JUEZ, ABSUELTO Y CONDENADO

El Elche se encuentra en una triple tesitura ante uno de los partidos clave de la liga. Por un lado, su proceder en el campo determinará si el Barça pierde las opciones de ganar el campeonato o si por el contrario seguirá dependiendo de sí mismo en la última jornada para acabar primero. A su vez, lo que suceda en el Martínez Valero les afectará de pleno. Si ganan, continuarán un año más en Primera. Si no es así, tocará sufrir hasta la última jornada para saber el desenlace, aunque un punto facilitaría mucho más las cosas. Asimismo, los franjiverdes podrían salvarse perdiendo siempre y cuando dos de entre Espanyol, Sevilla y Granada ganen sus partidos este domingo. Como ven, hay cábalas en ambos polos de la tabla.

Si nos centramos en cómo va a encarar el partido el equipo ilicitano, hay que empezar señalando que Fran Escribá lleva un par de meses utilizando el 4-4-2 en casa, en el que Coro acompaña a un delantero centro, y el 4-2-3-1 como visitante que presenta a Javi Márquez de mediapunta con el voluntarioso atacante tirado a uno de los costados. Sin embargo, cuesta creer que el técnico valenciano no vaya a reforzar la zona ancha ante un rival como el culé. El precedente cercano mostró cómo Xavi e Iniesta, escoltados por Busquets y ayudados por la movilidad de Cesc como falso nueve, creaban una superioridad numérica (además de técnica y futbolística) aplastante. El partido se acabó a los quince minutos con un 2-0 que acabó por doblarse en el marcador. En parte por ello, es probable que se repita el once que cazó los tres puntos en La Rosaleda, a excepción del sancionado Botía y con la duda de si un tocado Boakye llegará en condiciones para jugar de inicio o si Carles Gil regresará al equipo para desplazar a Coro hacia la punta. El canterano ché es el talento de la plantilla, pero su discutible forma física le ha hecho ser utilizado en ocasiones como primer hombre de refresco.

A la hora de repartir los espacios, lo probable es que el exótico Rodrigues vigile a Alves y Adriano quede emparejado con Carles o Coro, con el jugador más adelantado ensuciando la problemática salida de balón que realizan Pinto, Bartra y Mascherano. Busquets se las vería con Márquez, mientras que los interiores serían para la pareja Rubén Pérez-Carlos Sánchez. Atrás, Lombán y Pelegrín deberán lidiar con Messi y Damián y Cisma tratarán de evitar que los extremos blaugranas no se planten ante la meta de Manu Herrera. Sucedió en la ida que el Elche sitúo la línea defensiva lejos de su portería y se vio desbordado ante la superioridad central comentada sumada a las rupturas de Alexis y Pedro. Aquel hecho podría dar lugar a una opción algo más conservadora con los mismos hombres; Carlos Sánchez como pivote único ayudaría en la defensa de Messi (con la ‘tricolor’ ya sabe lo que es enfrentarse al astro argentino y no le fue mal), y Rubén y Javi se ocuparían de los interiores rivales formando un 4-1-4-1. El punta molestaría a Busquets. Igualmente, cabe decir que disminuiría la presión a la salida culé, que este dibujo hace tiempo que no se utiliza y que actuando como local y siendo el equipo menos goleador de la categoría sería un tanto duro de aplicar. La razón por la que se apunta no es una sorpresa: Lionel.

Lo que parece a priori evidente es que el partido se espera más competido y complicado para el Barcelona que el de la primera vuelta. El Elche llega algo mejor y es casa se muestra sólido, el Barça está bastante peor que entonces y el cuerpo técnico franjiverde tomó nota de los errores. Los chicos de Martino deberán echar aceite en las bisagras de un sistema que pasa por su etapa más dubitativa y decadente si quieren superar la férrea defensa preparada por Escribá. El orden ya ha castigado otras veces a un equipo que ha perdido en el José Zorrilla y en el Nuevo Los Cármenes, siendo un empate en casa ante el Getafe su último resultado. En cualquier caso, el domingo habrá una diferencia a su favor: tras haberse dado ellos mismos por muertos en la disputa, se saben con la liga a mano y no quieren volver a conceder.