Desde hace ya décadas, los atletas africanos son los grandes dominadores de las pruebas de fondo en el atletismo y si nos hemos de quedar con el máximo exponente de ello en este siglo XXI, el hombre no puede ser otro que Haile Gebrselassie. A parte de la capacidad física innata del etíope, lo que más me impresionaba de sus batallas en el tartán era el nivel de control sobre la competición y las continuas miradas al cronómetro y pantallas en el estadio. Lectura de lo que sucedía, ubicación de sus rivales y conclusiones de cada parcial a ritmo de 2:45 el kilómetro. Y cuando lo veía necesario, cambio de ritmo, hasta que el contexto le era propicio, volviendo a la auto regulación en vistas a los últimos 400 metros. Dentro del deporte colectivo, este Barça es lo más parecido a Haile que podemos encontrar en la historia reciente. Con un ojo en el marcador siempre, auto regulándose para evitar desgastes innecesarios y capacitado para, con un simple click, activarse al máximo y someter al rival. Todo esto, en unos octavos de final de UCL.

A pesar del 0 a 2 de la ida, Lucho iba con su once ganador, salvo la entrada de Mathieu por el sancionado Piqué. Por su parte, Wenger introducía al joven Elneny en la medular, dejando a Welbeck en punta de ataque en detrimento de su hombre gol, Giroud. Arsene apostaba por la llegada más que por poblar el área.

El plan del francés era complejo y tenía una propuesta clara en cada fase del juego quedando a expensas de la respuesta de los de Lucho a cada envite. En salida de balón culé, los gunners presionaban pero esto no supuso un gran quebradero de cabeza para los locales. Con laterales bien abiertos y los interiores lejos, el espacio en zona central era enorme y ahí Busquets dominaba y mandaba. El posterior repliegue medio de los londinenses ajustaba el espacio entre Ospina y los centrales al adecuado. Únicamente un balón milimétrico de Neymar sumado al excelso control de Leo de primeras permitió a los blaugranas ganar la espalda rival. La única concesión de Wenger pretendía ser un dardo envenenado, pero no lo fue. El único jugador al que se le permitía conducir el balón era a Mathieu, obligándole a ser el iniciador de la mayoría de ataques locales. Y el francés respondió -sorprendentemente bien- en la toma de decisiones, aguantando y soltando el esférico sin exponerlo.

Pero lo más destacable de los visitantes fue con balón. A través de un Özil que mezclaba el acercarse y alejarse de la jugada, un Arsenal amplio pisando la cal, un Alexis móvil y capaz de desbordar y un Welbeck centrado en la ruptura, encontraron en la zona de Alba y Mathieu el espacio para desequilibrar. Y otra cosa tenían clara los londinenses, con la MSN liberada, todas sus acciones debían finalizarse, de ahí la gran cantidad de disparos de media distancia, evitando la vuelta de la jugada.

El Barça no se sentía incómodo ante este panorama, pero tenía dos grandes problemas que inclinaban levemente la balanza hacia los gunners. El primero es que sin Piqué, Masche y Mathieu seguían siendo agresivos hacia el balón o el rival, pero no lo eran tanto como línea. Unos metros más retrasados daban oxígeno a todo el frente de ataque visitante. El segundo era la desconexión de los 3 de arriba, aunque más que desconexión era la falta de conexión del resto con Los Nucleares, y me explico. En fase defensiva el trío quedaba arriba como amenaza -si bien en la segunda parte, Lucho modificó llevando a Ney en auxilio a un superado Jordi Alba- pero nadie lograba conectar con ellos. No estaba el balón diagonal de Piqué, Iniesta muy hundido atrás debido a la sobrepoblación atacante de su zona, Busquets pendiente de Özil y Rakitic tampoco es el lanzador ideal. Y a todo esto hay que añadir el mal partido en lectura de Suárez, ya que las pocas veces que lograron cabalgar con espacios la MSN, el 9 no supo barrer el balcón del área.

Esta fue la constante de todo el primer tiempo, más marcada si cabe a raíz del gol de Neymar al cuarto de hora. Entre la solidez londinense y la relajación culé, el gol visitante parecía que no iba a tardar en llegar.

Y así ocurrió al inicio de la segunda parte. Pérdida en salida de balón, el equipo muy largo y abierto y Elneny, llegando desde segunda línea, batía a ter Stegen. No peligraba la eliminatoria pero sí se habría una puerta a los nervios y al “ay, ay, ay” de una grada pasada por agua.

Pero este Barça es capaz de hacer aparecer su mejor versión en un plis plas. El costurero Iniesta sacó aguja e hilo, Neymar su desquilibrio y Leo se vino a zona izquierda, al taller de corte y confección. Ordenados y juntos, los azulgranas sometían y recuperaban una y otra vez en campo contrario, El Arsenal era incapaz de salir, excepto en un balón largo donde Mathieu midió mal -único error en los 90 minutos- que obligo a Masche a hacer otro “Bendtner” exactamente en el mismo lugar que hace años.

La aceleración blaugrana tuvo su recompensa. Juego volcado en izquierda, llegada de Alves por el costado débil, centro al punto de penalty y remate “apostoflant” que diría Jordi Robirosa de Suárez. 2 a 1 y la posible intranquilidad por el resultado finiquitada.

Un cuarto de hora bastó, y así lo entendió el equipo, que retorno a su velocidad de crucero, permitiendo al Arsenal volver a llegar con cierta continuidad y dando la oportunidad a MAtS de demostrar sus virtudes bajo palos en una doble intervención de vídeo resumen de toda la competición UCL 15/16. Volada espectacular a una mano al lanzamiento de falta de Alexis, rechace que le cae a Giroud escorado a 5 metros del arco. Marc-André rápidamente se levanta y se convierte en Gonzalo Pérez de Vargas. Pies firmes, brazos abiertos, ocupar portería manteniendo la tensión corporal. El abc de un portero de balonmano.

Con la entrada de Sergi Roberto y Arda, la eliminatoria encaró su último cuarto de hora. Si he de ser sincero con el lector, poco vi, ya que tanto el cuerpo como la mente me pedían a gritos asistir al presunto final en el Allianz Arena. Eso sí, hay que rescatar la finalización de Leo en el tercero, ese giro de tobillo con el exterior que por ser habitual no deja de ser algo al alcance de muy pocos.

Eliminatoria superada. Primer equipo que supera octavos de UCL en 9 años consecutivos y en el camino de repetir la gesta de la temporada pasada. Ahora a esperar a mañana para conocer el próximo rival.

LAS NOTAS

MAtS (9): No creo que se le pueda pedir más a un portero durante 90 minutos. No pudo hacer nada en el gol.

Alves (6): Con Leo en izquierda no acabo de funcionar la sociedad. Mejor como lado débil en la segunda parte.

Mascherano (8): Como bombero no tiene precio.

Mathieu (7): Bien con balón. Un único error que pudo costar caro. Tercer central de rendimiento óptimo.

Alba (6): Sufrió porque tuvo que lidiar solo, sin ayudas. Buenas proyecciones ofensivas.

Rakitic (6): Más preocupado de zona central que de banda derecha. Los zarpazos del Arsenal le condenaron a ser menos ofensivo.

Busquets (6): Özil le mareó y obligado a lateralizarse demasiado. No pudo ser dominante en su zona.

Iniesta (7): 15 minutos donde ordenó fueron suficientes para destrozar al rival.

Leo (7): Incómodo y solitario en derecha, fue en izquierda con socios donde se soltó.

Suárez (5): A pesar del gol, mal partido del uruguayo.

Neymar (8): Dañino por fuera y por dentro, solo o acompañado.

Sergi Roberto (-):

Arda Turan (-):