Se estrenaba presidente en el palco ante la entrada más pobre de lo que va de temporada. El Real Madrid se había puesto líder, luego el Atlético y finalmente el equipo de un cada vez más orondo Tata Martino termina otra jornada en lo más alto. Van casi 60. El partido se explica a partir de Messi y su magnetismo. Xavi fue el dictador y las bandas produjeron. Los de atrás, no lo perdamos de vista, respondieron como vienen haciendo todo el año.

Rafa Uclés en su previa expuso a priori las claves mas relevantes a posteriori. Acertado y muy pedagógico nos contaba los problemas en la construcción y la falta de gol de los de Schuster. Y para colmo de males su máximo goleador y referente, el paraguayo Santa Cruz, se lesionó para ser sustituido por un Pawlowski que restó hasta el pitido final. Durante el primer tiempo el Barça llegó mucho gracias a los errores en salida -forzados o no- de los malacitanos. Se robaba arriba y con el rival desordenado. Los boquerones hicieron buena la presión culé y mala la posesión propia. El peligro lo generaban a balón parado.

Leo Messi está jugando a ser Laudrup. Y cada uno se divierte como quiere. Ya había sido Maradona, Ronaldo, Müller, Romário… Ahora, como el danés, disfruta asistiendo con precisión después de atraer rivales en conducciones que no tienen secretos para Él. Bernd preparó un entramado al rededor del argentino como muchos otros antes. Regaló las bandas como ya habíamos visto y jugó con las lineas cerca de Caballero. Nada nuevo bajo el sol. Xavi y los hombres de fuera sí pudieron, en esta ocasión, sacar partido ante semejante escenario. Alves y Alba llegaron arriba. Jordi fue incisivo y oportuno subiendo y salvador en su área en dos ocasiones. Alexis y Pedro se atrevieron y marcaron su 12º gol cada uno. Necesitaremos que las bandas sigan produciendo.

Xavi, que lleva tiempo siendo el más listo, celebraba su 34º cumpleaños. Dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo. En su cabeza y en sus botas sigue estando la esencia del fútbol que nos enamoró. Y el Sr. Hernández supo encontrar los espacios para dominar un partido y seducir de nuevo a un estadio. Sin ser el de antes buscó un fútbol de cara para mover con precisión y velocidad. Los huecos espaciotemporales los encontraba escapando de Messi y, por ende, de sus escoltas blanquiazules. Es un artista, un genio, un maestro artesano de un fútbol que él moldeó con mimo. Y mientras no se cree algo diferente, no aparecerá nadie mejor que el 6.

Así, Busi se centraba en el robo tras pérdida y Cesc compensaba movimientos de los demás. Ambos supieron leer lo que ocurría en el Camp Nou. Y en estea ambiente tan Guardilolesco Mascherano anticipaba y jugaba el balón con criterio y acierto técnico. Piqué marcaba y volvía a rendir a un gran nivel. Lo de los centrales del Barça esta temporada se está tratando poco y es injusto, aunque buena noticia para el equipo, supongo. Valdés nos regaló 90 minutos más de porterazo. Será el fichaje más determinante del verano.