La secuencia es la siguiente: el City recupera, normalmente,  abajo; encuentra entre líneas a un Silva que en el esquema previo ocupa la banda pero que con el balón en juego es mediapunta; el canario, dependiendo de la acción, se gira y conduce o toca de primeras; abre el balón a la banda que él mismo ha desocupado y por la que ahora se proyecta el lateral, y éste alcanza línea de fondo y pone el balón al delantero para que remate a la red. La jugada termina en gol. Así abrió ayer el Manchester City el marcador ante el Newcastle. Así es también como a veces lo amplía, otras recorta y en algunas remonta. Sea como sea el partido o la situación, los de Pellegrini tienen esta jugada. Como alternativa principal, si juega con dos puntas y el lateral no llega, es uno de los delanteros el que cae para ocupar la no-banda de Silva. Preferentemente un Álvaro Negredo que si no es el atacante más en forma de la Premier, poco le falta.

El Barça ya puede empezar a pensar en ello, porque en la ida Milner estará sancionado, así que juegue o no juegue Navas, al menos una de las dos bandas citizens será ciega. Cierto que con Dani Alves o Jordi Alba por ahí, no está claro cual de los dos equipos tendrá ventaja en la mano. El partido de ayer ante el Newcastle, podría haber servido como primera prueba. En las filas de las urracas milita el francés Mathieu Debuchy, lateral ex del Lille de los que llega con sentido arriba. Era la oportunidad para comprobar cómo puede dañar a ese vaciado de la banda, la presencia de un lateral largo que suponga una amenaza cuando se incorpora. Pero Debuchy fue baja por sanción y en su lugar jugó Mapou Yanga M’biwa, un lateral que puede ser central (o viceversa), que no sólo no es el perfil que nos interesaba sino que además jugó muy mal.

Aún así, y pese a ponerse el City por delante en el marcador gracias a la jugada, una decisión arbitral que el Newcastle entendió como injusta, disparó la intensidad local. Cuando uno de los dos equipos pierde la cabeza, el adversario suele decir aquello de que toca mantener la calma. Sucede, no obstante, que cuando uno va al cien por cien y el otro al doscientos, la disputa, el balón dividido y el rechace suelen ir para el segundo. Cuando uno se vuelve loco, quizá deban volverse locos los dos. Igualarse a intensidad. Bien lo sabe la legión de futbolistas franceses que milita en el Newcastle, pues no hace mucho lo pudieron comprobar en sus carnes, cuando con un 2-0 desfavorable de la ida, encaraban la vuelta de la repesca para entrar al Mundial. En Saint-Denis, les bleus salieron como sale quien va perdiendo dos a cero, mientras los ucranianos saltaron al césped con empate a cero. El resultado lo conocemos, Francia pasó por encima y estará en el Mundial.

Tras el gol anulado a Tioté, pues, la indignación espoleó a los de casa y le dieron la vuelta al discurso de partido. Un partido que apuntaba a plácido para los de Pellegrini vistos los primeros minutos, se les volvió en contra. Aún así, a las urracas arriba les falta algo y echaron de menos más desequilibrio para atacar desde parado. Entró Ben Arfa pero muy tarde, casi al mismo tiempo que el City sentenciaba con el segundo gol. Fue Negredo, cómo no.