En el último mes el Barcelona Lassa ha perdido la final ACB ante el eterno rival con factor pista y mostrando una manifiesta inferioridad, ha fulminado todo su “proyecto” (entrenador y director deportivo), ha tardado en ofrecer una reacción ilusionante (si lo es), y el mayor valor de su plantilla ha huido sin siquiera tener una oferta NBA irrechazable, de esas que uno entiende que se vaya. Lo suyo hubiera sido ilustrar este texto con alguna cara nueva, pero no la hay. A cambio tenemos una fotografía con malísima resolución de Doellman (más abajo) con una bandera que no le sirve y que resume a la perfección el estado del Barcelona Lassa.

En el mismo periodo de tiempo el Real Madrid ha culminado una temporada complicada con el doblete (en este deporte sí se le da valor, qué cosas), va a suplir con rapidez la baja de Sergio Rodríguez con Draper y va a firmar a Randolph incluso aunque siga Ayón, y prácticamente dará por cerrada su plantilla con el fichaje de Hunter y las renovaciones de Maciulis, Nocioni, Taylor y Thompkins. Es decir, una pesadilla.

El Barcelona tenía algo y ahora no tiene nada. Por no tener no tiene ni la certeza de que el que estaba llamado a ser el sustituto de Arroyo aterrice finalmente, pues Darius Adams espera que la Summer League le abra las puertas de la NBA y es probable que no vuelva. Pero es que ahora además hay que fichar otro base, y si acertar con uno era complicado que sean dos ya lo hace desesperante. El mercado es el que es, y los buenos bases que no cruzan el charco tienen contrato en vigor con sus equipos europeos. Habrá que esperar algún descarte NBA, alguna sorpresa de De la Fuente o la decisión de Perasovic, si cuenta con Heurtel o Granger, pues parece que uno de ellos saldrá. En las últimas horas suena con fuerza el ex de Estudiantes y Unicaja, e incluso Chema de Lucas publica que Khimki ha vuelto a rechazar cualquier negociación por Rice. Lo de siempre, vamos.

Se ha vendido desde hace meses que Xavi Pascual estaba sentenciado y que Creus también se iría, pero han pasado tres semanas desde la marcha de ambos y el Barça ha estado sin entrenador hasta este viernes, que se ha confirmado a Bartzokas. Parece que la apuesta era Jasikevicius, pero en el club no conocían la normativa que le impide entrenar en España, lo cual denota una incompetencia manifiesta. A partir de ahí el reguero de nombres que se han sucedido ha sido imparable. Desde esa sociedad Aito-Sito Alonso a la que olía ese “nuevo modelo” que pregonaba Soler, pasando por Katsikaris y llegando hasta Trinchieri o Sasha Djordjevic. Tiene pinta de que ese “nuevo modelo” son palabras vacías, porque no sabemos muy bien qué cambia de Pascual a Bartzokas más allá de un simple cambio de dirección. El cambio puede ser a mejor o a peor, pero es eso, un cambio de entrenador, no de modelo, no nos vendan “milongas”. No hay modelo.

¿Hay alguien en el Barça Lassa? El campeón de Europa tiene su plantilla lista, el subcampeón casi más de lo mismo tras asegurarse la continuidad de Vesely y Udoh y el fichaje de Nunnally, el Real Madrid a punto de cerrarla e incluso los griegos van confirmando nombres, especialmente un Panathinaikos que se está mostrando muy ambicioso en el mercado. En el Barça la nada más absoluta. Satoransky dice que se queda y a las dos horas cambia de opinión (no se le puede reprochar nada), por no hablar del surrealista episodio del pasaporte de Doellman. No sé si es una película de terror o una mala sitcom, no sé si reírme o llorar.

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No se sabe oficialmente por cuánto tiempo y dinero llegará Randolph al Real Madrid, pero tras liberar los salarios de Satoransky y Doellman más la cláusula del checo tenía que dar para ofrecerle algo goloso al norteamericano, y más cuando podría llegar de la mano de su último entrenador, lo cual demuestra la improvisación del fichaje del técnico griego. En estos tiempos de jauría NBA es un tesoro tener un jugador en el mercado de ese calibre dispuesto a seguir en Europa. Otro que pasa por delante y no se queda.

Me hace gracia que justamente esta directiva, que ha hecho y deshecho sin importarle en muchos momentos la legalidad, se ate de pies y manos al 5% del presupuesto de secciones para justificar la pérdida de poder en el baloncesto continental. La sección de baloncesto, con todo el respeto, no se puede comparar a las otras del club tanto por relevancia mediática como por volumen de negocio y potencialidad, y exige una adecuación a los nuevos tiempos para poder competir con los mejores equipos de Europa, o como mínimo igualar en casa al Real Madrid, que claramente ha incrementado su presupuesto en los últimos años gracias, entre otras cosas, a saber rentabilizar su sección como este Barça no es capaz ni de soñar. Los estatutos se deben cumplir pero también se pueden cambiar, y si no es hora de asumir que los objetivos y expectativas han de ser otros mucho más modestos. A este Barça no se le debe exigir la lucha por la ACB porque está a años luz de su rival directo, y desde luego sería un enorme éxito entrar en el Top 8 de la nueva Euroliga. Esto es lo que hay si todo sigue como hasta ahora.

El dinero puede explicar casi todo, pero cuando estás en desigualdad de condiciones respecto a la competencia hay que agudizar el ingenio e intentar anticiparte, y en el caso del Barcelona las condiciones se daban para ello. Desde la caída en la Copa (desde que comenzó la temporada, diría yo) el equipo se sabía que no iba a ninguna parte, siendo claras como el agua las deficiencias. ¿De verdad se tenía fe en Doellman como para no tentar a Randolph mucho antes? Se sabía que Arroyo no iba a seguir desde que se le fichó, y no parece que haya nada avanzado al margen de Adams. El mercado es caótico, y más este año, pero no puede ser que en este club todo se lleve por el camino de la improvisación.

Me gusta Georgios Bartzokas. Su capacidad está fuera de toda duda, pero no es el cambio que yo reclamaba para el banquillo cuando optaba por la figura de Jasikevicius, aunque posiblemente no hay en el mercado una variante al lituano, así que se acepta la llegada del heleno. Sus experiencias en Olympiacos y Lokomotiv Kuban hablan de equipos muy bien trabajados desde la defensa, con gran movilidad de todos los hombres del quinteto y apostando mucho su juego al triple (quién no en 2016). Algunos ven otro Xavi Pascual, pero es que todo buen entrenador debería tener cualidades del de Gavá. No ha jugado nunca a 90 puntos (menos cuando le ganó una Euroliga al Real Madrid metiéndole 100) porque no ha tenido nunca plantilla tanto por calidad como por cantidad para aspirar a ello, y aquí es muy probable que no sea diferente. Sé que muchos culés no comulgan con esto, pero a mí sí me gustaba el “estilo Pascual”, y dejó de hacerlo cuando dejó de ser efectivo, cuando paró de ganar y competir. Porque ya no tenía mimbres para llevarlo a cabo, porque perdió el equilibrio defensa-ataque o por las razones que se quieran, pero es muy simplista e incluso falaz decir que el “estilo Pascual” es a 70 puntos.

Bartzokas

A Bartzokas se le presentan varios retos por delante que debe afrontar en colaboración con Rodrigo De la Fuente. Un denominador común de sus dos grandes equipos ha sido la existencia de un base extraordinario por el que pasaba todo el juego del equipo, y el Barça ni tiene nada parecido a Spanoulis y Delaney ni lo va a tener, así que la misión es contratar dos bases que se puedan complementar para compensar ese déficit. Otro asunto es Navarro. Es muy fácil decir que deben sentarse a hablar con él y decirle que su rol debe menguar, pero lo cierto es que mientras no haya un jugador exterior en plantilla que releve en liderazgo al capitán (Ribas no lo es) es difícil que esto suceda a no ser que se tomara la medida drástica que muchos reclaman, porque al final teniéndolo siempre es el recurso, e incluso se entiende. Su caso va más allá de lo deportivo, pues económicamente es una rémora difícilmente solucionable.

¿Oleson sí o no? Le queda un año de contrato pero su rendimiento ha bajado muchísimo, así que todo dependerá de lo que opine Bartzokas y de qué bases lleguen, pues como jugador contextual podría servir y así no hacer otra inversión para un relevo. Con Perperoglou no hay dudas, pero sí con Abrines, que tuvo un final de temporada decepcionante. Se puede agarrar al nuevo entrenador, pero no es descartable que si llega propuesta de los Thunder dé el salto ya. Se ha hablado de la posibilidad de Gentile, pero seguirá en Milano. En cualquier caso Álex Abrines debería hacer un ejercicio de autocrítica sobre su papel en el equipo. Se le podrán discutir decisiones concretas a Xavi Pascual, pero sí ha tenido minutos, y en muchos partidos ha acabado naufragando. Ya se le debe exigir cierta regularidad y responsabilidad, y si no da ese paso es que no es el jugador que todos esperábamos.

Doellman parece que seguirá sin pasaporte y con la sensación de que lo hará porque no hay otra cosa mejor, no porque convenza. Lo que es indudable es que una de las misiones de Bartzokas debería ser el crecimiento de Vezenkov. ¿Qué puede ser el búlgaro? Y el caso más importante posiblemente, Ante Tomic. Pascual había hecho del croata su eje, pero no hemos visto al griego con un “5” de estas características, y si finalmente la pareja de bases fuera Adams-Granger el croata se vería perjudicado, así que es todo una incógnita el papel que se le reserva. Incluso se ha rumoreado que el Barça se plantea prescindir de él por su regular pasada temporada y su elevado salario. Lo desconozco, pero tengo la sensación de que al club no le importaría que Utah Jazz volviera a fijarse en el pívot.

El verano para el Barça ha empezado tarde, y la sensación de que se ha perdido un tiempo hermoso para reconstruir es palpable entre los aficionados blaugranas. El equipo que más y mejor tenía que trabajar está siendo el que peor lo hace hasta ahora. El club que más debía ilusionar a su gente es el que más los está desesperando. Mal prólogo del nuevo libro que se debe escribir. Lo peor es que se han ido Xavi Pascual y “Chichi” Creus y la sensación de abandono de la sección lejos de desaparecer se ha incrementado.