Haciendo honor a un mote como el de Submarino, el Villarreal llega al Camp Nou sin hacer demasiado ruido, esperando dar una sorpresa apareciendo por el flanco más inesperado a uno de los grandes de la Liga. Es un equipo que camina soñando con aprovecharse de un momento bajo de los del Tata Martino para lograr seguir ganando puntos, con ese objetivo inicial que es la permanencia , y la situación actual, que son esas posiciones europeas en las que han logrado asentarse, de forma totalmente inesperada. La pregunta está en el cómo.

Llega al Camp Nou el Villarreal de Marcelino García Toral, alguien que levantó al equipo desde que puso su primer pie en el vestuario -y de eso no hace ni un año-. Era invierno, salía Velázquez después de un inicio que no convenció debido a su irregularidad, y muchos cambios tuvieron lugar en la plantilla durante ese mercado del mes de enero: era un equipo nuevo para un entrenador nuevo.

Hay quien dice que incluso el sol se da más prisa en calentar desde que llegó Marcelino, no vaya a ser que el asturiano le eche una charla aprovechando un descanso cuando pase una nube despistada. El entrenador en el que se confió para el ascenso impuso una idea de entrenar que, pese a empezar con un patinazo, funcionó; vaya si funcionó. La intensidad que pide a los jugadores la demuestra él mismo en la banda, siendo incapaz de parar a respirar si ve que a su equipo le falta algo, ya sea un partido liguero ante un rival directo, ya sea en un amistoso de pretemporada.

El Camp Nou va a tener a un equipo recién ascendido, que llegó a la posición de ascenso directo cuando lo necesitó: al final. Pese a ello, no juega como un recién ascendido, no se planta sobre el campo como un novato y no se deja toser como si fuese un equipo pequeño. Es un Villarreal que parece haber olvidado la parte mala de descender, y ha asumido las lecciones que ha aprendido. Un rival altamente peligroso, sabiendo lo que se juega jornada a jornada, teniendo muy claras todas sus piezas.

Un equipo con un récord de puntos en un equipo recién ascendido, y con un entrenador que no se conforma con un punto si sabe que su equipo puede llevarse los tres. De hecho, uno de los cambios del Villarreal de Marcelino ha sido su inconformismo, su forma de no dejar de pelear hasta no lograr llevarse la victoria, pese a tener en el horizonte la posibilidad de un empate, una actitud muy necesaria en un equipo que quiere ser campeón.

Además, los groguets llegan tras un empate en casa ante el Málaga en Liga (un empate muy típico de esa eterna inocencia que tiene el Villarreal: haces un mal partido, aguantas hasta el minuto 90, pero te cuelan un gol en el descuento por culpa de perder intensidad progresivamente y no ampliar diferencias), y un empate en casa ante el Elche en la ida de dieciseisavos en Copa del Rey, tras haber tenido muchas ocasiones para decidir el partido con un amplio resultado. Estos resultados tan solo motivarán a los de Marcelino a ir de lleno a por el partido.

Antes de los nombres de los que están, quiero mencionar a un par que no van a estar sobre el césped, para suerte de los blaugranas: Bruno Soriano y Cani, los ejes fundamentales en el juego del Villarreal, dos piezas que no solo llevan años de experiencia en el club, sino que tienen el equipo a sus espaldas. Son jugadores de grandísima calidad, de los que se ha empezado a hablar tarde, aunque cierto es que, en el caso de Cani, su regularidad llegó cuando más se le necesitaba. Bruno se perderá el partido por acumulación de sanciones, y es prácticamente seguro que Cani no podrá estar por una lesión leve en la rodilla que sufrió ante el Elche. Pero hay algunos que sí que van a estar.

En la portería van a haber dudas. Ha jugado Asenjo toda la temporada y de forma segura, no ha ofrecido duda alguna, pero la reciente recuperación de Juan Carlos y su aparición en Copa del Rey podría cambiar las cosas. Juan Carlos fue el portero titular en Segunda División tras la marcha de Diego López, y fue una de las piezas fundamentales del ascenso. El canterano hubiese tenido su posición como portero titular asegurada para toda la temporada si no hubiese sufrido una lesión poco antes de empezar la temporada. Ahora, la buena imagen de Asenjo ofrece competencia para la portería del Villarreal.

Se podría hablar también del buen momento que está atravesando Mateo Musacchio, figura clave en la defensa grogueta. Quizás de la vuelta de Jaume Costa a su buena forma, sus incorporaciones al ataque a la par que sus correctos apoyos en defensa, o Trigueros en el centro del campo, ganando seguridad y posición, creciendo jornada a jornada. De las maravillas en el juego que ofrece Perbet cada momento que está sobre el terreno de juego, o la seguridad con la que juega Aquino. En el Villarreal hay pocas figuras que destaquen por encima de otras, se define más bien como distintas piezas de un rompecabezas que han resultado encajar muy bien, y no tan solo eso: además, la imagen que ofrece es bonita. .

Hay dos personajes en el ataque del Villarreal que también merecen ser nombrados. Una vez escuché que en Granada decían, «¡ahora resulta que Uche marca goles!» En efecto, y lo más peligroso para el rival es que no necesita demasiado para marcar un gol. El nigeriano los huele a la legua, y pese a que al principio había quien preguntaba el porqué de su fichaje, ahora no hay quien lo haga. Por cada duda que se ha tenido sobre él, una respuesta en forma de gol.

Tuve la suerte de estar en el Madrigal cuando Giovanni dos Santos saludó por primera vez a su afición, y desde el primer momento se pudo respirar lo que este chico supuso para los groguets: la esperanza de algo nuevo que lo rompa. Desde su primer fallo en un tiro a puerta que debería haber entrado tuvo a toda la afición con él, y Gio se lo ha devuelto. No ha tardado en aprenderse de memoria cómo la recibe de sus compañeros, y sus movimientos al ataque son una bendición para cualquier delantera.

Y también, cantera. Pese a que no era extraño ver a canteranos subir, la pasada temporada fue de forma obligada, cierto. Tras el descenso, la mitad del Villarreal B pasó al primer equipo, y muchos de los chicos han asumido los cargos a la perfección. El Submarino hace años que tiene una cantera de confianza, de la que se han podido subir jugadores que han mostrado su calidad formando desde abajo: con Mario, Musacchio, Jaume Costa, Íñiguez, Hernán Pérez, Trigueros o Moi Gómez. Y el mayor tiene 24 años. Cierto es que no todos se formaron completamente en las categorías inferiores, pero su participación es un paso más en la formación de un equipo compacto.

Así es como llega el Villarreal al Camp Nou, estas son las armas con las que va a plantarse sobre el campo. Jugará como siempre, pues no sabe jugar de otra forma, esperando que el buen juego que llevan mostrando desde no hace poco sea suficiente para llevarse algún punto a casa.