5 CLAVES PARA EL GIRO DRAMÁTICO

 

Llegó la Copa, ese examen de febrero que con frecuencia marca el devenir de los equipos que acuden a su disputa. A A Coruña llega el Barça sumido en un mar de dudas. Este equipo de Xavi Pascual da un paso adelante y luego dos hacia atrás. Lo que podía haber sido una buena primera fase de Euroliga quedó empañado por las derrotas en el OAKA y Krasnodar. Lo que podía haber sido una gran primera vuelta en Liga Endesa se fue al traste no ganando el día que había que demostrar de verdad, ante Valencia. Y cuando parecía que el Top 16 podía tener mejor pinta tras el alegrón del Palacio el equipo se pegó dos tiros en los pies cayendo ante Baskonia en casa y luego en Alemania ante Brose. El partido ante Zalgiris el pasado viernes era una buena oportunidad para curar las heridas con una victoria convincente, pero a pesar de ganar con cierta comodidad las sensaciones fueron parecidas a anteriores partidos aunque con menos rival delante. Mejor ante Sevilla, por supuesto, pero en un duelo con una exigencia tan baja que no sirve para nada. Sin duda la peor noticia estaba por llegar, esa lesión de menisco de Shane Lawal que le va a dejar en el dique seco varios meses, problema para el que el Barça no tiene solución en esta Copa, aunque las informaciones recientes que apuntan al regreso de Joey Dorsey son, sin duda, una gran noticia.

El Barcelona comenzará el torneo ante Bilbao Basket, ese equipo que acabó con el proyecto de Ivanovic en este mismo evento en 2008 y que amenaza con empezar a hacer lo propio con el de Pascual si las cosas salieran mal en el debut culé. No es el gran Bilbao que jugaba finales ACB o Eurocup, pero sigue siendo un equipo orgulloso y con jugadores de experiencia como para competir un partido inaugural, donde la posibilidad de sorprender siempre es mayor. El cruce en semifinales sería probablemente ante el Valencia, y en la final lo lógico sería encontrarse a Baskonia o Real Madrid. En cualquier caso queda claro que estamos ante la Copa más abierta de los últimos años, con los dos colosos en problemas y los pujantes Valencia y Baskonia en su mejor momento desde hace varios años. Lo que en las últimas temporadas era un torneo condenado a un clásico en la final este año está más en duda que nunca.

Desde el punto de vista barcelonista hay cinco claves que van a marcar el éxito o el fracaso del equipo en esta cita:

1- Recuperar a Tomic: Por una serie de razones en las que habría que profundizar su rendimiento ha caído en picado en los últimos meses, y este Barça no puede aspirar a los títulos sin el croata al nivel de lo que es, el jugador franquicia. Este asunto pasa de importante a capital con la ausencia de Lawal, el jugador que aportaba la intensidad necesaria cuando la pintura del Barça hacía aguas. Pascual se queda sin recurso defensivo, así que todo pasa por activar a Vezenkov, que Samuels esté a buen nivel y que Tomic vuelva a ser el que era. Pascual debe mantener su confianza en él para que individualmente recupere sensaciones, pero colectivamente el técnico de Gavá debe contribuir a crear una atmósfera adecuada para que Tomic marque diferencias. Que sea el primer recurso ofensivo, que reciba el balón dentro en los primeros segundos de posesión, que se le active por medio del pick and roll. Aquí puede ser importante la siguiente clave.

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2- Factor Arroyo: El puertorriqueño ya está a disposición de Pascual tras más de un mes de ausencia. No estaba siendo lo que se esperaba de él, pero es un jugador que todavía tiene que jugar un papel en este Barça, que no quepa duda al respecto. Es precisamente para este tipo de partidos y torneos para los que llegó. Dará minutos de descanso a Satoransky y aportará al equipo esa dosis de anarquía que este Barça necesita como el comer, sin olvidar que es el jugador más capacitado para ejecutar el pick and roll con Ante Tomic, que en este aspecto echa horrores de menos a Marcelinho Huertas, y en este sentido Arroyo es el jugador más creativo. La duda reside en su estado físico, ya cuestionable antes de la lesión y ahora todavía más tras el parón. Si el boricua está en buenas condiciones será útil.

3- Acierto en los triples: Este Barcelona Lassa 2015-2016 nace y muere desde el 6.75, así que para aspirar al título es necesario buenos porcentajes durante los tres días de competición. Y yendo más allá del perímetro hay dos jugadores que están viviendo un buen momento individual y que suman buenas actuaciones en las ultimas semanas a pesar de la irregularidad del equipo. Uno es Stratos Perperoglou, que está cumpliendo con creces en su rol, aportando defensa y luego en ataque asumiendo más responsabilidades de las que se esperaban. El otro nombre es Álex Abrines, que amenazaba con perderse en la rotación pero que parece haberse rebelado ante la situación tirando de personalidad, esa que casi le gana el partido a Baskonia en Euroliga cuando todo estaba perdido y que parece le está devolviendo la confianza. Si ellos dos están acertados el Barça sumará 40 minutos de calidad en esa posición, cubriendo la necesidad del equipo en cada momento por la complementariedad de los dos aleros.

4- La pareja Satoransky-Ribas: Probablemente los minutos más brillantes del Barcelona esta temporada hayan sido con ellos dos en el quinteto. Se complementan bien porque Satoransky no es un base puro y Ribas tampoco es un escolta al uso, así que comparten responsabilidades a la hora de generar y en defensa forman una defensa agresiva de perímetro que da equilibrio al equipo. Sin embargo tarde o temprano llega el colapso, porque cuando el Barça se enfrenta a un rival que le defiende muy intenso, el equipo se atasca de manera exagerada, así que tienen que ser capaces de leer bien los partidos y estar ciertamente inspirados en el tiro. Como la lectura de juego no se aprende en cuatro días y ninguno de los dos es Lebron James el recurso por si falla tiene nombre y apellido: Juan Carlos Navarro.

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5- Acierto de Doellman y Navarro: Estos dos jugadores son la vida y la muerte del equipo. Ambos desequilibran al equipo en defensa de un modo notorio, pero si están inspirados son dos armas ofensivas a las que Pascual no puede renunciar. El capitán es a quien se agarra en situaciones límite, el jugador con mejor lectura de juego y a quien menos le quema el balón en las manos, así que si está acertado es una baza muy a tener en cuenta. Cómo responderá su físico con 3 partidos en apenas 72 horas es una lotería, y por ello es posible que Pascual trate de reservarlo lo máximo posible en cuartos a no ser que sea estrictamente necesaria su presencia. Doellman es otro jugador que en partidos “gordos” se ha mostrado como una debilidad más que como una fortaleza, pero es el jugador más fiable en anotación de lo que va de temporada. Formando pareja interior con Tomic constituyen  una rémora defensiva, y si Pascual necesitaba compensar era más fácil prescindir del croata que del americano, aunque la baja de Lawal deja al equipo huérfano de un especialista defensivo que equilibre a Justin. Si Doellman y Navarro son capaces de producir en ataque tanto como para compensar lo que restan detrás el Barcelona Lassa tendrá mucho terreno recorrido en su camino hacia el título.

Este Barça de Xavi Pascual, que ha jugado las seis últimas finales, siempre ha competido bien en cada cita copera haya llegado bien, mal o regular, pero este año conseguir el título sería más importante que nunca. Permitiría a Xavi Pascual trabajar con más tranquilidad y el equipo ganaría en autoestima justo antes de jugarse la temporada en la segunda vuelta del Top 16 de Euroliga, donde se medirá consecutivamente a Olympiacos, Khimki, CSKA, Real Madrid y Baskonia para luego finalizar recibiendo a Brose y viajando a Kaunas. A este Barça le falta baloncesto, pero salir victorioso de A Coruña podría ser el único giro que cambiara el destino de esta temporada.