«Por pensar, que primero es la pelota y después lo demás. Por pensar primero en ti y luego en Schevchenko.»

Pep Guardiola, en agradecimiento a Luis Aragonés tras el España-Ucrania (4-0) del Mundial de 2006.

 

De Pep se conoce que su afán por dominar al contrario a través de la posesión de la pelota, de atacar con él al mismo tiempo que te defiendes. Se dice que, a la hora de analizar un rival, en líneas generales Guardiola se fija en dos aspectos muy concretos: cómo se organiza en la presión sobre la salida del contrario y dónde y cuándo concede los espacios. El primero permite a sus futbolistas elegir el mecanismo de salida que deben utilizar para asentar la posesión en campo contrario; el segundo, generar las superioridades numéricas pertinentes para progresar en el juego y llegar a portería contraria. En caso de pérdida, la superioridad les permite estar bien posicionados para volver a recuperar el balón y seguir jugando.

Si a la hora de analizar al Manchester City tenemos en cuenta estos dos aspectos, el conjunto de Pellegrini muestra algunas carencias que se amoldan a la perfección a las virtudes de este Barcelona. Los citizens son un equipo en construcción, pero que en su primera fase de proyecto ha logrado algo muy importante, y es que con poco juego es capaz de producir mucho: en esto es el mejor equipo del mundo. Cuando logra hilvanar situaciones rápidas de ataque, no hay ningún equipo que pueda parar semejante caudal ofensivo. Es capaz de atacar con mucha gente, ya sea en estático o, como más le gusta, corriendo con espacios. No obstante, a pesar de la libertad ofensiva de la que gozan, los de arriba no asumen un gran compromiso al defender. Esto convierte al City en un equipo muy largo a la hora de presionar arriba y ahí los rivales pueden hacer daño si saben cómo gestionarlo.

Es por eso que si el Barça aplica la pausa necesaria e interpreta bien cuándo y cómo generar superioridades numéricas a la hora de salir desde atrás, puede asentar la posesión en campo contrario con relativa comodidad, obligando al City a replegar. Los citizens no son un equipo paciente, necesitan robar rápido el balón para poder jugarlo con sus delanteros, y no tenerlo les pasa factura, hasta el punto de que pueden sumar muchas fases de desconexión si no son capaces de recuperar la pelota con la rapidez que les caracteriza. Es en este contexto dónde pueden aparecer los espacios.

Unos espacios que muy probablemente aparecerán entre los centrales y la espalda del doble pivote. Tanto a Touré como Fernandinho les gusta descolgarse en ataque para llegar al área y ambos prefieren jugar acompañados que acompañando. Además, el marfileño cada vez se implica menos en fase defensiva, ya que goza de una libertad absoluta de movimientos en ataque, producto de ser uno de los hombres clave del proyecto. Los centrales tampoco son expertos en el paso adelante para achicar espacios y la presencia de Messi en el falso ‘9’ puede hacerles dudar a la hora de decidir si salen o se quedan.

Por eso no sería extraño que Pellegrini optara con protegerse dando entrada a Javi García en el mediocentro, menos aún si se tiene que el ‘Kun’ Agüero causará baja. El ex del Benfica adopta un perfil más posicional que se adapta bien a las exigencias del contexto, pero en ciertos momentos puede llegar a acusar cierta falta de nivel respecto al equipo titular, sobre todo si Messi e Iniesta se muestran tan entonados como en la última semana.

Si el Barcelona logra conquistar ese espacio puede generar aquellas superioridades numéricas que le permitan progresar hacia la portería citizen o, si por el contrario opta por no arriesgar más de la cuenta, también puede utilizarlos para alargar las posesiones y protegerse mejor en cuanto pierda el esférico. Si se confirma que Martino apostará por el Barça de los centrocampistas, seguro que el técnico argentino habrá pensado primero en la pelota y después en lo demás. Sus futbolistas lo agradecerán, porque habrá pensado primero en su equipo…y luego en Touré Yaya.