NUEVO AÑO, VIEJAS SENSACIONES

El Milan de Allegri regresó a la competición en el nuevo año tras unas Navidades muy movidas y con un mercado invernal que aún no ha terminado ni parece haber dado las últimas noticias en cuanto a entradas y salidas. El movimiento más llamativo hasta ahora ha sido la venta de Alexandre Pato por 15 millones de € al Corinthians. De esta forma, el otrora prometedor talento brasileño vuelve a su país a la temprana edad de 23 años. Por el contrario, el que parece ahora mismo más dentro que fuera es Robinho, por el que no hay acuerdo en materia económica para ser también traspasado a Brasil. Todo indica que permanecerá en Milanello hasta junio. En cuanto a los rumores de posibles llegadas, el que más entusiasma es Javier Pastore, centrocampista ofensivo del PSG que ya jugó en Serie A (Palermo) y que no está cumpliendo con las expectativas en la capital francesa.

El conjunto lombardo, que había sido claramente derrotado en la capital antes del parón vacacional en un partido en el que repitieron el patrón de toda la temporada, saltó a San Siro para enfrentarse al colista Siena, a priori un rival más que propicio para recuperar sensaciones y confianza al término de la primera vuelta. Para ello, Allegri alineó un 1-4-3-1-2 con alguna novedad en defensa debido a las bajas (Yepes, Bonera) y la suplencia de Antonini. Abate y Constant ocuparon los laterales; Acerbi y el canterano De Sciglio fueron los centrales. En el centro del campo Ambrosini como ancla, Nocerino interior izquierdo y Montolivo en derecha. Arriba KP Boateng de mediapunta por detrás de El Shaarawy y Pazzini, que partían de posiciones exteriores (izquierda y derecha, respectivamente).
El Siena es un equipo con muchos problemas -reciente cambio de entrenador incluido- y no adoptó una postura demasiado valiente pero tampoco excesivamente conservadora. Se limitó a defender en zona, suficiente para crear muchos problemas al conjunto de Allegri. Y es que la salida de balón en el Milan es un drama. No sorprende aunque roza lo cómico, ver a Ambrosini intentando la lavolpiana con los centrales bien abiertos, pero realmente no es ninguna solución. Es más apariencia que realidad ya que no está preparado para ello. Así que la salida más natural intentaba lograrse por Constant, mucho más disciplinado y correcto que el irregular Abate o, más aún, en largo buscando a KP Boateng. Sin embargo, el ghanés no inicidió en toda la primera parte, igual que los inadvertidos interiores locales. Como resultado, el Milan tendió a la separación de líneas y a un ataque caótico, que solo vio la luz cuando el balón, por esas casualidades del juego, alcanzaba la bota de El Shaarawy en izquierda. Desde ahí, en un par de arrancadas logró crear todo el peligro en los primeros 45’. La otra vía de peligro a la que intenta agarrarse el equipo rossoneri es a balón parado, circunstancia con la que paliar cualquier déficit en el juego.
Tras la reanudación, el partido pareció subir una marcha, especialmente gracias a, cómo no, El Shaarawy. Con ya algo más de ritmo y velocidad sobre el verde tapiz, Allegri decidió dar entrada a Bojan por un desaparecido Nocerino y cambió el esquema a 1-4-2-3-1 formando un doble pivote con Ambrosini y Montolivo y dejando una línea de tres MP por detrás de Pazzini: Il Faraone en izquierda, Bojan por el centro y KP escorado a la derecha. Acto seguido, paradón de Abbiati a tiro de Rossina que enerva al escaso público de San Siro. Entonces el Milan empieza a generar algo de fútbol con Bojan recibiendo por dentro y un Boateng que se siente más liberado partiendo en banda. Desde ahí puede disfrutar en su anarquía y acaba asistiendo a Bojan para el 1-0 con un preciso centro. Cabezazo inapelable del de Linyola a los 10 minutos de entrar en el campo. Poco después, Pazzini provoca un penalti bastante riguroso de Felipe y él mismo se encarga de poner el 2-0 en el marcador.
Sin embargo, no llegaría la tranquilidad definitiva para la grada ya que Paolucci logró recortar la distancia en el marcador en las cercanías del 90. El conjunto toscano empujó hasta el final más por demérito local que por juego, pero ya no había margen suficiente de tiempo para empatar.
En definitiva, tres puntos para el Milan que se coloca séptimo a 5 puntos de Europa con la primera vuelta ya recorrida. Viejas sensaciones en el nuevo año y apenas un halo de esperanza en los pies de Bojan, algo que se antoja insuficiente para un colectivo que necesita mucho más si quiere pisar puesto de Champions y ya no digamos plantar cara al Barça. Porque a día de hoy, parece algo quimérico dar alguna opción a los de Allegri en los octavos de final.