1X1: ANDRÉS INIESTA & CESC FÀBREGAS

MÁS DE SENSACIONES QUE DE NÚMEROS por Jordi Chopi

Andrés Iniesta ha sido de los jugadores que más ha sufrido la indefinición del equipo en términos de propuesta futbolística. Algo que para un jugador que se siente muy cómodo cuando el equipo juega y se organiza alrededor del balón es fundamental. No solo para intentar entender por qué ha sido más irregular de lo que suele ser sino porque salvo en algunos partidos y tramos muy determinados, no ha llegado a transmitir aquella serenidad y clarividencia sobre el campo. Iniesta siempre ha sido más de sensaciones que de números, de grandeza a través de sus botas, canalizando y mejorando cada jugada con sus intervenciones. Y brilló algo este año pero a cuentagotas, destacando sobre todo entre el final de la primera vuelta y parte de la segunda, cuando el equipo de Martino a pesar de las dudas y los déficit, intentó edificar confianza a través de la asociación y presencia de todos los centrocampistas en los partidos a priori más difíciles. Un experimento no innovador pero sí pragmático, dentro de lo imperfecto que era el equipo.

De media no podemos calificar a Iniesta esta temporada como el mejor de los interiores. En cambio sí fue de los mejores cuando partió del extremo izquierdo, pudiendo juntar al equipo más arriba y sumando muchísimo. Como interior se le puede exigir más si bien como destacábamos al principio, es de los futbolistas que más sufre cuando el equipo se hace largo y no consigue salir con la pelota jugada desde atrás. Debe ser uno de los líderes del Barça que viene y una referencia para sus herederos.

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EL MÁS DECISIVO BAJO SOSPECHA por Joan Barriach

Hablar de Cesc Fàbregas en el Barcelona es hacerlo sobre un jugador que en can Barça ha revivido por tres temporadas una misma película, un comienzo prometedor, un nudo muy interesante y un cierre decepcionante. Sus temporadas hasta los meses de enero han sido muy buenas, este año incluso siendo el mejor de su equipo que iba líder en la Liga. Pero llegado febrero el equipo cayó y él fue partícipe de este bajón.

Los números, que no pueden ser el único baremo para analizar el rendimiento de un jugador, abalan que Cesc ha sido el mejor centrocampista del Barça esta temporada (Aportó 13 goles y 15 asistencias en toda la 2013-2014) por encima de Iniesta y Xavi, pero a nivel de juego Cesc nunca, excepto en ese lejano noviembre-diciembre, se hizo con el mando de su equipo ni supo aportarle cuando este iba cayéndose a su descomposición de final de ciclo en abril y mayo perdiendo todas las competiciones.

Probablemente el de Arenys haya vivido en esta su última temporada en el equipo que le parió pero en el que no creció. Volvió a su casa, la que tenía que ser la vuelta del hijo pródigo, pero no pudo con el peso de la institución ni con la sombra, legado y figura de Xavi Hernández. Dato que no puede exculpar a Cesc de su fracaso final (sus finales de temporada no merecen otro calificativo) aquí ni tampoco el club puede ser excluído de la crítica, pues un jugador que es capaz de aportar una treintena de goles por temporada desde segunda línea no es lógico ni aceptable que no pueda tener cabida en un equipo como el Barcelona.