ANCELOTTI Y SU NUEVO PROYECTO

Dicen que el otoño es la mejor época del año para arrancar las raíces más arraigadas en cualquier jardín e ir preparándose para ir amoldando tus futuras plantas al terreno. El otoño es el periodo con más tristeza y más predisposición que tiene un entorno para renovarse, en esas se encuentras un Real Madrid que llevaba 3 años ligados con José Mourinho donde hubo tiempo de sobra para certificar e impregnar una ideología de juego. Carlo Ancelotti se fue de la ciudad de la Torre Eiffel para llegar al Santiago Bernabéu, un foco de exigencia máxima que aunque obtengas títulos siempre va a tener más sed de victoria año tras año y con unos elementos externos nocivos alrededor que pueden hacer de un traspiés una auténtica crisis. Junto con él vinieron una serie de fichajes que detallaron por donde iban a ir los tiros con el técnico transalpino: Carvajal, Isco, Asier Illarramendi y el deseado Gareth Bale. Estos fichajes implicaron salidas de futbolistas que formaban parte de la guardia pretoriana del técnico de Setúbal como Michael Essien, Ricardo Carvalho, Mesut Özil o José Callejón.

Carletto ya había pulsado el botón de reset sobre toda la plantilla desde el principio y ahora tras casi dos meses de pura competición se ven sus primeros retoques al RM: está cambiando el estilo de juego, ha variado del casi intocable 4-2-3-1 como sistema base y su discurso en rueda de prensa es completamente distinto al de su antecesor. Muchos alteraciones tras 1095 días acostumbrados a un mismo método de trabajo y con unos vicios adquiridos que están poniendo en serios problemas al nuevo inquilino del banquillo merengue. Existen amplias diferencias tanto psicológicas como puramente deportivas y pese a los obstáculos el inicio blanco.

El ejemplo más claro es la presión. A José Mourinho no le importaba esperar en campo propio para que el rival adelantara líneas y ahí forzar el robo, sabía que el máximo rendimiento de Cristiano estaba en el dominio de los espacios. Con esa estructura defensiva básica, el RM consiguió la famosa liga de los récords y logró que el aficionado blanco se sintiera reconfortado con la identidad de juego adquirido. Mientras tanto Carlo Ancelotti no quiere un plan tan reactivo, quiere que su equipo gire alrededor del balón y lanza una presión voraz sobre el rival para tratar de generar robos y someter al oponente frente al nuevo estilo de juego. El problema en este cambio reside en que el cuadro blanco no genera suficientes robos a buena altura y parte al equipo, exponiendo en demasiadas ocasiones a su línea defensiva. Se defiende peor y a día de hoy el RM de Carlo Ancelotti se le puede meter en problemas fácilmente.

Con este defecto mencionado en el párrafo anterior, las transiciones que eran la principal característica con José Mourinho pasan a ser una habilidad dormida. Si el equipo no genera robos, es complejo lanzar contragolpes letales sobre el rival y poco a poco se van sustituyendo por esa orden imperativa de atacar desde la iniciativa para demoler al rival con jugadas esporádicas pero de bella factura.

Otra diferencia viene en el repliegue. Las 3 últimas temporadas el 4-1-4-1 era el sistema más destacado cuando el equipo no tenía el balón, con el técnico transalpino lo más normal es el 4-4-2 y con una diferencia clara. Cristiano no participa igual en ambos repliegues mientras que con su compatriota como jefe de filas, solía actuar sobre la banda izquierda con Carlo queda aislado en paralelo junto con la referencia y ese sector que queda libre suele ser ocupado por Isco (Interior izquierdo) en fase defensiva.

Ancelotti ha decidido optar por dar sus propios pasos y no por ofrecer una versión continuista del modelo anterior. Esa es la conclusión más contundente que se puede sacar en 2 meses de competición, él quiere darle su propio criterio al equipo y cultivar las semillas con las que cree se podrán alcanzar los objetivos pactados.

Por último y tras los encuentros frente a Málaga & Juventus, parece que se ha encontrado el sistema ideal para que su proyecto alce el vuelo: 4-3-3 y con un matiz claro, Khedira deja de ser el hombre ancla y pasa a otras lides donde ha demostrado ser dominante en el pasado. La mejoría en los últimos 180′ es palpable y es el principal foco de esperanza donde Carlo y sus chicos tratarán de crecer. Ahora toca viajar a la Ciudad Condal para enfrentarse al eterno rival, para apretar aún más la lucha por ser el campeón de la regularidad y lo más importante para certificar que el proyecto va por el sendero correcto; que sus decisiones son las correctas. Eso supondría una victoria en el Camp Nou frente al Barça de Neymar & Leo Messi bajo los mandos del Tata Martino. Se abre la veda de los Clásicos con novedades sobre el césped y desde las pizarras, toca contar desde cero.

Una de las facetas donde Ancelotti se ha mostrado claro y seguro de si mismo es en el tema de la portería. La dualidad Casillas o Diego López ha terminado por eclipsar más portadas de las que debería, Carletto lo tiene clarísimo. Para el portero gallego la Liga será su terreno y para Iker la Champions League. Diego ha demostrado ser un cancerbero más que eficiente y su dominio por alto ha servido para evitar algún que otro susto en jugadas áreas, quizá su mayor habilidad frente al Barça pierda sentido pero la competitividad por la titularidad le sienta francamente bien y su rendimiento deportivo es casi incuestionable.

En el lateral derecho se encuentra una de las mayores incógnitas de como afrontará el clásico el Real Madrid. ¿Dani Carvajal o Álvaro Arbeloa? Apostar por el primero significa asumir riesgos durante la fase defensiva para ganar proyección en ataque, quizá la oportunidad le llega demasiado pronto y frente a un world class como es Neymar pero es una posibilidad y su titularidad significaría intentar dominar al Barça desde la que es su principal premisa: el balón. Apostar por el ’17’ blanco es repetir el planteamiento de los últimos años, intensidad defensiva y compenetración para tirar el fuera de juego para ahogar al cuadro azulgrana. Por motivos de experiencia Álvaro debería ser el titular pero su mal momento de forma y las decisiones tomadas por Carlo Ancelotti abren el abanico de opciones.

La recuperación de Pepe es una de las mejores noticias para el Real Madrid en lo que va de curso. Es quizá el central idóneo para enfrentarte al Barça, domina la anticipación y es un maestro del quite a pesar de su brusquedad en determinados choques del juego. Su acompañante será Sergio Ramos, ambos están curtidos en mil batallas frente al estilo culé y su presencia fue una de las claves para invertir los resultados de los Clásicos. Es un partido importante y en esas el central andaluz suele crecerse y dejar actuaciones fastuosas, que verifican que es un central diseñado para hacer historia. P&R han vuelto y es quizá uno de los pocos ejes que Ancelotti ha mantenido respecto a Mou.

En el lateral izquierdo se muestra uno de los puntales del equipo a ritmo de samba, desborde y asociación llamado Marcelo. Cada vez mejor físicamente y más integrado en el equipo, si él está bien es un elemento imparable e imprevisible. Las lesiones de la temporada pasada unidas a su pésima condición físicas privaron de ver un lateral único que no se encuentra en el resto de la órbita futbolística. En detrimento de un Coentrão con el que Ancelotti cuenta cada vez menos, si el técnico transalpino desea dominar ver a un Marcelo pletórico es casi una orden impositiva. Se junta con los jugadores más finos de la plantilla en ese sector (Isco/Modric & Cristiano) y la magia sale por todos lados, es uno de los principales motivos de que el costado izquierdo del Real Madrid abarque un gran grueso de los ataques posicionales.

Sin Xabi Alonso para el Clásico, bien porque siga recuperándose de su lesión o porque se quede fuera de la convocatoria, la lógica implica que Asier Illarramendi será el jefe de la sala de máquinas debutando en el mundillo de los Clásicos. Criado en la cantera donostiarra y con unas condiciones similares al ’14’ va a ser el máximo responsable bien de organizar las posibles transiciones blancas ,si se apuesta por un planteamiento más especulativo, con su desplazamiento en largo o de conectar con Isco/Modric para asentar la posesión en campo rival. Su rendimiento durante el transcurso del partido será casi proporcional al del Real Madrid y todos los ojos estarán puestos sobre él. Es su momento para demostrar que la cantidad invertida por Illarra es proporcional a su calidad.

El dúo de interiores arroja una duda seria entre Modric o Isco en el flanco izquierdo. Luka es, ante todo, mucho más constante en el juego que el malagueño pero también es menos determinante y una simple jugada del de Arroyo de la Miel puede ser la diferencia entre irse con las manos vacías del Camp Nou o levantar los dedos en forma de V. Un aspecto negativo para el ’23’ blanco es su escaso trabajo defensivo a diferencia de su competencia aunque Luka parezca un jugador incapaz de robar es capaz de armar la pierna para generar robos y tiene mucho más temple que el efervescente Isco.

En el perfil diestro no hay dudas de que Sami Khedira será el encargado de secar el costado fuerte del Fútbol Club Barcelona, alejado de las arduas tareas de un mediocentro es cuando el alemán saca su máximo rendimiento tanto a la hora de presionar arriba al rival -ojo porque Carletto puede encontrar en él un sustituto perfecto para presionar la salida culé tras la salida de Mesut- como de dar opciones de pases con sus apoyos. Su presencia en los Clásicos es más que habitual y tras la salida de su compatriota puede dar un paso adelante en importancia, Sami no es sólo las recuperaciones que genera también interviene en que los pases del oponentes sean más precipitados y tiendan más al error. Junto con Illarra será una de las claves tácticas del encuentro.

Uno de los mayores beneficiados del cambio de estilo propuesto por Carlo es el rosarino Ángel Di María. Con un estilo mucho más calmado y no tan anímico como sucedía con José Mourinho, DiMa está recuperando sensaciones pérdidas. Es la tempestad de la tormenta y a veces su toma de decisiones en un cuadro tan lento o pesado con el balón le convierten en el máximo asistente del Real Madrid. Es la dosis de adrenalina que necesita el equipo en determinados momentos y ahora mismo es tras CR7 el futbolista más en forma de toda la plantilla y su despliegue físico puede ser vital en las ayudas sobre Neymar. Gareth Bale sigue apurando su forma física, tras una pretemporada similar a la que sufrió Luka con unas tensas negociaciones con Daniel Levy, está lejos de su mejor nivel y su titularidad sería algo incomprensible a día de hoy.

Karim Benzema tendrá una reválida tras las últimas decepciones acumuladas en el mundillo de los clásicos, activarlo es potenciar al resto del equipo. Su carácter autista hace dudar de él y pese a un buen comienzo liguero ha comenzado a deshincharse tras las críticas recibidas por su rendimiento en Les Bleus y la incipiente progresión de Olivier Giroud. Una oportunidad más para demostrar que quiere ser ese futbolista constante que tanto apuntaba en el Olympique de Lyon.

Cristiano Ronaldo permanece inalterable ante tanto cambio a su alrededor, sigue siendo una eminencia futbolística que roza la divinidad. El Real Madrid no tiene tantos mecanismos como antaño para generar transiciones pero él con su fútbol se basta para seguir engordando estadísticas, está llevando bien la revolución que ha planteado Carlo Ancelotti incluso dando recitales para ayudar al equipo como hizo frente al Athletic. Una vez más se necesita de su entendimiento e inapelable olfato goleador para salir victoriosos del Camp Nou, tiene tomada la medida al cuadro culé y sabe de antemano que salir con los 3 puntos no será una derrota más para el FCB y avivar el campeonato. Puede ser el final de una semana trágica para los intereses del Tata Martino.

Con dos equipos en plena construcción y bien tratando de cultivar nuevas flores en su jardín o algunas que parece que el fin de sus carreras les espera, la renovación es la antesala de nuevas rivalidades o jugadores que quieran alcanzar el rango de héroe. Neymar y Bale son los nuevos diamantes en bruto. En el banquillo esperan jóvenes emergentes como Jesé, Morata o Marc Bartra y fichajes que esperan certificar sus expectativas y su coste como Cesc o Illarra. Tras el pitido final, sobre las 19:50 nacerán nuevas historias y se narrará un capítulo más de los Clásicos cuando en menos de 2 años se han ido Pep Guardiola & José Mourinho. El otoño es sinónimo de renovación y nuevos proyectos como los de Carlo y el Tata.