Un Camp Nou bajo las estrellas esperaba que el Barça certificara su pase a octavos de final de la UCL y Lucho, consciente de ello, se tomó el partido con el rigor que merece la competición. Cuanto antes se finiquite la clasificación, mejor. No era momento de rotar, más allá de la entrada de Adriano por Alba, y si de dar minutos de calidad a los dos recuperados -Iniesta y Vermaelen-. Además, aprovechó la ocasión para testar a Sergi Roberto en el extremo derecho, con vistas, posiblemente, al choque del Bernabéu.

Esta probatura duró poco, menos de lo deseado, pero nos dejó entrever algo que podría ser muy goloso como variante dinamizadora el ataque posicional. Fueron 19 minutos de movilidad y asociación, quizá los mejores de la temporada en circulación de balón. Por derecha Sergi Roberto mezclaba el dentro-fuera, a diferentes alturas y junto con Alves y Rakitic eran los encargados del primer avance culé, la manera de ganar el campo rival. Una vez logrado esto, era el momento de cambiar de costado, siendo Busquets el pivote sobre el que giraba el equipo. Ya en izquierda, Iniesta -sorprendentemente fino tras su parón- desequilibraba, buscando a Neymar que era el encargado de decidir cómo finalizar el ataque. Bien pared corta, balón diagonal o lo que se terciara. El mecanismo funcionaba.

La lesión de Rakitic desmontó el banco de pruebas. Roberto se situó como interior y Munir al extremo, lugar desde el que cada vez suma más. El madrileño ha ganado soltura y desparpajo en sus movimientos y quizá se haya acostumbrado a una posición tan poco agradecida con sus características. De sus botas vino la jugada del penalty que supuso el primero de la noche. Si muchos pedían que fuera desequilibrante, anoche lo fue.

A los bielorrusos les costaba un mundo salir, si bien en las cercanías de Adriano siempre existía una oportunidad para dañar. El bajón del brasileño esta temporada es escandaloso. De un jugador polivalente y cumplidor hemos pasado a un hombre propenso al error e incluso desprendiendo cierto aire de desgana en sus acciones. En la actualidad creo que nadie le pide a Adriano uno de sus mejores 20 partidos, pero sí cierto grado de compromiso e intensidad.

En el lado opuesto a Adriano Correia -no solo a nivel de ubicación- se encuentra Sergi Roberto. El de Reus, actuando como interior, se convirtió ayer en el elemento que unos cuantos hemos reclamado a Luis Enrique durante tiempo, el pegamento del equipo en fase ofensiva. Sergi fue el encargado de bajar a la vera de Busi, a posiciones “xavianas”. Y no, no hizo de Xavi, olvidémonos. Hizo de centrocampista con la capacidad de distribuir y conducir, asociándose en banda, en zona central, cambios de orientación…Un rol necesario, con fuerza y carácter, lejos de la timidez de Rakitic con balón.

La primera parte tocaba a su fin y los blaugranas seguían manteniendo el dominio y control del encuentro sin necesidad de subir las revoluciones. Pero como había que animar el cotarro, ter-Stegen nos regaló una de sus genialidades o locuras. ¿Error o acierto? Comentemos la jugada. Balón en largo paralelo a la línea de cal. MAtS lee perfectamente y sale en su búsqueda pero yerra pensando que, acompañándolo, saldría por línea de meta. La solución más sencilla y segura sería despejar al lateral, pero el alemán decide pisar el balón en el córner, con el rival soplándole el cogote. Marc levanta la cabeza y ve salida clara. Gira y el Barça monta una contra que casi se convierte en gol. Resumiendo, una mezcla de errores y aciertos totalmente innecesaria. Al valorar una acción -suma de decisiones- no podemos guiarnos por el resultado final de la misma. Debe primar el contexto, que en este caso era minuto 44 y marcador a favor. Si esto ocurre perdiendo y faltando pocos minutos ese riesgo es asumible, puesto que la posesión del balón tendría un valor muy superior al que ayer tuvo.

Ya en la segunda parte, la tónica no varió. La superioridad era manifiesta y se tradujo en el segundo gol que casi finiquitaba el encuentro. Conducción de Neymar con espacios, pase a la frontal buscando al charrúa, control-amago de derechas que rompió al defensa rival y con la punterita a la cazuela. Y como había que devolver la gentileza, en el 37 el segundo de Neymar en otra contra conducida por Suárez. Ayer no fue el mejor partido del curso de la pareja -el listón está muy alto-. El brasileño no estuvo fino en el 1 contra 1, pero sigue siendo martillo pilón en cuanto asumir el peso del ataque. Por su parte, al uruguayo le faltó finura en su último toque -el que sabe interpretar como nadie-, aunque el área sigue siendo de su propiedad. Una pareja huérfana del boss que se ha acostumbrado a pasárselo bien en su ausencia. Y cuando vuelva, ay cuando vuelva…

Lo dejo para el final porque el cuerpo me pedía restringir la crónica a la actuación de Sergio Busquets y, de esta manera, me obligo a no hacerlo. Mi memoria es débil, como ya sabéis, pero creo que ayer asistimos a la mejor performance ofensiva de Busi de toda su carrera. Es el número uno en el robo, en la presión, en dar continuidad a la circulación de balón y todo eso que ya nos sabemos de carrerilla. Pero ayer, hace horas, Busquets se convirtió en el centrocampista total, creando busisolutions a cada problema que se le planteaba al Barça. Si la presión rival en una banda encasquillaba el esférico, ahí aparecía, pero no como línea de pase paralela o trasera, sino hacia adelante, profundo, rajando el centro del campo bielorruso. Sergio voló, toda la medular era de su propiedad, ya no era ese MC fijo que parte de la temporada pasada quedaba fuera del circuito del balón. ¡Si es que hasta ha percutido el área, llegando en segunda oleada a centros laterales! Un mediocentro, sí, un mediocentro sin escuderos que le cubran la espalda. No sé si es un espejismo o bien el adelanto de lo que un futuro inmediato nos deparará. Si es lo segundo, átense los machos, que se nos viene el centrocampista total.

LAS NOTAS

MAtS (5): Casi sin trabajo, el riesgo en la jugada del córner hace bajar su nota.

Alves (7): Hoy volvió a interiorizar. La mejoría de rendimiento es ostensible.

Mascherano (7): Sin errores y acertado en la anticipación.

Vermaelen (6): Se nota su falta de ritmo. Lento en velocidad y reacción.

Adriano (5): Excepto en 3 acciones, mezcló mal con Neymar. Defensivamente débil y poco productivo con los centros laterales.

Rakitic (6): Veinte minutos que dieron para muy poco.

Busquets (10): Excelso, sublime.

Iniesta (8): Tras la lesión sigue en estado de gracia. Con dos zancadas generaba superioridades.

Sergi Roberto (8): El hombre de la banda derecha. Habrá que decidir la posición.

Suárez (7): Pase lo que pase, sabes que la acabará enchufando.

Neymar (7): Más fallón que los últimos partidos, su adaptación como jugador franquicia es fabulosa.

Munir (7): Su partido más productivo de la temporada.

Bartra (6): Sin problemas. Intentó dos golpeos de 40 metros. Ganas de seguir peleando el puesto parece que tiene.

Gumbau (6): Primeros minutos como interior.