En la conocida fábula de Esopo de “La cigarra y la hormiga”, Ernesto Valverde sería el formícido, no solo por su apelativo en el mundo futbolístico –txingurri-, sino porque en su etapa de entrenador ha tenido que trabajar de lo lindo para llegar a ser reconocido por el gran público como uno de los mejores en la Liga BBVA esta temporada.

50 años contemplan ya al extremeño de nacimiento y vasco de adopción con una carrera en los banquillos llena de altos, bajos, ceses y contrataciones como revulsivo. Logró con el Athletic la quinta plaza en la temporada 2003-04 en su debut en la élite, una final de la UEFA con el Espanyol en la 2006-07 y 3 Ligas y 2 Copas griegas con el Olympiacos en sus dos etapas. Su piedra en el camino se la encontró en la 2009-10 con el Villarreal de donde fue cesado tras siete meses de resultados desastrosos, con los grogets en zona de peligro. La redención en la Liga española llegó de la mano del Valencia siendo el sustituto de Mauricio Pellegrino en la 2012-13 y llevando a los ches a acariciar los puestos de UEFA Champions League pero Valverde decidió no continuar en el puesto ya que el destino le devolvía a casa por segunda vez.

Ernesto fue el elegido por Josu Urrutia como recambio de Marcelo Bielsa esta temporada y no le ha ido nada mal a los bilbaínos. Cuartos en Liga, con muchas opciones de conservar este puesto al final del campeonato y poder regresar a la UCL para competir con los grandes de Europa. Valverde ha logrado edificar el equipo en base a cuatro puntales: un central de gran proyección -Laporte-, la explosión de un medio centro muy completo -Iturraspe-, la consolidación de una de las mentes más clarividentes de la Liga -Ander Herrera- y un 9 rematador con números en la segunda vuelta que asustan -Aduriz-. Son sus cuatro patas para un banco y el banco es resistente a la par que cómodo y confortable. Al menos, eso opinan en el Nuevo San Mamés.

Mi compañero de Rondo Blaugrana Jordi Iglesias preguntaba en twitter cuál de los dos Athletic de Bilbao era mejor, si el de Bielsa -primera temporada- o el de Valverde. Ambos coincidimos que el del argentino era más emotivo, más pasional y transmitía mucho más tanto a la afición como al espectador neutral. En cambio el de Ernesto es más competitivo y más compacto, sin vivir tanto en el alambre. Finalmente son opiniones y gustos y en eso cada uno tiene el suyo por fortuna.

Los leones visitarán el Camp Nou este domingo comandados por el txingurri, buscando aprovechar la semana de decepciones del Barça y las malas sensaciones en el juego que arrastran los de Martino las últimas semanas. Hay aficionados que postulan a Valverde como posible ocupante del banquillo blaugrana en un futuro inmediato. No será un examen del Estadi para Ernesto este partido pero seguro que muchos pondrán parte de su atención en su propuesta y su manejo de campo. Porque como siempre ocurre, nunca se sabe lo que puede pasar la próxima temporada, ni tampoco mañana. Maldito futuro.