UNA REVOLUCIÓN ANTICLIMÁTICA

A falta de dos meses para el comienzo de la competición ya se puede dar por cerrada la plantilla del Barcelona Lassa para la temporada 2015-2016. Por delante quedan los cortes de la NBA y un Eurobasket, pero no se adivina ninguna sorpresa de última hora. La mayoría de los equipos de élite se han movido rápido y el conjunto blaugrana ha tenido que hacer lo propio, aunque con la limitación del proceso electoral y el recorte presupuestario que se puede intuir. Chichi Creus fue renovado por un mes para que se ocupara de la confección de la plantilla durante el vacío de poder y ha hecho y deshecho, se supone, con el beneplácito de Xavi Pascual.

Con todo ello parece que se vuelve a optar por un roster largo para afrontar todos los meses de competición con garantías y llegar a abril al 100%. El fracaso de la temporada anterior ha pasado factura en el vestuario y se ha producido una revolución que ha terminado con la salida de ocho jugadores y la llegada de siete nuevos rostros. Las incorporaciones de perfil medio se iban sucediendo con la esperanza de coronar con uno o dos fichajes que dieran un salto de calidad a la plantilla, pero finalmente no han llegado y la sensación de que tampoco se ha mejorado demasiado está muy presente entre el aficionado culé. Así han quedado los movimientos del equipo:

– Bajas: Marcelinho Huertas, Ludde Hakanson, Edwin Jackson, Mario Hezonja, DeShaun Thomas, Maciej Lampe, Bostjan Nachbar y Tibor Pleiss.

– Altas: Carlos Arroyo, Pau Ribas, Stratos Perperoglou, Alexander Vezenkov, Samardo Samuels, Shane Lawal y Moussa Diagne.

Satoransky: de actor de reparto a protagonista

En la dirección del equipo era donde se esperaba la incorporación de un gran nombre, pero bien por imposibilidad económica o porque directamente no se contemplaban, los Calathes, Shved o Rochestie han acabado aterrizando en otros equipos. Así que parece un hecho que Xavi Pascual le da las llaves del equipo a Tomas Satoransky, probablemente la mejor noticia de la temporada pasada, y se espera de él que dé un paso más y lidere al equipo desde el quinteto titular -ya lo acabó siendo la temporada pasada-. Con el checo Xavi Pascual dotará de equilibrio al equipo, intensidad en las dos canastas, agresividad y le exigirá que asuma más responsabilidades, entre las que debe incluir mejorar su pick and roll para explotar al máximo las virtudes de los interiores. Está, probablemente, ante el año más importante de su todavía corta carrera.

Para complementar al ex de Sevilla se ha fichado al veteranísimo Carlos Arroyo. Con él se busca un jugador capaz de cambiar el signo de un partido desde la individualidad. Pese a que tiene virtudes para generar juego y asistir, muchas veces ha pecado de querer acabar siempre él las jugadas. Probablemente este juego anárquico es el que le ha impedido liderar de verdad a un gran equipo europeo, y esto hace pensar que el Barcelona no espera de él algo que no ha dado nunca, sino que busca un jugador “microondas”, alguien capaz de agitar un encuentro. Si le respetan las lesiones aportará su facilidad para hacer puntos, bien en tiros de 5 metros o desde el triple, donde lleva un par de años en un 34% en Euroliga. ¿Es Carlos Arroyo el hombre llamado a jugarse las últimas posesiones? Es algo fundamental en un equipo huérfano de alguien así desde que Navarro ya no es Navarro. Defensivamente está para aportar muy poco, algo no poco importante cuando tu máximo rival tiene su máxima fortaleza justo en esta posición. Es decir, nuevamente el equipo parte en desventaja en la posición de base respecto al Real Madrid y otros equipos punteros, por no hablar de que al finalizar la temporada habrá un vacío en el puesto si Satoransky se acaba yendo a la NBA -lo lógico- y Arroyo se confirma como fichaje de un año.

BARCELONA, SPAIN - FEBRUARY 12: Carlos Arroyo (30) of Galatasaray in action against Tomas Satoransky (13) of Barcelona during the Turkish Airlines Euroleague Top 16 Round 7 basketball match between FC Barcelona and Galatasaray Liv Hospital at Palau Blaugrana on February 12, 2015 in Barcelona, Spain.  (Photo by Albert Llop/Anadolu Agency/Getty Images)

Finalmente se ha descartado volver a la fórmula de los tres bases, algo que hasta este último año siempre se había buscado a la hora de configurar la plantilla. Así que esa función de tercer base en principio recaería en Pau Ribas, que si bien hace tiempo que se ha confirmado como un 2 parece el más preparado de los escoltas para ocupar el puesto puntualmente.

Un escolta más y el delicado caso de Navarro

En el puesto de escolta la principal novedad es la llegada del anteriormente citado Pau Ribas. Jugador en el mejor momento de su carrera, intenso en las dos canastas y parte del cupo, nada podría hacer cuestionar su fichaje salvo el exceso de jugadores en esta posición. Al margen de esto el ex de Valencia está en un momento de confianza enorme que debe afianzar en un club de mayor exigencia, y para ello tiene que gozar de minutos de calidad y sentirse importante. Sería un sinsentido fichar a un jugador y cortar su estado de gracia si no se apuesta decididamente por él. Si Xavi Pascual le da galones el Barça habrá fichado un jugador muy completo capaz de aportar muchísimo, pero sin llegar a ser el exterior diferencial que el equipo reclamaba.

El capitán Juan Carlos Navarro tiene ante sí una temporada complicada. Decidió pasar por el quirófano y renunciar al Eurobasket para dedicarse enteramente al club. Desde hace varias temporadas el equipo reclama un paso atrás del de Sant Feliu pero al final nunca llega, y este año, dada la confección de la plantilla, tampoco parece que se vaya a dar. A la espera de lo que pueda ofrecer Arroyo y el crecimiento de Satoransky, Navarro queda nuevamente como el máximo generador exterior del equipo, guste o no. El Navarrosistema lleva años penalizando, pero en los momentos calientes es el único que asume esa responsabilidad, bien porque nadie reclama ese papel o por decisión de Xavi Pascual. Lo ideal sería que otro jugador asumiera el papel de generador y líder, de tal modo que Navarro quedara para minutos muy seleccionados, sistemas en los que sea un ejecutor -como el triple a Unicaja que dio el pase a la final ACB- o minutos para ir a la línea de personal. Tres dudas al respecto del mito blaugrana:

. ¿Hay alguien capacitado para relevarle y liderar al equipo?
. ¿Está dispuesto él mismo a dar un paso atrás? ¿Cómo se tomaría una reducción drástica de su rol?
. ¿Se ha convertido en más “marrón” que solución?

Menos dudas despierta Brad Oleson. El de Alaska alternará las posiciones de escolta y alero aportando defensa y tiro. Su final de temporada fue muy pobre pero debería volver al nivel que le hizo renovar por el Barcelona hace unos meses. Es un gran jugador de complemento que tiene que aportar mucho, pero no se le puede pedir algo que no es. Al menos en defensa este año no estará tan solo en el perímetro con la llegada de Pau Ribas. Por momentos el Barcelona puede juntar en un quinteto a Satoransky, Ribas y al propio Oleson, una línea exterior que puede apretar en defensa y reducir el juego exterior rival, faceta en la que el año pasado el equipo se comportó de manera desastrosa.

El oficio de Perperoglou y un escolta como alero

El año de Álex Abrines, dicen. Que lo sea pasa por Xavi Pascual. Ha sido el joven por el que el técnico de Gavá más ha apostado, sin duda. Parecía ya su año el pasado hasta la lesión, pero lo acabó en un rol muy reducido. Ya juegue de escolta o alero todo pasa por la confianza que le otorgue su entrenador, en los buenos y en los malos momentos. Él es un 2, el puesto donde más puede rendir, pero tiene mucha competencia y su participación ahí implicaría una disminución importante de los minutos de Navarro, algo que está muy por ver. Así que todo hace pensar que jugará mucho como alero. Tiene la virtud del triple para emplearse con éxito en el puesto de 3 -más en este nuevo baloncesto donde se tira más de 3 que de 2-, pero también unas limitaciones físicas y tácticas que le penalizan, principalmente en defensa.

Es ahí donde entra Stratos Perperoglou, de profesión alero. No es un especialista defensivo pero se apaña gracias a su inteligencia táctica y concentración. El griego suma en todas las facetas y no resta en ninguna. Viene de una mala temporada en Efes tras abandonar su hábitat natural, Atenas, pero es el típico jugador que todo equipo campeón suele tener en su roster. Aportará competitividad al bloque, algo que vendrá muy bien tras una temporada en la que se fue de todo menos competitivo. No es ese gran nombre como podría haber sido Datome, Weems o Gentile, pero de las nuevas incorporaciones es la que más garantías ofrece, a priori. Es un jugador para el colectivo que vive del colectivo. La mayoría de sus puntos vienen de triples liberado y puntos fáciles tras corte o contraataque. No está capacitado para crear por sí mismo pues no tiene ese talento. Incluso podría actuar como 4 en caso de lesión de Vezenkov o Doellman, aunque no tiene físico para tal empresa.

Marcus Eriksson también forma parte de la plantilla aunque pocos lo tengan presente. Es una incógnita qué papel puede tener tras una temporada en blanco por su grave lesión. En cualquier caso parece claro que su rol sería el de especialista tirador, su gran virtud. Lo normal es que se quede como hombre de rotación 13 y juegue pocos minutos.
El puesto de 3 pierde un miembro y un perfil muy concreto, el de alero físico capaz de postear. Con la salida de DeShaun Thomas se abandona esa figura, por lo que el equipo perderá intensidad, juego en el poste y rebote ofensivo. Perperoglou puede postear, pero le falta explosividad para ser un jugador desequilibrante en esta faceta. También se pierde la vitalidad y el talento de Mario Hezonja, aunque al haber estado tan poco aprovechado tampoco se puede pensar que su baja sea una tragedia.

Recuperar a Doellman y apostar decididamente por Vezenkov

Por dentro es donde el equipo más ha cambiado. Justin Doellman tiene este año su particular revancha tras una primera temporada decepcionante. Llegó como fichaje estrella y acabó el año como estrellado, algo que tampoco se corresponde con la realidad. Probablemente no es el jugador TOP que se le suponía al llegar, pero tampoco es un 4 al que enterrar tras un mal año. La pregunta que se hacía el año pasado el aficionado era “¿qué puede hacer Doellman por el equipo?”, y la respuesta es “más”, sin duda. Falta añadir otra cuestión: ¿Qué puede hacer el equipo por Doellman? La respuesta es “mucho más”. El americano tiene muchos defectos -sobra recordarlos-, pero también virtudes que el Barça ha pasado por alto. Xavi Pascual ayudaría a Doellman y al equipo generando más jugadas en las que él sea protagonista. El año pasado anotaba porque tiene una facilidad enorme para ello, pero lo hacía sin constancia y a tirones. Hay que trabajar sistemas de ataque para buscarle y que su presencia sea más continua.

Como compañero en el puesto se ha optado por un jugador del mismo perfil, el búlgaro Alexander Vezenkov. Excelso tirador de tres, el jovencísimo jugador todavía tiene mucho margen de mejora en el resto de facetas. Xavi Pascual se enfrenta nuevamente a la misión de encontrar su tiro a través de mecanismos ofensivos colectivos -debe explotar su pick and pop-, pues ahora mismo es un hombre para jugar de cara al aro. Esta pareja de ala-pívots tiene la fuerza en el tiro, pero puede tener problemas a la hora de defender y controlar el rebote con “cuatros” de perfil interior, más altos y corpulentos. El ex de Aris mejora a Nachbar, pero en el puesto quedará una laguna que Lampe sí podía cubrir, por lo que a buen seguro el Barcelona echará en falta al polaco por muy imperfecto que fuera. El éxito de esta apuesta radicará en la confianza que Xavi Pascual esté dispuesto a depositar sobre Vezenkov. Necesita que su entrenador apueste decididamente por él. Si Perpereglou es el fichaje que más garantías ofrece, Vezenkov es el que más ilusiona, posiblemente.

vezenkov

Tomic y músculo para no caer en errores pasados

Por mucho que se venda que Samardo Samuels puede jugar de 4, no lo es. La figura del 4 y medio que constituía Lampe ha desaparecido de la plantilla. El ex de Milan es un buen jugador de ataque, con buenos movimientos y contundente en el aro ajeno, pero está lejísimos del dinamismo de Lampe para jugar en el 4. De manera puntual podría hacerlo para contrarrestar interiores del perfil de los mencionados arriba, pero ante ala-pívots abiertos sufre por su falta de velocidad. Como center tampoco es bueno en defensa por su poca altura para el puesto, pero en ataque es productivo, con buen manejo del pick and roll. Queda por saber si sería el segundo o el tercer pívot en la rotación, aunque dependerá del contexto y el rival. Si el equipo necesita producción ofensiva en los minutos de descanso de Tomic ahí estará él. Esto es lo que se buscó hace un año con Pleiss y fue un fracaso.

Y ahí cobra sentido Shane Lawal. Si Tomic y Samuels no bastan Pascual tendrá otro cartucho. El nigeriano es ese jugador que tanto echó de menos el Barcelona la temporada pasada. Un interior atlético, de gran poder defensivo, reboteador, intimidador y muy agresivo en los dos aros. Es el contrapunto a sus dos compañeros en la pintura y llega para demostrar que sus enormes Playoffs en Italia no son un espejismo y que está para algo más que Dinamo Sassari. El Barça recupera con él ese perfil que desde la marcha de Fran Vázquez -salvando las distancias- no ha tenido a excepción de Dorsey.

Indiscutiblemente Ante Tomic será el jugador franquicia. No se le puede exigir que dé un paso adelante porque desde que llegó ha sido el único que no ha fallado nunca. Su compromiso con el proyecto está fuera de dudas al declinar la opción NBA y se queda con status y sueldo de mejor jugador de Europa en su posición. De hecho es probablemente el único jugador blaugrana que aparecería sin género de dudas en un TOP 3 europeo por posiciones. No va a ser nunca un buen defensor pero ha mejorado en este aspecto, y mal haría el barcelonismo pensando que los problemas de defensa interior nacen de él y se arreglan con un Lawal, pues vienen de la deficiente defensa exterior primero. En ataque hay que seguir explotándole, que es probablemente lo más claro que ha tenido Pascual durante los últimos años. Ha crecido en movimientos pick and roll, se mueve mejor en el poste y su circulación de balón le ha convertido en una garantía como asistente. Para favorecer el espaciado ofensivo el Barça le da dos cuatros abiertos para crearle más metros para sacar ventajas a su calidad. El no traer un ala-pívot interior también va en esta dirección, pues individualmente cuando peor rindió fue con Lorbek al lado.

Completará la rotación interior Moussa Diagne, un fichaje sorprendente que llega para formarse como número 14 o incluso salir cedido. Un proyecto de buen jugador con muy buenas condiciones físicas y juego por encima del aro. Ahora mismo es esto, y si no bastaba para Fuenlabrada ni que decir que tampoco para el Barcelona. Mucho trabajo deberá realizar en los años próximos para mejorar y poder tener su oportunidad en el futuro.

Desmenuzada la plantilla queda reflexionar sobre algunos aspectos:

¿Esto es suficiente para aspirar a destronar a un reforzado Real Madrid en ACB y competir, no sólo con los blancos sino con el resto de grandes equipos, en Euroliga? Todos ellos parecen haber mejorado sustancialmente respecto a hace un año. En la pasada edición había 4-5 equipos claramente por encima del resto. Este año se han reforzado muy bien conjuntos como Maccabi, Khimki, Efes o Panathinaikos, y se convierten en tan candidatos como los que disputaron la última F4. ¿Estará el Barcelona a la altura?
Si se hace un ejercicio de imaginación y se piensa en un Top 5 de jugadores por posiciones en Europa, ¿cuántos jugadores colocaría el Barcelona en la lista? Probablemente sólo Tomic y quizá Perperoglou, pero en los nombres exteriores la diferencia es sangrante respecto a otros equipos poderosos. Casi todos ellos tienen uno o dos jugadores realmente diferenciales, pero el Barça no, y al máximo nivel es algo que penaliza cuando se juegan los títulos. Los blaugranas lo deberían saber mejor que nadie, pues en los últimos años les ha faltado, entre otras cosas, eso, y tiene pinta de que le seguirá faltando.
¿Cómo va a jugar este año el Barcelona Lassa? Pese a la fama de defensivo de Xavi Pascual el equipo que ha quedado configurado tiene que aspirar irremediablemente a jugar un baloncesto ofensivo, a muchos puntos. Construir algo sólido desde atrás pero hacer del ataque la verdadera virtud del equipo.
Esta pasada temporada el equipo exhibió una falta de personalidad y espíritu alarmante, algo que se demostró en los finales de partidos apretados, las numerosísimas derrotas a domicilio y encuentros que se torcían y el equipo “se iba”. ¿Esto se va a solucionar con las nuevas incorporaciones?

Al final es imposible no hacerse una pregunta como conclusión: ¿Esta revolución supone un cambio significativo o es cambiar algo para que, en el fondo, todo siga igual?