LO HAS CONSEGUIDO, THIAGO

                                                              Por Jacobo Cerdido

Una imagen común en muchos hogares, más o menos por estas fechas, es la del hijo que regresa a casa con el boletín de notas, que en muchas ocasiones son mas bajas de lo esperado. Cuando esto ocurre, siempre hay dos respuestas que se dan para evitar la inminente bronca que los padres ya tienen preparada. La primera es: “prometo estudiar más y en septiembre lo aprobaré todo”. La segunda es: “no lo entiendo, los profesores me tienen manía”. Thiago pertenece al segundo grupo.


El mayor de los Alcántara cerró la temporada en el Barça con muchas dudas y un sabor más agrio que dulce, pero con la posibilidad de arreglar un poco la situación en el Europeo sub21. Cuatro partidos “así, asá” y una final espectacular revirtieron la tendencia. Con el título en la mano y el hattrick en la final el regusto de su competición con España ha sido bastante mas dulce que agrio, aunque dejando una sensación que ya es conocida: Thiago es siempre esto. Lo que hizo en la final, ya lo podría haber hecho hace dos años, y lo que hizo en los partidos anteriores puede ser su constante durante el próximo lustro.

Porque el asunto con el hijo de Mazinho es que apenas ha cambiado, lo que en su caso quiere decir que apenas ha aprendido, evolucionado y mejorado. 79 partidos con el Barcelona después (mas un buen puñado en el primer equipo con ficha del B) no han servido para que hable el “idioma Barça”. La conclusión más rápida que se puede sacar es que él no lo cree necesario: se sabe y se siente buenísimo y su camino futbolístico lo marca él. Pero esto tiene una consecuencia directa: no es un jugador con ADN Barça. Agobiado por el encorsetamiento que supone el juego de posición culé, sigue teniendo problemas para ser el 4 del equipo. Tiene dificultades para proteger el balon (sufre una barbaridad ante la presión adelantada tanto de los equipos como individual) además de arriesgar muchísimo lo que conlleva «errores de gol» que hacen que sea poco recomendable que juegue en ese rol. Lo sangrante de estos errores es que no son porque tenga una mala lectura del pase, o un toque insuficiente, sino que su necesidad por marcar la postura (cabeza levantadísima, posición irreal de las manos y gesto con el interior del pie muy pronunciado) le llevan en muchas ocasiones al fallo. Si cualquier sucesor de Xavi, el hombre que no la perdía nunca, iba a tenerlo muy difícil, Thiago, el hombre ligado al error, lo tiene casi imposible.

De mediapunta, o interior por delante del balón, también tiene problemas. A priori apetece ponerlo ahí por su llegada y golpeo de balón, pero también tiene una dificultad que no ha solucionado en todo este tiempo: Thiago sufre mucho sin espacio. El italobrasileño saca muchas ventajas de su primer contacto con el balón, que es finísimo, pero no tiene la lectura suficiente para colocarse en una buena posición para recibir el esférico (crear una línea de pase buena) ni para recepcionarlo (posicionar bien el cuerpo para sacar ventaja). Esto ha sido lo que le condenó casi siempre que jugó este año más adelantado.

Pero no todo son problemas para el 11 del Barça. De hecho, una de sus grandes mejoras, quizá la única, ha sido en el apartado defensivo, faceta en la que lució mas con un Pep que se la supo ver y utilizar muy bien (siendo pieza importante de un sistema con tantas contraindicaciones como el 3-4-3) y que con Tito apenas lució. Es posiblemente el interior culé con más trabajo defensivo. Tiene una pierna muy fuerte, es muy reactivo y con el centro de gravedad muy bajo, lo que le permite ejecutar bien las decisiones que toma. De hecho, recuerda salvando las distancias al primer Makelèlè en esa apariencia.

Por otro lado, uno de sus principales puntos fuertes es su depuradísima técnica. Es extremadamente técnico con el balón, lo que le permite completar pases dificilísimos (casi siempre asistencias de gol) y tener un muy buen tiro a puerta. Además, como decimos, su primer control es buenísimo, como no hay 5 actualmente en el panorama futbolístico. Esto es lo que le ha servido para llegar al primer equipo del FCB aún con sus problemas para la lectura del juego en general y del “idioma Barça” en particular. Llegados a este punto, se puede afirmar que a día de hoy, el jugador ha presentado tener más técnica que talento. No decimos con esto que carezca de lo segundo, pero si que lo interpreta de forma diferente: “yo lo pienso así y yo tengo la razón. Si me cambiais dejaré de ser lo que soy y me convertiré en peor jugador”. Este razonamiento es el que ha hecho que por un motivo o por otro, Pep, Tito y Del Bosque, no se hayan entregado definitivamente a él mientras que el público medio lo adora: a día de hoy es mas jugador de aficionado que de entrenador.

Todo esto ha traído consigo que como decimos, Thiago haya dejado frío a más de uno esta temporada. Directamente no cumplió las expectativas, sigue siendo mas promesa que realidad. No está entre los diez mas destacados del curso pasado y su trayectoria el año que viene sigue mostrando las mismas dudas que mostró hace un verano y hace dos. Sin embargo, a pesar de todo esto, lo ha conseguido: a día de hoy es un jugador valoradísimo y una de las grandes esperanzas cara la 2013-2014. Sus dudas a cerca de continuar o no en el Barça han conseguido generar una unanimidad en torno a él que lo han elevado a una categoría que no se ganó como integrante de la primera plantilla. Ha logrado ser uno de los imprescindibles y que se le valore como una joya el año que viene. Ahora, tiene lo mas difícil de todo este entuerto: decidir bien. Porque como dice Tony Soprano: “la próxima vez no habrá próxima vez”.