No queda otra. Cuando salvar la categoría es una quimera, lo poco que queda por salvar es la dignidad, el orgullo propio. En esas está el Córdoba CF desde hace unos meses. Y no habrá sido por no tener oportunidades para reengancharse a la pelea por la salvación. La zona baja es de las peores a nivel de puntuación que se recuerdan en las últimas temporadas.

El Córdoba, salvo milagroso cambio en estas últimas semanas, va a acabar la temporada batiendo muchos récords negativos, o quedando cerca de ellos. Quien haya visto al conjunto blanquiverde sabrá que las sensaciones nunca han sido tan malas, pero el oficio y la competitividad son un tesoro en primera división, y el equipo ha carecido de ello desde la jornada 1.

Una temporada mala en su conjunto, pero agravada en la segunda vuelta donde solo ha conseguido 2 puntos en las visitas a Riazor y El Madrigal. 2 puntos de 45 posibles por los 18 conseguidos en la primera vuelta. El buen hacer del final de año unido a los fichajes invernales hacía presagiar una posible salvación, pero todo se vino abajo unas jornadas después. Y de la forma más extraña posible. Partido contra el Real Madrid que impresiona a medio mundo y a partir de ahí el declive máximo. Pesos pesados del vestuario han comentado que «nos creímos mucho mejor equipo de lo que éramos«. Me cuadra.

Incapacidad goleadora -3 en los últimos 11 partidos, tantos como goles en propia puerta-, carencias en salida de balón, déficit en portería y errores infantiles en defensa. Esos son los puntos sobre los que se asienta el 2/45 en puntaje. Hay cosas buenas, si, pero no suman. Con Romero el equipo ha sido algo más vertical, buscando un constante juego por banda.

Y ante todo este panorama oscuro, el que visita el Arcángel es el líder. Un rodillo en el mes de abril, y que no querrá ser menos en mayo. Y el Barcelona visita Córdoba con una necesidad imperiosa de sumar los 3 puntos. Vistos los partidos precedentes, todo lo que no sea una salida al 200% nos parecerá raro. Ventilar por la vía rápida y poder pensar en Champions.

Quizás ese pensar en Champions de los azulgranas y la antes comentada dignidad sean los únicos «clavos ardiendo» a los que pueda agarrarse el Córdoba porque ni a su afición podrá encomendarse el equipo de Romero. División total entre equipo y afición desde el comienzo de la 2ª vuelta. Crispación contra el presidente y con el 85% de la plantilla por el compromiso mostrado. Y a esto sumémosle los elevados precios de las entradas. Muchos abonados no asistirán y, vista la situación del equipo y la «reciente» visita azulgrana en Copa del Rey -temporada 12/13-, parece evidente que no habrá una marea de no-socios batallando por una entrada.

Entrando en terreno futbolístico, es bueno recordar el último duelo entre ambos. Un Córdoba que no compitió nada mal hasta el 2-0 azulgrana encajó 5 goles en el Camp Nou. Una constante ante el Barcelona. El 1-0 te mata, el 2-0 hace que lo lógico sea encajar 5, 6 o los que a la MSN le apetezca. Aquel era un Córdoba con aspiraciones, hoy es un Córdoba desarbolado y con poco amor propio.

Romero no ha tenido un 11 muy fijo desde que llegó al banquillo. Juan Carlos parece seguro en meta. Crespo, Deivid, Iñigo y Edimar en la línea defensiva -aunque es posible la entrada de Gunino y la salida de Iñigo-. En el medio doble pivote con Krhin -el mejor blanquiverde de la 2ª vuelta- acompañado por Abel o Luso. 3 mediapuntas por delante, previsiblemente Bebé, Borja y Fidel, con Cartabia en el banco. Y arriba, Florin Andone, con Ghilas también esperando su oportunidad.

En definitiva, una visita cómoda para el FC Barcelona, salvo milagro cordobesista. Situación que mosquearía aún más a la parroquia. Si puedes competir contra los grandes y eres colista tan destacado, algo ha fallado en la cabeza de los jugadores.