BARÇA VS BAYERN: FORTALEZAS Y DEBILIDADES LÍNEA POR LÍNEA.

La juventud del Barça de Pep fue un gran temporal y sus destrozos cambiaron para siempre el fútbol contemporáneo. Ahora que vivimos el otoño aparente de su tiranía y algunas certidumbres se tambalean,  regresan preguntas enterradas hace mucho tiempo. ¿Se acuerdan ustedes de aquellos años en los que Xavi e Iniesta “no podían jugar juntos”? ¿Y de la inevitabilidad del nueve puro? ¿Se acuerdan del equilibrio entre “creación y destrucción”? El hecho innegable de que tales cuestiones son pertinentes es síntoma de una enfermedad a la que el Barça esquivó durante casi un lustro: la normalidad. Por primera vez en varios años toca analizar un gran partido desde la inferioridad manifiesta, tanto en el juego como en lo psicológico. Aún así, es pronto para afirmar sin remilgos que la tormenta ha pasado; esta generación de jugadores es tan grande que flota en el ambiente la sensación –ilógica, en realidad- de que la más leve brisa podría desatar terribles tempestades.

Decía nuestro compañero Jacobo “Cerdido” que el 4-0 del Allianz de Arena cerraba un ciclo. Sin duda fue así en lo relativo, pero yo no sería tan categórico en lo absoluto. El partido del Miércoles aún pertenece a este ciclo y puede revertir la tendencia al agotamiento. Si se consigue competir con dignidad, si se supera al Bayern a partir del juego, esta generación, que va a ganar su cuarta liga en cinco años, recibirá un espaldarazo moral sobre el que se podrá reconstruir la hegemonía para el próximo año.  En unas semifinales de Champions hay muchas cuestiones que trascienden la pura clasificación y que inscriben dinámicas en un club tan profundas como las que pueden surgir de una victoria. La Champions de 2012 no hizo al Chelsea más fuerte, ni al Inter de Milan le hizo más fuerte la que logró en 2010. Perder con gloria es más importante que ganar desde la inferioridad manifiesta.
Empecemos por recordar lo que ocurrió en el partido de ida. Siguiendo el análisis de Cerdido podríamos resumir en tres los problemas básicos que condenaron al Barça frente a un Bayern de Munich que ni de lejos tuvo su mejor actuación de la temporada. En primer lugar, una cuestión que viene de lejos: la posesión del Barça basó todo en la técnica sin perseguir la agresividad. En segundo lugar, y causa individual del problema estructural, Xavi no podía imponerse más allá de la línea del medio campo. Por último, lo evidente: Messi no estaba y, aún peor, ningún atacante dio un paso al frente.
Varias cosas han cambiado y probablemente la vuelta sea un partido bastante diferente. Pretendía hacer un 1vs1 sencillo, al estilo de los que hacen en la prensa convencional, pero la paliza sufrida en el Allianz Arena me trastoca un poco los planes. Tiene poco sentido analizar, a día de hoy, qué jugadores ofrecen más garantías en cada zona del campo. Si somos sinceros, solamente Valdés, Piqué y Alves están en un momento de forma similar al de los jugadores del Bayern y aún así los dos últimos perderían respecto a su par.  Creo que será más productivo, y facilitará los comentarios, que analicemos los enfrentamientos por bloques, para poder incluir así las posibles variantes.
Un último apunte. Por cuestiones de claridad no voy a distinguir entre transición y posicional, aunque en principio parece obvio que gran parte de los ataques del Bayern serán lanzados y los del Barça en estático.
La defensa del Bayern contra el ataque del Barça

Hemos de suponer que el Bayern repetirá línea de cuatro con Lahm, Boateng, Dante y Alaba, por más que Jerome Boateng fuera titular en la jornada de liga contra el Friburgo. La ida en el Allianz apenas nos dejó pistas respecto a las debilidades de esta línea defensiva, que no fue casi exigida. Sí que hubo una jugada interesante, en la que Pedro lanza un pase que Messi no convirtió gracias a que Dante desvió mínimamente la pelota.  Lo llamativo es que no había ningún otro jugador del Barça interviniendo en la acción. Esto nos indica una de las poquísimas debilidades significativas del Bayern de Munich: el espacio que queda entre los centrales y los interiores. Y por eso actúa Boateng, un anticipador muy notable, mejor que Van Buyten por condiciones e intensidad, pero al que se le recuerdan algunos déficits de atención. A diferencia del partido de ida, hoy sí que juega Messi, y la espalda de Javi Martínez y Schwensteiger puede ser un problema importante.
Esa parece ser la única baza del Barça. Lahm y Alaba son incontenibles mediante medidas reactivas, como demostró la inoperancia de Pedro y Alexis. ¿Cuánto tiempo se puede tener a dos extremos en perpetuo retorno? ¿Medio tiempo? ¿60 minutos? Lahm y Alaba van a subir la banda hasta el último minuto. Lo peor de la cuestión es que los laterales del Bayern también defienden muy bien; en mi opinión no se ha visto una pareja de laterales tan dominante en la última década. Cuesta intimidarles, y ni Alexis, ni Pedro –qué añito lleva, por Dios, qué 2013-, ni Villa pueden hacerlo. Constatación dramática para el Barça: ningún delantero del equipo sería titular, si me apuran, en ninguno de los equipos que llegaron a cuartos de final. ¿Alguien cambiaría a Saviola, Drogba, Yilmaz, Benzema, Mario Gómez, Reus, Lavezzi… por algún atacante culé que no fuera Messi?
Tello tampoco es un dechado de grandeza, pero su entrada sería muy lógica. Tiene confianza, exige atención y lleva su gol tatuado en el pie derecho. Lástima que la errática dirección técnica le tenga tan despistado. Una semifinal de Champions es para los mejores, y yo albergo alguna esperanza de que ingrese de inicio. Tello es la única manera de lograr que Lahm no ataque como un loco, a no ser que Alexis añada de una vez por todas algún grado aceptable de sensibilidad técnica –que la tiene, o la tuvo- a su indudable dominio del espacio y el apoyo.
Último factor de la cuestión: Messi. Messi contra todos, a la espalda de los interiores, enfrentando a los centrales y reclamando, incluso, que Alaba se cierre. Messi activando, por tanto, la subida de Alves, obligando a pagar peajes a partir de los que podría crecer Iniesta.  Poco más que explicar, se trata de Leo.
En resumen, el Barça 2013 no puede hacer ni cosquillas a la defensa del Bayern en ningún enfrentamiento individual, pero Messi lo cambia todo y Tello merece la oportunidad de darle algo en que pensar a Lahm.
La batalla del Medio Campo


Aquí ya hay más tela que cortar. Enlazamos con la sección anterior y el hueco entre centrales e interiores; como es notorio, Schwensteiger y Javi Martínez son doble pivote en lo posicional pero se proyectan en paralelo y muy separados. Su poderío físico les permite corregir con frecuencia e insultante facilidad en el contexto de la Bundesliga, pero la debilidad está ahí. Lo que pasa es que nos topamos con un problema que complica el análisis: este año el Bayern se ha paseado en la competición doméstica y en la Champions. El único partido en el que fue batido, la vuelta contra el Arsenal, nos deja pocas lecciones porque el Bayern nunca vio peligrar realmente su clasificación. Fue uno de esos partidos en los que el resultado miente por completo.
Pero el Miércoles parece que el Bayern va a toparse con Messi, y, siento repetirme, todo cambia. ¿Tanto como para que Heynckes altere su once tipo? Yo no lo descartaría. Tymoschuk o Gustavo Luiz serían una opción conservadora pero totalmente comprensible, en especial Gustavo Luiz, que ofrece el perfil de un medio campista que conjuga físico con buen nivel técnico. Pero los grandes maestros no suelen elegir negras, y seguramente Heynckes apueste por lo mismo, puesto que la grieta es pequeña. Pero aunque fuera minúscula la grieta existe y ahí  aparece Messi y debería aparecer Iniesta. En el Allianz Arena el Bayern estuvo muy torpe durante unos 20 minutos, regalando recepciones que el Barça no explotó por los problemas físicos del argentino y la falta de osadía de Andrés. A Iniesta le toca alcanzar el séptimo sentido para transformar en Plata su Balón de Bronce. Si se une a Messi en la tarea de agitar el medio campo es probable que veamos al Bayern correr hacia su propio campo en más de una ocasión.
Por el lado del Barça hay dos cuestiones urgentes:  convertir la posesión en un arma eficaz y conseguir transiciones de cierta calidad. La solución solo puede ser ortodoxa. Hay que mover el balón para agredir con él, asumir riesgos,  presionar en bloque tras pérdida… y encomendarse al Piqué gigantesco del Allianz Arena cuando Muller y Ribery encaren a la defensa en un cuatro para cuatro. Contra el Athletic de Bilbao yo vi signos que invitan a un optimismo moderado: la presión tras pérdida fue constante y voluntariosa. Eso no quiere decir que fuera efectiva, porque la circulación del balón era lenta y la presión desorganizada, pero la intención cuenta más de lo que se suele imaginar. ¿Podría Xavi ser el eje de este retorno a la ortodoxia del toque y la profundidad? La respuesta es sencilla. No. Pero la solución, como se ha demostrado en esta temporada, dista de ser tan sencilla. El cuerpo técnico aún se fía más del improbable regreso del Xavi dominante que de cualquiera de sus relevos. Y no les faltan motivos para ello…
Un apunte: parece que la lumbalgia de Busquets le puede mermar físicamente. Si algo ha demostrado este cuerpo técnico es un respeto fanático por las jerarquías, pero quizá sea el momento de Song. No me gustaría ver a otro jugador clave del equipo actuar medio cojo. Alex Song está demostrando que su adaptación progresa adecuadamente, como nos decían de pequeños en el colegio. Song aporta algo que el Barça hace años que no tiene, un interior con potencial físico que puede desbordar por la calidad de su conducción, no solo por la potencia de su zancada. Puede ser una alternativa interesante. No obstante, si Busquets está a tope aún es insustituible por cosas tan sabidas que no merece la pena detenerse a comentar.
¿Posibles variantes, más allá de la eventual lesión de Busquets? Yo solo contemplo la entrada de Shaquiri o de Thiago. Ambas son improbables, a pesar de que los dos tuvieron un desempeño muy notable frente al Friburgo y el Athletic. Shaquiri fue una pesadilla constante en banda derecha, pero cuesta imaginar a Robben en el banquillo. Si a Tito Vilanova le apetece hacer “cosas”, Thiago en la base podría lanzar a Xavi a la mediapunta en un movimiento lleno de sentido que solo implicaría sustituir al intrascendente Pedro. Incluso tendría sentido sentar a Xavi, pero me cuesta siquiera contemplarlo. No obstante, todo depende de cómo se plantee Tito este partido. Si quiere iniciar la dinámica del futuro desde ya mismo, Xavi no debería salir de inicio y habría que entregarle a Cesc la batuta. Quizá no haya muchas más ocasiones para hacerlo.
El ataque del Bayern contra la defensa del Barça

El Bayern, imagino, duda entre Mario Gómez y Mandzukic, aunque yo creo que Gómez se ha ganado jugar la vuelta. Alexis Sánchez es titular debido al mediocre rendimiento de Cesc, Villa y Pedro; se impone por descarte. En el Bayern la situación es la contraria: cuesta decidir cuál de los tres delanteros ofrecería mejores perspectivas para Heynckes. A Pizarro su edad le descarta, pero es el más técnico de los tres. Con Mandzukic el equipo gana mucho en movilidad:sus mapas de calor son impresionantes, aparece por cualquier zona del campo. Además, su presión contra la salida del balón rival es un valor añadido. De todos modos, yo creo que Mario Gómez será titular tanto por su juego aéreo como por la falta de potencia física del Barça en el perfil izquierdo de su defensa.
Juegue quien juegue de central zurdo, la batalla contra el delantero centro y la segunda línea del Bayern está perdida de antemano. El cuerpo técnico del Barça no ha podido dar más pistas de que no confía en Bartra, y yo creo que ahora mismo Adriano e incluso Abidal parten con opciones de ser titulares. Bartra aportaría presencia en el juego aéreo y la bendición de los conceptos, pero quizá Tito se la juegue a la capacidad de Adriano para corregir por pura velocidad. En la ida Bartra no estuvo mal pero Piqué tuvo que multiplicarse para ayudarle cuando era superado. Sin duda Gerard agradecería que Adriano estuviera pendiente de ayudarle a él. Abidal, por su parte, tendría mucho sentido para explotar su veloz anticipación saliendo al costado izquierdo, toda vez que Jordi Alba se borró de este encuentro y del marrón de Robben en campo abierto. Pero seguramente sea prematuro que Abidal regrese a la élite en un partido como este.
Si Robben está activado, y el Barça se lo va a permitir, nadie le puede minimizar.  Pero quizá Tito nos dé la sorpresa con Montoya. Dado que Robben te va a superar, ¿por qué no orientarle hacia su pierna mala? Montoya es mejor defensor de lo que mucha gente cree, y no es fácil dejarle tirado. A pierna cambiada puede expulsar a Robben hacia la línea de fondo, siempre y cuando alguien sujete un poco a Lahm y a Muller para que no le hagan el dos contra uno. En caso de que se imponga la ortodoxia Adriano será lateral izquierdo y Bartra central. Adriano es el mejor defensor de banda del Barça y ahora mismo me fío de él mucho más que de Jordi Alba. Creo, incluso, que podría ser un activo en ataque que haga retroceder a Robben. Sea como sea, con Montoya o con Adriano, el Bayern hará menos daño por la izquierda del que hizo en el Allianz.
Último factor a considerar: Ribery. Es el mejor jugador del Bayern –con permiso de Lahm- y Alaba le entiende a la perfección, ofreciendo su apoyo por fuera y por dentro. Xavi no defiende porque no puede, aunque hace años no defendía porque no quería. Si a eso le sumamos que Dani Alves es el segundo mejor atacante del Barça en la práctica –esperemos que Iniesta revierta la situación- y que Piqué sufre hasta lo patético fuera de su zona, Ribery es capaz de hacerle un destrozo al Barça de los que hacen época. Pero Franck es inteligente como el que más, y en la ida no se volcó en el ataque hasta que Pedro quedó sin aliento y Alves dejó de amenazar. Con Messi en el campo seguramente Dani exija mucha atención, así que veremos a Ribery en campo propio durante gran parte del encuentro. Aún así, todos los astros se alinean para que Ribery salga del Camp Nou instalado en el Top 3 del mundo. Si es que aún no lo está.
Quedaría mucho por comentar, pero ya he hecho demasiada ficción especulativa y este partido lo resuelve más el dominio de lo emocional que el control del juego. En resumen, si el Barça recupera un nivel medio-alto y consigue darle un contexto favorable a Messi, puede vencer. El Barça, aunque suene irreal, sigue siendo mejor equipo, pese a su inoperancia ofensiva. Una victoria serviría para facilitar una transición tranquila. Otra debacle sí que pondría fin al ciclo, y probablemente precipitaría muchas cosas desagradables. Veo improbable que el Bayern domine, porque no lo necesita, pero creo que la remontada es una quimera que no merece la pena ni estudiar. El Barça defiende demasiado mal.