Sandro y Munir, Munir y Sandro. Esta es la disyuntiva que hasta ahora ha mantenido Luis Enrique para ocupar el costado derecho del ataque culé ante las bajas. Los delanteros del filial están ante una gran oportunidad de hacerse un hueco en la plantilla, pero a la vez manejan una papeleta difícil de asimilar a su temprana edad.

Las lesiones de Rafinha y Messi, sumadas a la imposibilidad de jugar por parte de Arda Turan y Aleix Vidal, a las ventas de Pedro, Deulofeu y Adama y a la cesión de Halilovic, les otorga el privilegio de disputar muchos minutos. Sin embargo, no parecen estar a la altura de la gran exigencia que el club soporta en su día a día, menos aún en el 4-3-3 de Lucho y partiendo desde el costado derecho.
Cuando Sandro está sobre el verde, sobre la hora de partido, el aficionado medio empieza a añorar la entrada de Munir en su lugar y viceversa. Donde parece haber un proyecto interesante de ‘9’ y segundo punta respectivamente, hoy vemos parches tirados a banda que observan cómo Neymar y Luis Suárez sacan las castañas del fuego.

Sandro parece estar en la posición menos útil del tridente para su optimización. Su remate de derecha se ve perjudicado desde la banda de Alves, que suma en zonas más centradas ayudando en la circulación de balón cuanto más fija su posición el hasta hace poco jugador del filial. En esas, el punta canario suma poco, mientras que con libertad para la diagonal interior no está ofreciendo las prestaciones deseables junto a dos gigantes del balón que le hacen sombra. Su ruptura es buena y sus movimientos son agresivos, pero parte con cierta desventaja para finalizar viviendo en el costado diestro.

Por otro lado, Munir es un futbolista más frío y menos vertical, al que no obstante se le intuye mayor potencial. Su gestos técnicos son más limpios y precisos. La zurda del hispano-marroquí favorece la circulación del cuero y parece ser un delantero algo más adaptable al «rol de Messi» que Sandro -obviamente, salvando las eternas distancias-. Aunque posee capacidad para la conducir hacia dentro con el balón controlado, su caso ha llegado a recordar peligrosamente al de Bojan, una vez se esfumó el boom inicial de éste: existen dudas acerca de las aptitudes físicas y mentales del internacional con la selección nacional para rendir a corto plazo.

Lo ideal para que un Barça dependiente de su ataque obtuviera mas réditos sería una mezcla de lo mejor de ambos. Hablamos de dos jóvenes que andan en etapa de formación y aprendizaje y hoy se les exige, por necesidad, un rendimiento que es complicado que puedan ofrecer. Durante el tiempo que les queda ocupando plaza en el once, deberían disfrutar del fútbol y notar el calor de la afición, cobijados por los dos aspirantes al balón de oro. Lo que aporten -ya lo han hecho-, bien estará.