El Bayern empezó con dudas, las relatamos con el partido de la Supercopa alemana hará ya un mes y medio, y en esas se dijo que Pep quería mutar a los bávaros para convertirlos en el que era su Barça. Pasadas las fechas y los partidos la idea de Pep nunca ha sido esta. El Bayern del año pasado fue una evolución aún más asociativa y pausada en la base que las versiones anteriores, creada por Van Gaal y matizada por Heynckes, aspectos que con Guardiola se mantienen inalterables, pues la plantilla es básicamente la misma con el añadido de Thiago, lesionado, y Götze, también en el dique seco. ¿Eso es revolucionar nada?

Llegó al Bayern tras este conquistar el triplete y ser el mejor equipo del mundo, un equipo que “nació” en 2009 con Van Gaal y que vive ya su quinto año de vida. En el fútbol los proyectos nacen, crecen, llegan a la cumbre y empiezan a decaer. 2013 fue el punto más álgido del ciclo de vida de este conjunto, y lo lógico e inevitable es que poco a poco el nivel decaiga (Si nadie ha ganado la CL dos veces seguidas…) y en Baviera, aprovechando la oportunidad, apostaron por el cambio de entrenador. Cambio de técnico, matización lógica de ideas y renovación paulatina. Aspectos seguramente necesarios para evitar que la “decadencia” sea exagerada e intentar seguir aspirando a todo.

Los dos grandes cambios significativos que ha impuesto Guardiola son la inclusión de un tercer centrocampista (matizado esto ante el CSKA y el Schalke por falta de efectivos) y el rol de Lahm a mediocentro o interior, pues el bueno de Philip es de los jugadores más técnicos de la plantilla y de los perfiles más permeables.
Hasta ahora no se puede llegar a ninguna conclusión sobre cuál es el Bayern que quiere Pep. La lesión de Thiago, el mal estado físico de Schweinsteiger y las lesiones de Götze y Javi Martínez hacen imposible que veamos por ahora la idea del de Santpedor.

Ante el Chelsea Javitxu fue decisivo, su presencia hizo digna la transición defensiva de su equipo. Ni Kroos, ni Schweinsteiger de mediocentros habían conseguido responder con eficacia a la pérdida de balón de los suyos. La respuesta a este drama fue Lahm, el genial lateral tiene capacidad defensiva para sobrevivir en esa posición y una técnica asociativa muy eficaz. Por el camino, eso sí, pierde al mejor 2 de Europa. La alternativa hasta ahora no la tiene sana.

En defensa el Bayern sigue igual que con Heynckes, la pareja de centrales Dante-Boateng se mantiene inamovible, Alaba en la banda izquierda sigue siendo el puntal más realidad que promesa y en la derecha Rafinha aprovecha la presencia de Lahm en el medio para adquirir un protagonismo que nunca tuvo ni soñó con Jupp.

En el ataque muniqués el protagonismo de los exteriores ha ido en aumento, Müller como elemento interior y centrocampista que planteó Pep para él fue un fracaso, el bueno de Thomas no supo adaptarse a ese rol y quedaba difuminada su presencia sobre el césped. Finalmente, en otra muestra de pragmatismo del de Santpedor, se olvidó de la idea y rescató, dadas las circunstancias y bajas, el legado sus antecesores, con el protagonismo debido a Ribéry y Robben.

Cabe pensar que con la vuelta a los terrenos de juego de Bastian, Javi Martínez, Götze o Thiago Pep vuelva incidir en la figura de los dos interiores, la vuelta de Lahm al lateral, mantener la pausa asociativa en la base de la jugada y el vértigo arriba. Situaciones, por cierto, que no han cambiado con su llegada.