EL ENIGMA XAVI: ¿DENTRO O FUERA?

No fue una revolución completa por Joan Barriach

El fútbol actual es un negocio en el que prima la inmediatez, esto puede ser justo, o no, para el deportista y los profesionales que están ahí abajo pero es un aspecto que los clubes aceptan de buen grado. Xavi Hernández, más allá de su extenso legado y su influencia sobre el resto, es un futbolista de 34 años con dos temporadas más de contrato (debería discutirse seriamente cómo es aceptable que un club firme semejante documento envenenado) que seguirá un año más llevando el brazalete de capitán y luchando por seguir siendo el líder del centro del campo.

Este verano el club hizo una apuesta rompedora con el pasado. Apostó por Luis Enrique y se mandó el mensaje que todo sería distinto a partir de este verano. ¿Todo? No, al final Xavi, que parecía que ya sí diría adiós, se queda. Xavi, el que fue el mejor centrocampista, está en un claro declive y lo que fue, fue y no será más. Su marcha era la confirmación de que sí, que todo había cambiado; su continuidad es un, aún quedan reminiscencias del pasado, aspecto que puede poner en peligro incluso al proyecto entero, pues a Xavi hay que añadirle su figura y el tóxico entorno que rodea al club.

¿Asumirán todos que el de Terrassa no tiene nivel para ser titular? ¿Entenderán todos que a pesar de su continuidad el equipo no será el mismo, o no debe serlo, que el de los años anteriores? Personalmente tengo muchas dudas al respecto. Su continuidad puede provocar reacciones parecidas a un “él sigue siendo imprescindible” o parecidos en malos partidos contra equipos de media tabla que el egarense puede resolver. Y a la vez esto puede degenerar a un equipo que vuelva a pretender jugar con Xavi como líder y a su ritmo. La trampa estará ahí y caer en ella es fácil, demasiado fácil. Sólo hay que esperar a dos malos partidos y a la aparición oportuna del ‘6’.

¿Es positivo que Xavi siga? Tiene aspectos que pueden ser positivos. El talento sigue estando ahí hasta que muera, ha demostrado, futbolísticamente, que puede ser muy útil en contextos muy determinados y el aficionado puede sentirse no tan desamparado en el campo después de la marcha de Valdés y Puyol, ¿pero es suficiente?.

Más allá de lo positivo y lo negativo el resultado será sí o sí con muchos oscuros. Si sigue y asume el rol de suplente (y asumirlo él y el entorno es algo que, admitámoslo, es bastante probable que no suceda) tendremos en el banquillo a un veterano con un contrato hasta 2016 y un salario de megaestrella. Si termina, por h o por b, entrando en los onces, estará ahí la figura que fue, ya no es y lo que debía ser un nuevo proyecto degenere en un y al final jugarán los de siempre para caer como siempre. Demasiados condicionantes para una continuidad sospechosa. Luis Enrique será valiente, Xavi debe aceptarlo y no complicar las cosas a su entrenador.

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Xavi como actor secundario por Fdeprimera

 “Si no te pongo, no me toques las pelotas”. Así se dirigía Luis Enrique a Xavi cuando el de Terrassa anunció a su nuevo entrenador que seguiría como mínimo una temporada más en el FC Barcelona. Después de no ponerse de acuerdo con el club en términos económicos– y tampoco una oferta del extranjero que le convenciera–, Xavi asumió el reto de encontrar el sitio en un equipo que, ahora parece que sí, ningún futbolista estará en el once si no se gana el mérito de estarlo.

Y, ¿qué es lo que puede aportar Xavi al equipo? Sin ser el de 2011 ni mucho menos, el egarense se ha erigido en un símbolo del control del juego a través de la posesión del balón y, como tal, el Barça puede encontrar en él un activo muy útil en determinadas situaciones. Para alargar posesiones y cerrar partidos de resultado amplio; para recuperar el control en encuentros que se han convertido en auténticos correcalles; e incluso para dinamizar el ataque azulgrana, cuando éste carezca de buenas ideas en días complicados.

Evidentemente, no podemos dejar de pensar que Xavi asumirá un rol secundario a partir de ahora, aunque no se pueden extraer conclusiones precipitadas antes de que comience la temporada. El centrocampista puede convertirse en un recurso muy útil saliendo desde el banquillo y, tal y como demostró en el año pasado, su juego aún puede ser muy válido ante equipos de menor entidad. Ante rivales de mayor calibre no parece que vaya a tener más peso dado su declive con el paso del tiempo, pero no es descartable, sin embargo, que Luis Enrique encuentre una fórmula para reducir su peso en el juego permitiendo su entrada en el once.

Si se cumplen esta serie de directrices, la aportación de Xavi puede resultar muy provechosa. El centro del campo azulgrana ha perdido a Cesc respecto el curso anterior, pero ha ganado a Rakitić y a Rafinha, dos buenos futbolistas que mejoran al equipo y fomentan la competencia interna. Si Luis Enrique sabe gestionarlo y sacar partido de ello, el Barça saldrá reforzado.