LOS GALONES DE NEYMAR. MASTER AND COMMANDER.

A veces uno se siente llamado por el destino para ser el héroe que redime a sus compañeros ante la adversidad. La misión del capitán Aubrey en Master and Commander era poco menos que imposible, dada las dimensiones del rival, pero al final el ingenio del escocés logra, con coraje, imaginación y tenacidad, su meta . En el caso que nos ocupa, la adversidad esta vez tiene nombre de ligamento roto de la rodilla más valiosa del planeta. Y el héroe habla brasileño y se ha vuelto austero en las formas, hasta su nuevo corte de pelo le delata. Cuando antes le culpaban de su incapacidad para no llamar la atención del rival, incluidos gestos técnicos de dudosa necesidad, ahora ha entendido que se necesita que capitanee la nave sin ambages, ni adornos innecesarios.

El aún hoy discutido fichaje, pensando supongo en las todavía no muy claras cifras pagadas por su compra, ya no es solo el rey de la cal izquierda. Su juego ha virado de forma natural al centro y al igual que el emperador del fútbol que ahora descansa, manejaba los hilos desde la banda derecha, el once hace lo propio desde, en un principio, la zona derecha del ataque.

Y aquí es donde entra en juego el nueve, el uruguayo. La relación del mismo para con Leo era la de intentar juntarse con el argentino cuando era necesario, o buscar empujar los centrales rivales hacia el lado opuesto, para aclarar la zona del diez. Ahora su relación con el juego y sobre todo con el once es otra. Debe ser capaz de relacionarse con el brasileño para poder combinar un juego más similar a veces al de doble nueve, a veces el de barrer todo el frente de ataque cuando Neymar se viene a la mediapunta.

Este movimiento se produce más de la cuenta dada la también baja de Iniesta, por lo que Ney acaba siendo no solo el sustituto en las inmediaciones del área del peligro del argentino, sino la del dominio del tempo de juego en el medio campo del de Fuentealbilla. En resumen, está siendo el fútbol con mayúsculas del equipo. Y con, como quiere Lucho, una capacidad para acelerar el juego única en el panorama futbolístico actual. La duda que nos invade es si, una vez recuperado el número uno mundial, el segundo jugador del planeta seguirá ofreciéndonos lo mejor de su repertorio. Bendita duda…