ABIDAL SE GANÓ LA PORTADA

Partido gris en el Camp Nou. El Barça se presentó con una alineación de circunstancias, como viene siendo habitual por los partidos de Champions entre semana y porque la Liga está al caer. En el encuentro de ayer se enfrentó ante un Levante que pasa por su peor momento de juego de la temporada ya que no ha logrado paliar la baja de Martins pero, como siempre, saltó al campo con desparpajo, decidido a plantar cara y puso en muchos problemas a un Barcelona falto de inspiración colectiva.

El Levante de José Ignacio Martínez es el equipo de primera división que más cómodo vive defendiendo cerca de su área: planta dos líneas de cuatro bien juntitas, cierra pasillos interiores y espera a que el rival mueva ficha para intentar derribar la muralla. A su vez, el Barcelona salió con un dibujo asimétrico en el que destacaba la presencia de Villa como falso extremo derecho. El asturiano cerró en exceso su posición y el equipo acusó una falta de amplitud evidente, ya que Alves nunca aprovechó el carril libre que habilitaba el ‘7’ y ahí el Levante vivió como pez en el agua: defenderles era más fácil.

Ante un equipo que defiende con tantos hombres por detrás del balón no se aprovechan las dimensiones de todo el terreno de juego, mal vamos. En la otra banda, Tello vivía sobre la línea de cal y no permitía la entrada de Montoya- que ejercía de cierre-, dificultando la aparición de superioridades numéricas sobre ese costado. En el centro, un desubicado Cesc volvió a reinterpretar la posición del falso ‘9’, pero nunca se entendió con Villa ni con los centrocampistas.

Tras unos primeros diez minutos muy espesos, Iniesta cogió el mando de operaciones y, en una internada dentro del área, fue objeto de penalti. El encargado de lanzarlo fue Villa, pero Navas le adivinó la intención y el asturiano falló. Tras esa acción, el Barça intentó derribar la muralla granota al ritmo de un voluntarioso Iniesta, pero concretó pocas ocasiones debido a la lenta circulación de la pelota.

En la segunda parte, el Barça acusó el ritmo bajo del partido y llegó aún menos a puerta. Iniesta, completando los 60 minutos de rigor, fue sustituido por Xavi y Thiago y Tello dieron entrada a Pedro y Alexis. Ambos futbolistas, que se presuponen titulares en Múnich, activaron los costados y de una acción del chileno nació el único gol del partido.

El canario había entrado antes y había completado unos buenos minutos en la banda derecha, conectando con Xavi entre líneas y habilitando el carril para las subidas de Dani Alves quién, a diferencia de la primera parte, estiró el campo para abrir el incómodo sistema defensivo del Levante. Luego, ya con Alexis en el campo, Pedro pasó a la izquierda y el chileno, en una acción de mérito por la banda derecha, conectó con Cesc: el ‘4’ recibió, armó la pierna para chutar y marcó.

Más allá de un partido en el que se pueden extraer pocas conclusiones en cuánto al juego, lo más destacado fue, sin lugar a dudas, Eric Abidal. No sólo tiene poco el francés con su regreso a los terrenos de juego, sino que además es capaz de emocionarnos con su actuación de ayer. Templado y sereno, parecía incluso que iba sobrado de capacidades para que el Levante no diera problemas en ataque. 
Partiendo del central zurdo, se anticipó a todas las acciones, cortó cualquier intento de ocasión y salió jugando como pocos pueden hacer. Cierto es que el rival le exigió muy poco en tareas defensivas, pero es que el francés jugó los 90 minutos y daba la sensación de que podría haber jugado 90 más si se lo proponían. Por primera vez en mucho tiempo, el francés se ganó la portada por motivos única y exclusivamente…futbolísticos.