El Barça no había picado a la puerta del Atlético, un equipazo al que ya se le atisbaba esa impecable manera de competir con cualquiera. El partido superaba la media hora y Falcao había puesto poco antes el 0-1, picadita, con tanta frialdad que a Víctor casi le da tiempo a aplaudir mientras le superaba el cuero. Resoplamos, el balón elige a Iniesta que vuelca el instante a la derecha, Adriano controla con el pecho, se detiene y pregunta a Filipe dónde ir, se cierra a la izquierda huyendo de la ayuda de Arda y saca un latigazo con la zurda que revienta el cerrojo por la escuadra. Partimos esperando que los buenos nos saquen del atolladero. A veces, son los menos buenos donde encontramos la solución. Entonces nos damos cuenta que están, aunque diez minutos más tarde se nos haya olvidado de nuevo, porque todo vuelve a ir bien.

Adriano llegó al Barça, una tarde de julio, como quien baja la escalera a las 6 de la mañana esperando que nadie se despierte. Casi sin querer, sin portadas, sin días de espera ni esperanza mediática alguna. Todos hablábamos de Cesc, Adriano, pues vale, que pase. Con la misma sencillez con la que juega, donde le pongan, donde le pidan. “Adriano es para cuando no esté Alves” apuntaban, mientras tanto juega de extremo izquierdo, pasa al lateral o hace la punta derecha del ataque. Asiste, repliega o marca. El futbolista más polivalente de la plantilla, ser suplente de tanto y de tantos le hace más titular que muchos. 2016 minutos su primera temporada (2010/11), 2418 la 2011/12 y 1958 la pasada 2012/13. Esta última acumuló 18 partidos de titular en Liga de 23 participaciones. ¿Un remiendo o una solución?

Un futbolista tan necesario que focalizamos su defecto en la incertidumbre de su presencia. Demasiadas lesiones, demasiada precaución, demasiado murmullo en cada titularidad. De Adriano se espera el pinchazo, el gesto de dolor y la mirada al banquillo. La lesión de Jordi Alba ha hecho que cada movimiento de duda en sus músculos le convierta en un elemento a cuidar y dosificar. Desde la lesión de Jordi en el minuto 14 de la jornada 4, Adriano ha jugado 10 partidos completos de los 14 que ha disputado su equipo. 6 partidos de Liga y 3 de Champions consecutivos, en su totalidad, hasta el minuto 30 de la jornada 11 ante el Celta cuando el Tata pensó que si se rompía Adrianoteníamos un problema. Descansó ante el Espanyol, 90 minutos en el Camp Nou en el 3-1 al Milan y vuelta al banquillo ante el Betis.

Un balance positivo si pensamos en el rendimiento neto del futbolista. Cumple siempre, brilla a veces. Una pieza perfecta para cualquier plantilla, para cualquier entrenador. Un lateral equilibrado, no mejora ni a Alves ni a Alba, pero suple a ambos con garantías. Vive en el extremo como un extremo, se adapta a ambos costados aunque sufra más en el derecho. Lo mismo te corta el césped que forma pareja de centrales con Mascherano ante el Real Madrid. Esta temporada, comparte costado con un compatriota flacucho que, como esperaban a Robinho, parece que es muy bueno y muy europeo. Neymar cae dentro, porque como los grandes talentos busca comer la tostada buena, y quizá Adriano podría potenciar esa limpia cercana a la cal que resulta de ello. Si ocurre, yo me apuesto a que el lateral izquierdo en mayo será él.