Terrasa con Busquets por detrás produjo muchas veces una formación de 1+4 con los cuatro pequeños genios juntos, pero otras veces conllevó movimientos en cadena como que Cesc o el propio Messi diesen dinamismo a la jugada por detrás del hoy capitán blaugrana. Este baile sin fin, destrozó a un desafortunado Ramalho que dudó toda la noche entre cerrar a Iniesta, seguir a Cesc o proteger su banda de Jordi Alba, pero además de eso causó problemas de ocupación de espacios en el centro del campo y en las marcas de los centrales, lo que facilitó las primeras ocasiones de gol, siendo algunas transformadas.
El Barça no se quedó simplemente en esto, sino que le dio la oportunidad a Pedro de dejar la banda en varias ocasiones, sobre todo cuando Messi se retrasaba y que hacía que el equipo a veces atacase con dos delanteros (o dos jugadores centrados) siendo Cesc y el tinerfeño mientras que el 10 blaugrana lanzaba por detrás. Además consiguieron cargar muchísimo el área con esta libertad del 17 más la llegada de Xavi: fue habitual en varias ocasiones del partido que Alba o Iniesta llevaran el balón a un área ocupada por uno de estos dos más Fàbregas, Messi, Xavi y Pedro. Indefendible para el Athletic Club de Bilbao. Todo esto además fue ejecutado con un gran dinamismo e intensidad por parte del líder de la Liga española, que por otro lado dominaba desde los primeros metros. Esto no es novedad ya que como anunciamos en la previa, Bielsa no iba a buscar al Barça muy arriba, lo que consiguió que Piqué volviera a lucirse una vez mas contra los bilbaínos además de ser muy vistoso e importante con balón. No solo él, sino que Mascherano aún pudo animarse con alguna conducción hasta campo contrario, también Busquets que no solo presionaba arriba sino que también iniciaba abajo (incluso con algún atisbo de Lavolpiana en algunas ocasiones) y Adriano estaba muy libre para seguir mostrando la importancia que le da Tito a los laterales, además de su gran estado de forma que rubricaría con un gol, el tercero de la noche. El Barça mostrando un juego muy coral, donde todos los jugadores de campo atacaban, enseñando lo que es el conjunto de Vilanova: me da igual que me ataques e incluso me marques, porque yo voy a atacarte y marcarte mas que tú a mi.
La segunda parte se inició con dos cambios, uno por equipo y los dos con cierta incidencia. El Athletic de Bilbao incorporó a Llorente, y aunque no fue una revolución si que supuso un foco para los bilbaínos, que además aprovecharon los espacios que concedía el Barça para atacar un poco mejor y más continuo, aunque sin más importancia. Por su parte Tito decidió que Iniesta empezase la segunda parte de interior zurdo y Cesc de delantero. En realidad era que el de Arenys siguiera de atacante, aunque mas enfocado a la derecha y el 8 en el centro del campo. Sea como fuere el equipo siguió muy bien, triangulando y combinando mucho en el centro del campo, dominando continuamente en campo contrario y Fàbregas por su parte, en su nuevo rol algo mas escorado a la derecha pudo anotar el tanto que rubricaba su partidazo. Uno más esta temporada, y van…
El partido acabó dando tiempo al Athletic para estrenar su marcador y a Messi para quedarse a tiro de piedra del record de Muller. El conjunto de Bielsa demostró una vez más que su proyecto está agotado y que el que no tuvo la oportunidad de disfrutarlo el año pasado se lo habrá perdido para siempre: el conjunto maravilloso que fue el curso pasado ya no va a volver. Por su parte el Barça, tras un inicio de temporada muy rígido, pragmático y poco brillante, ha demostrado que definitivamente ha llegado. Este es el conjunto de Tito Vilanova, con todas las consecuencias.