EL MEJOR EN PUNTO MUERTO por Otsuka

En marzo escribí un artículo que titulé Peor con el mejor, en el que intentaba reflexionar acerca de un fenómeno extraño. El Barça de Martino había alcanzado un equilibrio bastante prometedor en el que Cesc consiguió integrar en un sistema de posesión las tendencias más verticales del equipo. Ese equilibrio, endeble pero interesante, se había logrado cediendo protagonismo a piezas tradicionalmente subordinadas, de manera que Pedro y Alexis brillan como pocas veces lo habían hecho. Con el retorno del rey al equipo el Barça, obviamente, eleva su techo de calidad pero se diluye la primacía del conjunto a favor del trabajo para Messi. Más aún, la alegría que caracterizó al breve interregno de Cesc, Pedro y Alexis, se fue perdiendo hasta degenerar en el equipo hastiado de final de temporada. La cuestión es que Messi no ha estado mal en términos absolutos. Se le ha visto finísimo en lo técnico y solvente en lo físico, negándole argumentos de peso a quienes sugieren que se estaba reservando para brillar en el Mundial. Porque la realidad, por más que duela admitirlo, es que Messi lleva no menos de tres temporadas trotando por el campo, comportándose como el veterano que sabe que solo puede hacer tres o cuatro carreras.

Incluso en punto muerto Leo Messi es el mejor del mundo, certidumbre que esconde una trampa letal para el Barça. ¿Merece la pena poner toda una estructura colectiva al servicio de un veinteañero que se mueve como si estuviera al borde de la jubilación? Creo que este 2014 ha demostrado que es imposible. El Barça buscó al argentino hasta que se aburrió de hacerlo, y, ante la defección física de Xavier Hernández, el juego directo se impuso como la única respuesta. Es cierto que el Barça cada vez le da menos a Leo Messi, pero también es cierto que otros jugadores, como Rooney, reciben aún menos, y la actitud es totalmente distinta. Rooney juega dos partidos cada fin de semana: hace lo suyo y lo de los demás. La planificación del plantilla del Barça fue deleznable, cierto, pero, ¿qué sistema táctico está preparado para entregarse a un jugador que no se mueve durante 80 minutos? Quizá esté siendo injusto con un jugador que, otro año más, pese a las lesiones, ha regalado goles y asistencias como si fuera sencillo superar a las leyendas. Dicho queda. Sin embargo, el talento puro no basta. La temporada ya concluida no es más que el culmen de un declive anímico tan acusado que la desgana de Leo Messi comienza a restar más de lo que aporta su insuperable calidad. Solo nos queda confiar en que una planificación de plantilla más coherente contribuya a que Messi recupere la alegría. Al fin y al cabo, solo tiene 26 años.

 

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LOS OTROS por Jaume Núñez

Cuatro han sido los jugadores de la primera plantilla del F.C. Barcelona que prácticamente no han tenido participación durante la temporada 13/14. Lesiones, recaídas y una concepción de plantilla discutible han sido los motivos.

Jonathan Dos Santos a punto estuvo de salir cedido el pasado verano. Con la llegada de Martino, tuvo una nueva oportunidad y el mexicano decidió intentarlo un año más, esperando ser una de las alternativas en el MC. 3 ratitos en Liga contra Valencia, Rayo Vallecano y Almería fue toda su aportación, puesto que a finales de octubre se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha durante un entrenamiento. Su apuesta por reclamar minutos salió cruz.

Ibrahim Afellay volvió de su etapa alemana de luces y sombras. Luces porque en una parte de la temporada fue hombre importante en el Shalke 04 rindiendo a un buen nivel. Sombras porque las lesiones volvieron a llamar a su puerta. Hizo la pretemporada con el conjunto culé y a finales de agosto se decidió intervenirle de una lesión crónica muscular. El 26 de enero volvió a los terrenos de juego contra el Málaga tras 20 meses sin disputar un minuto con los blaugranas. Alguna aparición más y su presencia en el banquillo en contadas convocatorias fue toda la aportación de Ibi.

Isaac Cuenca ha sido otro “novio” de las lesiones encadenando una tras otra. Hasta final de curso no ha recibido el alta médica pudiendo disputar la Copa Catalunya con jugadores del B y del Juvenil donde marcó de penalty. Muchos comentarios ha suscitado también su relación con el Tata, puesto que en momentos claves del final de temporada, cuando toda la plantilla se desplazaba junta a partidos fuera de casa, Isaac era el único que se quedó en Barcelona.

Oier Olazábal ha sido un espectador de excepción esta temporada. Desde la grada en el tramo inicial y desde el banquillo con las lesiones de Valdés, el catalán no ha participado ni un minuto. Esto nos lleva a reflexionar sobre la conveniencia o no de tener 3 porteros en nómina en la primera plantilla. Cada maestrillo tiene su librillo y no sabemos la incidencia que tiene esta apuesta en las sesiones de entrenamiento, pero a mi entender -y el de muchos- carece de toda lógica a nivel de rendimiento y necesidad. Siempre es preferible un portero que tenga continuidad, que juegue cada semana, que no uno que no ha disputado ni un minuto de competición y tener al filial en 2ª división te asegura eso.

Plantilla de 25 la del curso 13/14, excesiva a mi entender. Esperemos que Luis Enrique maneje un grupo más reducido y que esas vacantes queden a disposición de los jugadores del B que quieran tirar la puerta abajo. La oportunidad, además de ganársela uno, hay que darla.