EL ENÉSIMO INTENTO DE EMERY

31 partidos han pasado desde la última derrota del Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Nervión se ha convertido en un fortín que no ve caer a su equipo desde la última visita del F.C. Barcelona. Por ese motivo este partido es especial y bastante esperado en la capital andaluza. Los sevillistas, tanto jugadores, cuerpo técnico y afición, tienen marcado el duelo con el conjunto culé en rojo para establecer la confirmación absoluta de que ahora mismo sienten, que son casi imbatibles.

El momento competitivo que atraviesa el equipo de Emery es envidiable, 8 victorias y un empate, preceden la visita del Barça al feudo rojiblanco. Y la ilusión con la que se maneja es exultante. Unai ha conseguido que sus jugadores cojan un golpe de pedal impensable en el mes de febrero, donde su competitividad bajó de manera acusada, después de firmar un buen enero. Nuevamente el Sevilla enfila el término de la temporada como ya hiciera el año pasado, en su mejor momento de juego y con la máxima confianza.

Se junta dos aspectos que se retroalimentan. Psicológicamente el Sevilla vive en un estado de euforia que se potencia al haber encontrado una dinámica de juego que le trae resultados y que le hace sentirse un equipo muy difícil de batir. Emery ha conseguido, después de mucho tira y afloja, definir la identidad de su equipo y que sus futbolistas se encuentren cómodos dentro de ella, aplicando una serie de rotaciones en las que casi todos los que participan responden de manera sobresaliente.

Esta situación queda ejemplificada en la figura de Iborra, quien en el mercado invernal parecía buscar una salida y ahora pasa por ser pieza capital en el desarrollo táctico del equipo. Atrás tampoco podemos dejar la situación atravesada por Banega, el jugador que da el toque diferencial en lo técnico, que ahora muestra su mejor versión en mucho tiempo y vuelve a ser comandante en plaza de un equipo que aspira a grandes objetivos. Ni desdeñar los casos de Reyes o Gameiro, jugadores con rol de suplentes, a los que cada vez que les toca participar en el once inicial dejan patentes sus cualidades, marcando diferencias muy significativas en los partidos, o de Kolo, Diogo y Fernando Navarro que cumplen con creces cuando les llega la hora formar parte de la zaga.

Emery maneja con soltura un bloque de 16-17 jugadores que no cambian la fisonomía básica del equipo pero que le dan ese punto diferencial que requiere cada rival o situación de partido. El manejo del banco y la lectura de campo han crecido en el técnico sevillista, muy posiblemente potenciada por los grandes resultados obtenidos. Si bien es difícil establecer quienes serán los titulares, parece muy claro cómo va a jugar el Sevilla los partidos.

Y aquí el Barcelona no plantea situaciones estructurales que le vayan a hacer cambiar su idea, sobre el papel. Aunque será el preparador de Hondarribia quien tenga la última palabra. Sobre él pesa una losa importante, no haber sido capaz de ganar al Barça en ningún enfrentamiento que ha tenido con el equipo culé, y eso puede llevarle a buscar variantes a lo que viene manejando. Decimos que estructuralmente los de Luis Enrique no requieren grandes reajustes en los sevillistas, pero otra situación es la cuestión técnica. El Sevilla se las verá contra un equipo donde sus jugadores tienen un nivel de acierto demasiado grande y donde tendrá que subir aspectos como la agresividad defensiva -una cuestión algo mejorable en algunos partidos-.

Si bien el Sevilla fuera de casa es un equipo que no presta demasiada atención a la posesión del esférico, sobre todo con la ausencia de Banega en su once inicial, en el Sánchez Pizjuán encara los partidos de otra forma. Aquí este nuevo Barça, no tan dominador del juego desde la tenencia de la pelota, le abre la posibilidad de ser más el Sevilla de casa que nunca en los últimos años.

Atrás ha quedado, parece, ese Sevilla que tiraba de sobrexcitación para enfrentar a sus rivales en el feudo rojiblanco y que donde peor lo pasaba era en las situaciones en las que le tocaba ser dominador del encuentro porque dejaba patentes deficiencias estructurales en su transición defensiva. Este “nuevo” Sevilla recibe menos contragolpes porque está mejor estructurado y maneja mejor las situaciones de juego, sabiendo cuando tiene que replegar o cuando tiene que presionar. Es un equipo más adulto, más sereno, más confiado en su plan de juego. Y esa autoconfianza le permite un abordaje emocional de los encuentros superior.

Contra el Barça no debería ser esperable que el Sevilla se tirara a la yugular buscando presionar muy arriba, pero tampoco que cediera la posesión del balón y se atrincherara atrás buscando un balón parado o un contragolpe como única vía de llegada a la portería de Bravo. Los andaluces ahora tienen un plan de ataque que podría parecer rudimentario pero muy bien estructurado.

Si miramos una vuelta atrás en la Liga podemos establecer como ha sido la evolución ofensiva del equipo, que sobre todo queda patente en Nervión. Analizamos cómo enfrentó el Sevilla el partido contra el Athletic de Bilbao o Villarreal en la primera vuelta y como lo viene haciendo en las últimas jornadas, centrándonos en el aspecto ofensivo. Y lo hacemos mirando el aspecto ofensivo porque es donde más cambios ha sufrido el Sevilla y porque parece que esta vez el peso de lo que haga el conjunto de Emery con el balón si puede ser importante, toda vez que el Barça de Luis Enrique concede a sus rivales manejarse con el esférico.

El mejor Sevilla en la primera vuelta del campeonato era aquel que buscaba la asociación en el juego y en el que sus futbolistas se escalonaran y asociaran en corto. No es que el juego directo no fuera una variable manejada, pero no era tan productiva como hoy en día.

Los sevillistas se juntaban más por dentro para iniciar el juego y progresar y el juego interior tomaba gran relevancia. Eran momentos donde la presencia de Banega como mediocentro de construcción, de Denis Suárez como mediapunta de apoyo y de Reyes o Deulofeu como extremos de presencia interior con capacidad de desborde y pase llevaban el modelo de ataque a zonas interiores.

La siguientes tres imágenes dejan patente como Emery usaba bastante una iniciación y progresión del juego en zonas interiores y con la búsqueda de un equipo escalonado para encontrar líneas de pase que le permitieran el avance ofensivo para sacar el mejor rendimiento atacante en su equipo.

Salida de balón 1a vuelta

Iniciación 1a vuelta

Ataque estático 1a vuelta

El mejor Sevilla no se olvidaba del juego de bandas, pero siempre obtenía mejores resultados en el desarrollo ofensivo cuando se juntaban jugadores por dentro.

Ataque bandas 1a vuelta

Con la eclosión de Julio César Iborra- que no Baptista- el rumbo ofensivo del Sevilla ha tomado un cariz muy diferenciado. La presencia del otrora mediocentro levantino en su nuevo rol dentro del once inicial sevillista fue casi casual, las lesiones llevaron a Emery a tirar de Iborra como mediapunta para enfrentar al R. Madrid. En el Bernabéu su figura fue el timonel del barco andaluz, cuajando un partido de auténtico lujo salvo en la definición. Desde ese momento el Sevilla empezó a definirse en torno a él y a Banega, alternado ambos posición y rol en función de quién es el dueño de la pelota cuando ambos forman en el campo.

Si Banega no es de la partida, Iborra forma junto al punta- principalmente Bacca, aunque también Gameiro sea un buen acompañante del gigante de pasado granota-, tejiendo Unai un cordón de seguridad en el doble pivote con dos de los tres gladiadores Krychowiak, M´Bia y Carriço, cuya misión es trabajar la transición defensiva y ofrecer juego directo al ataque. Si Ever es titular alterna posición con Vicente, siendo el argentino quien baja a recibir el primer pase y juega como mediocentro de iniciación y progresión cuando el Sevilla tiene la pelota para transformarse en mediapunta y lanzador del contragolpe cuando los andaluces toman la decisión habitual de replegar a campo propio.

Podríamos decir que, dentro de la pareja que ha definido el cambio tan sustancial que ha sufrido el Sevilla, Banega desarrolla las funciones de artista e Iborra las de picapedrero. Sin embargo uno y otro se ven favorecidos y brillan con la presencia y función del otro. Ambos son igual de importantes en el entramado ofensivo sevillista por más que uno sea más esteta que el otro. Desde aquí, desde esta sociedad, encontramos un Sevilla que ataca de otra forma y que defiende mejor la pérdida, ofreciendo menos opciones al rival de contragolpe. Este aspecto no es baladí a la hora de enfrentar al Barça de los delanteros, un equipo que ha potenciado las transiciones a límites inesperados.

Emery ha definido un equipo que cuida la iniciación del juego como oro en paño, pero que no potencia la progresión ofensiva. Este nuevo Sevilla busca el juego directo a la ruptura de Bacca- o Gameiro- si se encuentra una línea defensiva adelantada o asentarse en campo rival a través de la cabeza de Iborra, bien desde la segunda jugada o la presión tras rechace, o mediante el cambio de juego diagonal a los laterales proyectados en ataque.

El habitual ver en el Sevilla como los mediocentros se abren, ocupando posiciones de lateral, para ofrecer línea de pases a los centrales. Krychowiak es el jugador que más realiza este movimiento, mientras que Banega suele estar más centrado. Pero si el rival presenta una presión alta sobre la salida de balón sevillista, Emery no da vuelo a Iborra, haciendo que este sea un elemento más para superar la agresividad adelantada del contrario.

Los de Nervión no escatiman en la utilización de efectivos implicados en el inicio del juego, aunque la intención no sea progresar de manera conjunta, sino atraer al rival para llevar a cabo un fútbol muy directo. Iniciación-finalización. Así está construido un Sevilla que obtiene mucho con muy poco, tratando de aprovechar los espacios que pueda dejar la defensa contraria a su espalda.

Iniciacion 2a vuelta

Asentado ya en campo rival, es decir si este no busca una presión muy adelantada y no deja demasiado espacio a su espalda, Iborra si sube su posición de manera clara y actúa como boya receptora del juego directo. Al movimiento vertical del teórico mediocentro, le acompañan el desplazamiento hacia atrás de Banega como único jugador que habilita claramente líneas de pase entre líneas y los movimientos de los extremos o el punta buscando el desmarque entre lateral y central de la defensa contraria. Iborra recibe y tiene las opciones de ruptura de dos jugadores a la espalda de la defensa en pasillos muy difíciles de defender.

Ataque estatico 2a vuelta

Si la situación no permite el juego directo sobre los puntas porque la defensa contraria no deja espacio a su espalda o cierra las líneas de pase sobre Iborra, el Sevilla maneja el desplazamiento diagonal a banda para la subida de los laterales. Los de Emery no son un equipo que elabore entre líneas de forma natural, pero es que tampoco lo busca de manera habitual.

Juego de bandas 2a vuelta

A través de estos nuevos mecanismos ofensivos adquiridos está consiguiendo el Sevilla competir. Serán los que tenga que poner en liza para que, de una vez por todas, Unai Emery consiga derrotar al Barça en un enfrentamiento directo. Queda ver si es capaz de imponerlos frente a los de Luis Enrique. Nervión espera poder seguir vibrando con su equipo, enganchado a Iborra y Banega en primera instancia, y al resto de los habituales jugadores sevillistas. La cita promete.