El primer revés de la temporada vino de una manera que no es desconocida para el Barça de los últimos años. Repliegue medio-bajo, dos líneas muy juntas, orden en fase defensiva y capacidad para salir y castigar los metros a la espalda de los centrales. Eso hizo el Alavés de una manera magnífica, obligar al Barça a proponer, a generar sin espacios, a verse obligado a depender de la acción individual y no colectiva. Y cuando en tu equipo se mezclan la ausencia de los jugadores desequilibrantes con la inclusión de nuevas caras con un puñado de entrenamientos a sus espaldas, el resultado sorpresa a priori deja de serlo. Pero claro, esto es después de sufrir la derrota, puesto que antes del pitido inicial el once titular apetecía testarlo, a mi el primero.

Cillessen, Aleix, Mathieu, Digne, Alcácer y Neymar. 6 debuts junto al cambio de posición de Arda y Masche, reubicación que notó en demasía el argentino. Un once que poco se conocía entre ellos, y una vez empezó el balón a rodar, tampoco se reconocía. Idiomas distintos con y sin balón. Por su parte, Pellegrino dejó a Deyverson como único punta, manteniendo sus dos líneas de 5 y 4 hombres bien juntas, sin agresividad en el robo fuera de las zonas entre ambas, obligando a proponer a los locales.

El arranque fue el habitual, ritmo bajo y paciencia con el balón. La ofensiva basculaba sobre Neymar, retrasando su posición buscando cualquier tipo de recepción para conducir batiendo líneas. Dos acciones de Digne y Denis, sumando profundidad en ese sector, fueron de lo poco destacable del primer cuarto de hora. Porque el Barça tenía problemas no solo para crear sino para circular el balón con cierta velocidad y ambos laterales, encargados de ocupar las bandas, recibían siempre con uno o dos oponentes en su zona. El Alavés mantuvo su anchura defensiva.

Esto obligaba a tomar riesgos buscando pases verticales entre líneas, donde el receptor lo hacía siempre de espaldas a la portería rival. Para salir vivo de esta acción se requería la máxima finura en el pase y en el toque, algo que no apareció en toda la noche. Como consecuencia, los vitorianos recuperaban de cara, con espacio, y con múltiples vías de salida. Cuando debían arrancar el ataque desde área propia, el balón largo sobre zona central o costado izquierdo culé era siempre ganador, bien mediante el receptor o segunda jugada. Al Alavés no le costaba pisar campo culé.

Viendo los problemas en transición defensiva Lucho optó por ubicar a Busi junto a los centrales en el ataque, cayendo el de Badía al costado derecho de esa línea de tres. Tanto Rakitic como Denis debían cerrarse en zona central, pero no fue así. Si la puerta ya estaba entreabierta, ahora pasó a estarlo de par en par. Aunque no fue en una acción de contra cómo los de Pellegrino se adelantaron en el marcador, ni mucho menos. Kiko Femenía salió vivo de un dos contra uno pegado a la cal, tras un saque de banda cerca del córner local. Centro al borde del área pequeña y Deyverson ganó la partida a un Mascherano alejado del nivel de la pasada temporada. De la incomodidad y obligada paciencia se pasó al run run de las noches raras.

Nada más iniciarse la segunda parte, un remate de cabeza de Mathieu parecía que enderezaba el camino tortuoso. Dinámica positiva, los bichos en el banquillo y 40 minutos por delante. Arda agarró el ataque culé. Desde el costado derecho, bien pegado a la cal, lograba ventajas sobre Theo. Era a través de centros, sí, y el Alavés tenía superioridad numérica, pero era la zona por donde el Barça podía remontar el partido.

Llegaba el momento del arrebato, la entrada de Leo e Iniesta, el punto de inflexión. Pero no fue así. Leo se ubicó en la mediapunta tras Alcácer, costado derecho para Arda-Vidal, Ney en la izquierda cerca de Iniesta… Aquello no funcionaba. Y en estas un error calamitoso de Masche en el despeje y la actitud pasiva de Aleix ante un balón dividido permitían a Ibai volver a adelantar a los vascos en otra noche gloriosa en el Camp Nou.

A partir de este momento llegó, lo que a mi juicio, fue lo más preocupante de la noche. El equipo no supo reaccionar a este segundo traspiés, quedando 25 minutos de juego. Y no solo fue esa falta de reacción sino que todos acabaron difuminados sobre el césped. Entró Suárez por Alcácer pero tampoco supuso ningún tipo de solución, ningún camino sobre el que edificar y crear ocasiones. Inspiración de Leo y a rezar.

Tres puntos perdidos en casa. Ni hipotecan el futuro ni los posibles títulos, faltaría más. La temporada acaba de arrancar. Pero sí nos vuelve a dar información sobre los defectos perennes que tiene este Barça y la dependencia de las actuaciones individuales de algunos de sus jugadores para taparlas. Piqué en la línea defensiva, Leo en la creación y Suárez en la definición. Pero vamos, tampoco seamos tremendistas, que con estos mismos defectos y virtudes se han ganado muchos títulos los dos últimos años.

LAS NOTAS

CILLESSEN (5): Sin intervenciones de mérito. Poco pudo hacer en ambos goles

ALEIX (3): Esos detalles de falta de contundencia y concentración se suma a su deficiente lectura de juego. Mucho tiene que crecer para toserle a Sergi Roberto

MASCHERANO (3): Errores infantiles e inseguridad como central derecho. No serlo de cuna y perder su zona habitual, la izquierda, le afecta gravemente.

MATHIEU (5): Anotó el único gol y creó peligro por alto. Sus peores actuaciones de central suelen ser junto a Masche.

DIGNE (5): El más entonado de la línea defensiva. De los únicos relativamente acertados en la asociación aunque poco productivo.

RAKITIC (4): Partido transparente del croata. Sin espacio que cabalgar y sin Leo a su vera pierde referencias.

BUSQUETS (3): Mal partido del de Badía. No domino su zona por alto, viéndose superado siempre. En circulación de balón no sumó.

DENIS (4): Un poco junto a Ney en el arranque y luego diluido por el brasileño, que le dejó sin espacio. Otro que hasta ahora, cuando mejor ha rendido es con Leo en el campo.

ARDA (6): A su manera, el turco fue el mejor culé en el campo cuando se pegó a banda. El problema es que por sus características, lo que produce acaba por reflejarse de una manera tenue en el juego del equipo.

ALCÁCER (4): Intuyo que Lucho le indicó que su función era fijar la zona central porque un tipo móvil como él nunca buscó ruptura diagonal, cosa que interpreta muy bien.

NEYMAR (4): Su primer partido, miraba a alrededor y no entendía nada. Se excedió en el regate, abusó de la retención del balón, pero es que miraba a su alrededor y no entendía nada.

LEO (5): Lo intentó el argento desde zona central y derecha, conducción y asociación, pero la chispa no prendió.

INIESTA (5): En 20 minutos y con 4 acciones sumó más que muchos otros. Ante rivales encerrados resulta imprescindible.

SUÁREZ (5): No la cazó, que era para lo que entró.