–  Papá, ¿quiénes son esos dos que estaban siempre  juntos en el lado derecho?

– Hijo, son Andoni y Markel. Eran una maravilla para nuestro Athletic.

Y  el niño, en su primer día en el Nuevo San Mamés, alucinaba con las imágenes en el modernísimo video marcador del estadio justo el día que se realizaba un homenaje al otrora capitán del Athletic, Andoni Iraola, poco después de su retirada. Por ello no dudó, al llegar a casa, en buscar en la tablet que le habían traído los Reyes Magos, imágenes y videos de Iraola. Sonrío al comprobar cuántas veces aparecía junto al tal Markel que le había dicho su padre, de apellido Susaeta. Incluso leyó algo de dos finales de Copa en poco tiempo, una de la Europa League y algo de un argentino muy especial apellidado Bielsa. Fue a coger su agenda del colegio y en la fecha del día escribió: Iraola + Susaeta = Iraeta.

Son muchos los partidos que lleva Andoni como dueño del lateral derecho en el Athletic tras entrar ya en su undécima temporada en Primera División. Por sus condiciones y hábitos, podemos aventurarnos a pronosticar que el día de su retirada está todavía lejos. Y bien que lo agradece el fútbol, el espectador… Y Susaeta. Como la extensión del lateral, aparece siempre proyectado Markel. Para ir por dentro y dejar todo el carril a Andoni, ir a buscarlo en corto o desmarcarse rápidamente con un movimiento vertical paralelo a la línea de banda. Esta última jugada se la saben de memoria. Como tantas otras.

Sería difícil entender uno de los grandes peligros del Athletic sin su poderoso y atractivo costado derecho, fuente de asociaciones y asistencias. Iraola es garante de sobriedad, elegancia y un buen centrador, sobre todo en carrera. Es la regularidad personificada, y si no que les pregunten a los usuarios de estos juegos archiconocidos ahora como Comunio o las fantasy. Markel, por su parte, es un futbolista técnicamente prodigioso, finísimo y muy buen driblador. Su tendencia interior concilia al máximo con una de las principales virtudes de Andoni en ataque: la incorporación desde atrás en carrera para llegar fácil a centrar desde línea de fondo. Quizás a Susaeta le falte algo de gol, pero su movilidad y calidad son un activo incuestionable en un colectivo que genera este año más por detalles individuales que concepción colectiva. Y es que Valverde todavía anda buscando definir el juego del equipo, pareciendo que navega en mares de dudas entre lo que le gustaría y lo que necesitan.

Pero volvamos para terminar con Iraola. Y Susaeta. A la banda derecha del Athletic. Ese club que conquistaría en un futuro algo lejano el corazón de un niño de Bilbao en su primera visita al nuevo San Mamés acompañado de su padre. El niño que escribiría en su agenda aquello que pensamos todos los que hemos visto jugar juntos a los dos leones. Porque se nos haría muy raro ver un partido del Athletic y que en la derecha no estuviesen juntos ni revueltos. Porque, como veríamos en aquella agenda años más tarde, Iraola + Susaeta = Iraeta. Una sociedad ilimitada en lo futbolístico.