El AC Milan ocupa la 13ª posición de la Serie A, a 5 puntos del descenso y 27 del liderato. Tales cifras reflejan una verdad y escupen una mentira. Es cierto que el Milan tiene peor plantilla y equipo de lo que corresponde a su historia, pero no que sea el desastre mayúsculo candidato al descenso que sus cifras dejan entrever. De hecho, los de Allegri han competido de manera más que decente contra el Nápoles, la Juventus, el Inter, la Roma, el Barcelona y el Ajax en los que han sido hasta hoy los días más exigentes de su temporada.

Puede decirse que sus problemas devienen de dos vías diferentes. La primera y trascendental es la optimista confección de su plantilla en el último verano, muy especialmente en el centro del campo. Se fueron Ambrosini, Flamini y Boateng y llegaron Poli, Saponara y Kaká, a quienes recientemente se ha sumado Keisuke Honda. La pérdida de calidad física, de factor trabajo y de aptitud defensiva en general es tan evidente como el plus de técnica inyectado en el equipo, y de momento ese intento de diseñar un sistema más basado en la posesión del balón (60% de media en Liga) no está saliendo rentable. La apuesta tenía sentido, el Milan históricamente es el estilismo del Calcio y el rudo carácter de los últimos años estaba erosionando demasiado a su grada, que para colmo asistía desde abajo a cómo Pirlo regeneraba la Juventus mientras le daba títulos y halagos. Tocaba atreverse.

¿Por qué la posesión no está dando los frutos deseados? Porque existe un desequilibrio entre el juego por detrás del balón y el juego por delante del mismo. Casi todos los centrocampistas del Milan son más de bajar a recibir que de recibir entre líneas, y no pueden eliminarse presiones o disolver muros si los pasadores no tienen a nadie desmarcado en la espalda de quien les mira. Ni siquiera Montolivo, muy utilizado como “10”, posee ese don, y quien sí lo atesora, que es Kaká, está tan carente de chispa que se le anticipan cuando lo intenta, lo que le hace huir a la base de la jugada o a uno de los costados para, con más espacios, estar más cómodo. Las genialidades del brasileño en esas zonas, que están siendo más frecuentes de lo vaticinado por los pesimistas, y el juego directo sobre Balotelli, que es quien parte el bacalao, son los remedios más usados, pero no dejan de ser parches en forma de individualidad. ¿Tienen alguna otra solución? La más natural es Robinho, que es un genio en esas lides, un talento tan grande que arregla un sistema, pero en este momento de su carrera solo parece motivarse ante los mejores rivales, y el fútbol no es eso.

Hay que decir que este déficit en el juego entre líneas es algo que sufre la Serie A en general, incluyendo a la Juventus. Lo que ocurre es que laterales largos como los de Benítez o Conte y mediocentros de gran talento como Pirlo, De Rossi o Kovacic constituyen alternativas más sólidas para el día a día de las que maneja Allegri, y por eso el ritmo de puntuación es tan desigual. Ha sido la Liga de Campeones la que ha constatado que todos cojean del mismo pie.

Antes de pasar al siguiente punto, que figure que pese a su falta de fluidez el Milan ha llegado al área contraria como para llevar 10 goles más de los que suma. En ese sentido, la baja de El Shaaraway, ya recuperado, ha podido notarse. El italo-egipcio tiene muy poco fútbol, no sabe hacer demasiadas cosas sobre el campo, pero su capacidad goleadora sí le avala.

El siguiente punto, que es la segunda vía de los problemas y el único que ni siquiera el tiempo podrá compensar aunque sea ligeramente, es el ínfimo nivel de sus defensas. Excepción hecha de Abate, que no es que sea Ivanovic pero no está mal, los hombres que custodian al terrenal Abbiati son un desconcierto. Si el Milan ataca, el desorden atrás le descose. Si decide replegar, estar tan cerca del arco propio convierte los frecuentes fallos en poco menos que medio gol en contra. En este segundo escenario, la pérdida de Ambrosini ha sido casi dramática. Massimo con su calidad posicional y su talento para la falta táctica contenía el ataque contrario más lejos de la zona de peligro.

A nivel táctico, Allegri ha encontrado tantos conflictos durante la temporada que no ha definido nada todavía. Existe preferencia por dibujos de mediocentro + interiores sobre doble pivote + mediapunta, pero el Milan está en plena búsqueda y no sería prudente anticipar el dibujo final. En general, todo es un misterio en referencia al heptacampeón de Europa. ¿Cómo puede afrontar un gigante 5 meses de competición en los que no aspira ni a clasificarse para la Liga de Campeones? Es terreno desconocido para el fútbol de élite. Solo se sabe que sufrirá