Si algo es innegable, es que la cantera del FC Barcelona ha sido en los últimos años una de las más prolíficas de la élite mundial. Es sabido por todos que en los campos de la Ciutat Esportiva Joan Gamper crecen algunos de los grandes talentos del futuro. Que en la Masía se trabaja para –casi- clonar a las piezas claves del primer equipo. Todos los aficionados quieren saber quién será el nuevo Xavi, quién sustituirá a Valdés cuando se marche o si hay alguien preparado para darle el relevo a Puyol, si existe realmente un próximo Messi, si alguno podrá equiparase al mejor Busquets o si Pedro y Tello son solo casualidades o es cierto que los extremos crecen con fuerza desde abajo. Pero, curiosamente, son pocos los que preguntan por los laterales.

En los últimos años hemos visto asomar la cabeza a porteros, centrales, mediocentros, varios interiores y extremos e incluso algún 9. También hemos visto a Montoya defender el lateral derecho de manera más o menos regular, con más o menos acierto; pero en la banda izquierda es más difícil que algún canterano eche raíces. Lo hicieron Sigfrid Gràcia en los años 50, Manolo en los 80 con menos regularidad, Sergi Barjuán en los 90 y, desde entonces, ninguno más hasta el regreso de Jordi Alba a Barcelona.

Lo cierto es que sí, en la base existen laterales izquierdos con capacidad para ser clave en los Barças del futuro. Hace tiempo que se ficha con acierto a los portadores de la camiseta con el número ‘5’ –el número marca la posición en el fútbol formativo-. De un tiempo a esta parte, se ha cuidado mucho a los laterales, piezas claves cuando estás obsesionado con salir desde atrás jugando y muchas veces fundamentales para fijar amplitud buscando la aparición de los tan ansiados pasillos interiores. Me atrevería a decir, incluso, que existe cierto overbooking en lo que al carril izquierdo se refiere y que la criba cuando vayan llegando al fútbol profesional (los que aún no lo están) va a ser dolorosa. Algunos ni siquiera pisarán el Miniestadi y no será por falta de aptitudes.

El lateral izquierdo dominante en los diferentes equipos es casi siempre del mismo tipo: competitivo, atrevido, inteligente tácticamente y de técnica sobresaliente en casi todos los casos. La mayoría han jugado en posiciones más adelantadas como la de extremo y en no pocas ocasiones son interiores reconvertidos. Se busca en ellos la velocidad tanto en carrera, como en la reacción y en el repliegue.

Todos son laterales largos que aportan profundidad y son piezas clave cuando es necesario focalizar el juego por fuera. En los equipos que juegan con extremos fijos (todos aunque no todo el tiempo), a los laterales se les utiliza para incidir por dentro y combinar. Algunos de ellos incluso pisan área rival más veces que los compañeros de posiciones más adelantadas.

Uno de los que cumple a rajatabla estos requisitos es Álex Grimaldo (1995). El valenciano lleva un año fuera de los terrenos de juego por una rotura de ligamentos de la rodilla derecha, pero antes de la desafortunada lesión y con solo 17 años, se hizo con la titularidad por delante del siempre cumplidor Carles Planas. En Can Barça, se esperan grandes cosas de él y recientemente ha alargado su contrato hasta 2016, ampliando también su cláusula de rescisión hasta 12 millones (que serán 35 si sube al primer equipo).

En el Juvenil A, el más especial es Fran Álvarez (1996). Son varios los que pueden funcionar -y funcionan- en el lateral izquierdo, desde Juanma García hasta Xavi Quintillà pasando por Sergi Palencia a pierna cambiada, aunque el lugar indiscutible de este último está en la banda derecha. Todos ellos han jugado partidos ahí aunque personalmente, prefiero a Quintillà en el eje central. Fran, por su parte, esta temporada está teniendo –de nuevo- muy poca suerte con las lesiones y son más de diez las jornadas que se ha perdido desde septiembre. El carrilero, que está entrando poco a poco en la dinámica del equipo, es extraordinariamente completo, muy potente y maneja bien la pierna derecha.

Por lo que respecta al Juvenil B, el dueño indiscutible del dorsal número 5 es Julen Arellano (1997). El navarro, fichado de las inferiores del Osasuna en 2011, crece en cada partido y es el principal argumento ofensivo de su equipo. Hablaríamos de él como un extremo puro si no fuese porque es rapidísimo en el repliegue y difícilmente pierde la marca en defensa. Cuando llega a la línea de fondo, sus centros están muy bien medidos; y cuando delante tiene a un extremo (Miki Poveda, en este caso), no tiene problema en incidir por dentro y dejar a sus rivales atrás. Ya ha jugado algunos partidos en División de Honor y ha cumplido de igual manera.

En la edad cadete, destaca especialmente Marc Cucurella (1998), un competidor nato fichado la temporada pasada del Espanyol. En el terreno de juego se transforma en un terremoto: su férrea y agresiva defensa le convierten en la peor pesadilla de cualquier extremo. Álex Martínez (1998), central zurdo, también ha tenido algunas actuaciones destacables en el lateral izquierdo, demostrando mucha inteligencia cuando se trata de prodigarse en ataque.

El Cadete B tampoco está carente de talento en la banda izquierda y David Isierte (1999) es buen ejemplo de ello. Trabajador incansable que se reparte los minutos con el disciplinado Martí Vilà (1999), que ha aprovechado cada titularidad que ha tenido. Pero a pesar de ellos, este cadete es quizá el equipo en el que el juego tiene más peso en la banda derecha, sobre todo en lo referente a la salida de balón.

En el Infantil A, la posición está ocupada por tres jugadores. Este verano, se fichó a dos laterales zurdos: Joan Rojas (2000) del Espanyol e Ignasi Domínguez (2000) del Girona. El tercero en discordia es Imad El Kabbou (2000), que empezó la temporada jugando casi exclusivamente en la banda derecha como extremo o lateral, pero su polivalencia y el hecho de ser ambidiestro le han llevado a repartirse minutos con los laterales zurdos a medida que ha ido avanzando la temporada. En él tenemos, además, a una de las pequeñas joyas técnicas de la cantera, destacando especialmente su golpeo. Ignasi, por su parte, también ha tenido algunos partidos como extremo izquierdo y, de hecho, contra el Gironès Sabat vimos jugar a los tres juntos con Imad en el lateral derecho y Joan Rojas como central.

Por lo que respecta al último equipo de Fútbol 11 de la cantera y uno de los más destacados esta campaña, Iván Bravo (2001) es el titular habitual. Con una zurda privilegiada, es uno de los laterales que mejor oxigena en corto y combina con los interiores. Tiene una facilidad increíble para encontrar al jugador libre y sacar el balón jugado.

Está claro, pues, que el FC Barcelona hoy por hoy tiene en la base una cantidad de jugadores especiales para el lateral izquierdo como hacía años –muchos- no tenía. Futbolistas enérgicos y sin complejos que desde la banda son capaces de salirse del guión y cambiar el rumbo de un partido. Algunos de ellos ya están marcados en rojo por el club y sólo es cuestión de tiempo descubrir si se consolidarán o se quedarán en las promesas que ahora son.