Es difícil saber si Daniel Alves se alegró cuando se enteró de que El Tata Martino iba a ser el sustituto de Tito Vilanova. Es difícil saberlo porque no conocemos a ciencia cierta si era un seguidor de su idea de juego y de la trayectoria de sus equipos. O al menos de las declaraciones que el entrenador argentino hizo sobre el Barça antes de ser su jefe. Porque de haber sido así sabría que sobre todo a él pero también a su a compañero en la banda izquierda se les abría el cielo con el nuevo míster.

Desde un primer momento, el exentrenador del Ñúls dotó de gran importancia a ambos laterales en su esquema de juego. El funcionamiento, como el de todo el equipo, está siendo imperfecto, con luces en algunos aspectos y sombras en otros, que de momento se están compesando en un extraño equilibrio que lleva al equipo por la senda de la victoria. Además, como pasa con toda la estructura culé, el desarrollo positivo suele coincidir con el aspecto ofensivo y el negativo con el defensivo.

Empezando por las buenas noticias, los jugadores externos de la defensa blaugrana han ganado mucho protagonismo en todas las escalas de la fase ofensiva. Por empezar con la salida de balón, aunque esta busca más el envío largo que con el entrenador anterior (y con Pep), también es más lateral que antes, que era preeminentemente de carácter central. Sin embargo, aunque este es un detalle interesante, no es donde más se nota la mano de Gerardo para con ellos, sino que ya es en la siguiente altura.

Es un tema recurrente, como una retahíla en Can Barça, que el equipo ya no controla tanto los partidos como antes, que el 6 ni solo (ni acompañado) se basta y que Busquets, Cesc o Iniesta no han dado un paso al frente en ese aspecto. Es aquí donde aparece el detalle más innovador del Barça 13-14. Si la decisión tomada el curso anterior era un Xavi más retrasado que nunca para controlar el juego y lanzado a ¾ para culminar la jugada, nos encontramos ahora con que es Daniel Alves, el lateral derecho, un jugador que asume mucha responsabilidad en la zona del 4. Un camino, que por cierto, también pareció querer recorrer Tito aunque finalmente quedó en el limbo. Si en la primera jornada contra el Levante ya pudimos ver este nuevo rol, quedó refrendado con un dato espectacular: en la vuelta de la Súpercopa de España fue el jugador del partido con más pases realizados: 113. En parecidos guarismos se movió, por ejemplo en el duelo contra el Celtic, estando entre los 5 jugadores que mas pases realizó. Otro de los 5 fue Adriano Correia.

La consecuencia directa de esto que estamos comentando es que la preponderancia que tenía la banda izquierda el año pasado ha desaparecido. El principal motivo parece claro: Alba está lesionado y Alves está bastante fino. Pero si rascamos un poco más vemos otros aspectos del sistema. El primero es el comentado: los laterales tienen peso en el inicio y asentamiento de la jugada, no son una simple lanzadera como si era la zurda el año pasado. Otro es como juguetea Martino con Xavi al que mueve hacia delante o incluso hacia el costado izquierdo (novedad en la carrera del de Terrassa) según lo necesite el equipo. El beneficiado: Alves.

Por último está la zona de ¾ rival, donde esto ya no es novedad, los dos brasileños o el 3 español siempre son protagonistas. No es casualidad que sean los laterales los encargados de cargar área en el lado débil del ataque en ese momento, o el de dar el pase definitivo. Incluso que se suelten de la cal y se asienten en la frontal. Sin embargo, el guiño de esta temporada a la idea del exseleccionador paraguayo es lo fácil que se encuentran. Ya son dos las veces en lo que va de temporada que uno de los laterales asistió y el otro goleó. Pluralidad, presencia, y gol. En definitiva, una claridad de ideas que no está tan presente en la fase defensiva.

Y es que aquí es donde el Tata presenta las mayores dudas. Para no repetir lo ya comentado en las últimas semanas no entraremos en sus dudas (o problemáticas) para llevar a cabo la presión. El caso es que, como es obvio, esto también afecta a los laterales, que no lo olvidemos, son defensas.

La altura en el campo de ambos ha traído consigo que el Barça en la práctica juegue con defensa de 2, siendo la papeleta solventada por un Masche que recuerda al de 2011 y un Piqué imponente, pero el problema está ahí. De entrada, la decisión del técnico no estaría mal tirada si se dieran uno de los dos siguientes aspectos: si el equipo da aguantado el balón como en los mejores tiempos de la era Pep; si el equipo puede presionar como en la era Rijkaard. En ambos casos la pronunciada altura de nuestros protagonistas les ayudaría a recuperar el balón muy rápido lo que beneficiaría a Alves (experto en segundas jugadas) y protegería a Adriano/Alba (que sufren cuanto más cerca del área defienden). El asunto es que esto no sucede, por lo que solo funcionan cuando el equipo contrario intenta salir rápido o en largo, ya que su posición les ayuda a recuperar el balón o al menos a ensuciar la jugada. La cosa se complica cuando el equipo contrario consigue asentar la posesión con una cadena de pases continuada (algo que pasa bastante a menudo). Cuando esto ocurre, los laterales quedan pronto eliminados y es la mencionada defensa de 2 la que tiene que hacer de apagafuegos. De aquí el título que encabeza este artículo: el Barça no está jugando con laterales, está jugando con carrileros, como si de una defensa de 3+2 se tratase. Son muy ofensivos y no protegen la espalda. No es que lleguen tarde, es que no llegan.

La situación, claro, presenta muchos matices y dudas. Por ejemplo ya hemos visto que si el equipo decide replegar, Alves y en este caso Adriano, si actúan como defensas, así como en partidos/momentos en los que el equipo no siente la necesidad de la posesión y por tanto de estar arriba. Pero esto abre varios interrogantes. Si el equipo (y por tanto los laterales) se va hacia delante, ¿hay forma de que retornen y sean competitivos defensivamente?, si guardan mucho mas la posición ¿perderá el equipo frescura, coralidad e intimidación? O dicho de otro modo: ¿el plan de Martino obliga a elegir muy pronunciadamente entre el ataque o la defensa? Entre todos los miembros de la comunidad intentaremos darle respuesta.