El Barça está en la final del torneo del KO. Es un objetivo importante, que duda cabe. Se jugará un clásico que lo tendrá todo y de ahí saldrá el campeón. Es noticia y será historia ¡Que ganas de vivirlo! La final de Copa es la fiesta del fútbol o eso se dice. Y fiesta y fútbol gustan por igual en estas latitudes. Los futboleros estamos de enhorabuena.

Muchos culés hemos sentido en algún momento de la primera parte que es ahora cuando empieza lo serio. El momento de no fallar ha llegado. Que la competición castigará pájaras, desajustes, despistes, errores y carencias. Hoy ya se ha competido de verdad. Se ha hecho con armas conocidas. Tata ha querido asegurar el pase a la final y lo ha logrado mediante posesión conservadora para anular al contrario.

El Barça ha salido a asociarse olvidando que a los extremos del campo hay porterías, porque hoy, sencillamente, no le hacían falta. Y para muestra un portero gaditano con precisión y criterio de centrocampista de la Roja. Necesitaba el FCB no desactivarse en los primeros minutos, no ser atropellado… minimizar riesgos. No tenía sentido recibir un gol tempranero a la contra con una eliminatoria a favor, pero no habría sorprendido tanto…

No seré yo quién valore lo listo que anduvo el Tata. Nadie llega a cuartos de final de un Mundial ni a la final de una Copa América con Paraguay sin ser muy competitivo en eliminatorias. En ambos casos cayendo ante el campeón. Hoy llegaba a San Sebastián con gran parte del trabajo hecho y lo que tocaba era rematar la faena. Listo.

Los blaugranas se hicieron con el balón y aprovechando que es redondo, lo hicieron girar. Daba igual la dirección porque no existía un destino final. Esto consistía en disfrutar el paseo pisando en firme y por un sendero conocido y evocador de sensaciones agradables. No había prisa ni necesidad alguna más allá de mantenerlo. Y en eso siguen siendo los mejores.

Y de tanto que tocaban se ordenaron al rededor del Brazuka y desordenaron a los blanquiazules. En ese contexto -y en ninguno más- los de Martino saben dónde cómo y cuándo presionar. Y se roba …y vuelta a empezar. Que a partidos de 180 minutos ya habrá tiempo y momentos de pensar en goles. Que Valdés es culé hasta que acabe la temporada y Messi el mejor hasta que Él quiera. Y los dos lo saben todo de porterías y pelotas.