Tras cuatro meses de temporada y varias ideas desechadas, Luis Enrique ha decidido meter toda la carne en el asador. Si nada acaba de funcionar, vamos a poner a los buenos y que ellos lo -se- apañen. Quizá suene algo simplista y seguro que detrás de esta decisión hay cientos de razonamientos tácticos de los técnicos, pero cuando un barco zozobra es lógico llamar a cubierta a tus mejores marineros.

En el ultimo partido importante disputado -ante el PSG-, Iniesta, Messi, Suárez y Neymar compartieron espacio alrededor del área, con Pedro como apoyo por la banda derecha -ante la ausencia de Alves-. Por detrás, Masche y Busquets junto a los tres centrales dotaban de consistencia defensiva logrando frenar muchas de las contras parisinas por acumulación de efectivos. Es decir, los 5 mejores ofensivamente atacando y vaciando la zona central y el quinteto de mayor calidad defensiva a negar los espacios en la transición defensiva culé.

La defensa estática sigue careciendo de orden y automatismos que permitan basar el inmediato crecimiento del equipo en ella. Lo mismo sucede con el ataque posicional, carente de fluidez y dependiente de la inspiracion individual. Por eso, cuantos más en el campo, mejor. Este redireccionar del equipo «a lo nominal» intenta suplir las carencias colectivas a base de calidad individual en todas las fases del juego. Y esta subida de skills de los jugadores -a lo FIFA o PES- logra, como se demostró contra el PSG, que el equipo sea competitivo ante rivales de entidad.

Si a todo esto le añadimos la circulación en U -eliminar combinaciones innecesarias por dentro para provocar que las perdidas se produzcan siempre en zonas menos comprometidas- y ese vaciado de espacio para Messi e Iniesta en la zona de mediapuntas, -ocasionalmente de Neymar- tenemos que Lucho comienza a tener una idea clara de cómo plantear los partidos gordos. No funciono su plan inicial, no funciono el plan antiguo, y en este tercer intento parece que las cosas caminan un poco mejor.

Faltan por ajustar muchas cosas pero tiempo al tiempo. El cambio es profundo y como es lógico, necesita de horas de césped, vídeo y pizarra para que los jugadores asimilen un concepto de juego alejado del pasado más próximo. Por poner un ejemplo, será clave corregir los desequilibrios que se producen en banda en una defensa de tres cuando uno de los centrales sale a la cal, algo que ya martirizó el experimento de Pep hace unos años.

Por fin tenemos una idea. No es perfecta, no es la excelencia pero podría funcionar. Porque los buenos son muy buenos, y a veces eso suele bastar.


Vídeos de capturas del Barça-PSG mostrando diferentes aspectos posicionales del equipo. El primero en inglés y el segundo en castellano.