Cuando aquel aro de La Fonteta escupió el triple de Renfroe que acababa con la temporada del Barça el culé sintió una mezcla de desilusión y alivio. Desilusión porque a pesar de no haber dado nada a su gente el aficionado blaugrana ha seguido con el equipo en un ejercicio de amor y heroicidad que merece la pena subrayar. Alivio porque al fin terminaba una temporada que bien podría calificarse con algún exabrupto. A partir de aquí algunos guardamos luto tras un año agotador y otros pidieron reacciones inmediatas. Éstas sí se hicieron esperar, sustituyendo a Bartzokas por Sito Alonso, incorporando a Heurtel y confirmando las bajas que todo el mundo apuntaba, excepción de Eriksson más por el modo que por el fondo.

En cualquier caso pasan los días, el resto de equipos se mueven y el seguidor culé se pone nervioso porque necesita un “chute” de ilusión. Sonaría lógico pensar que tras la peor temporada de la historia reciente del club desde el mismo hubiera una reacción a todos los niveles, con cambios en el staff (han llegado), en los despachos (parcialmente) y con un par de fichajes ilusionantes que hagan afrontar la temporada desde otra óptica. Ahora mismo hay miedo. Miedo a meterse en Twitter y leer que Shane Larkin ha llegado a un acuerdo con otro club. Miedo a que el club haga la locura de pagar 1 millón de euros por Oriola cuando en un año acaba contrato. Miedo a que los aleros más apetecibles del mercado vayan cayendo como pasó con Timma y ahora Honeycutt. Miedo a que se gaste alguna plaza extra en algún jugador que no aporte un verdadero salto de calidad como Aaron Jackson. Miedo a que Teodosic anuncie que se va a la NBA y provoque un efecto dominó donde lo normal es que Larkin o Wanamaker acaben en Moscú. Miedo a que Melli elija destino, especialmente si fuera el Real Madrid. Miedo a que ninguno de esos fichajes que parecían ir de la mano de Bartzokas se haga (Jovic, Singleton o Darius Miller). En definitiva, miedo a que no cambie nada o casi nada.

“El mercado marca las pautas. Me gustaría tener tres jugadores que puedan jugar en la posición de base, pero no hace falta que sean directores puros. El basket exige tener jugadores capaces de asumir un rol diferente dentro del mismo partido. Esto marca la diferencia para jugar mejor o peor. Quiero dos o tres escoltas. En la posición de tres tenemos que esperar la recuperación de Víctor Claver. Debemos tener dos o tres aleros, porque uno de los cuatros también debe poder ocupar esta posición. Los jugadores tienen que poder jugar en la posición siguiente o en la anterior, como un combo. Dentro espero tener tres cincos. En total, unos 14 jugadores. Tenemos jugadores en recuperación y queremos que lo hagan bien y que completen el proceso tranquilos”. Estas declaraciones de Sito Alonso traducidas por Gigantes del Basket del diario Ara son un buen punto de partida para saber hacia dónde puede ir la dirección deportiva, así que vayamos más allá de lo que dicen sus palabras:

– Base: “Me gustaría tener tres jugadores que puedan jugar en la posición de base, pero no hace falta que sean directores puros”. En todas sus intervenciones desde que es entrenador del Barça Sito Alonso ha repetido insistentemente la palabra polivalencia, es decir, quiere jugadores que puedan jugar en varios puestos y desempeñar diferentes roles. Desde fuera parece claro que de un modo u otro quieren a Rice fuera, así que la duda es si acompañarán a Heurtel uno o dos bases. Es lógico que el objetivo número 1 sea Larkin porque ha demostrado ser un líder en Baskonia, Sito le conoce y se ha adaptado de maravilla a Europa. Todo lo que no sea Larkin sonará a poco, y si en su lugar aterriza un Aaron Jackson las expectativas se reducirán y entonces fichar otro “1” sería aconsejable. Y es que ese tercer hombre que pueda jugar de base podría ser Ribas o Koponen, pero hay tantas dudas en el “2” que no dejarlos a tiempo completo ahí parece una temeridad. Una duda que asalta a los culés cuando leemos que el Barça ha realizado dos ofertas por Jackson es si es se piensa en él como sustituto del deseado Larkin o como complemento.

– Escolta: “Quiero dos o tres escoltas”. O sea, dos y medio, la suma de Koponen, Ribas y Navarro, sin olvidarnos de Heurtel y la posibilidad de jugar muchos minutos con dos bases. La gestión del “2” pasa por la fe que se le tenga a ellos. La temporada de Koponen ha dejado algo frío, pero no sólo no queda más remedio que confiar en él sino que es previsible que en un mejor contexto su rendimiento se incremente. Con Ribas existe la incógnita de su recuperación física, pero es un jugador de fácil encaje al que Sito conoce a la perfección, cero dudas con él como jugador de rotación si su cuerpo responde. Y Navarro, del que Sito habló maravillas en su presentación, no sabemos si porque realmente piensa que puede ser importante o porque asume que no tiene más remedio que “comérselo” y así llevarlo de la mejor manera posible. Me inclino por lo segundo. ¿Puede haber fichaje en el “2”? En la planificación primigenia de esta temporada dudo que se contemple. Es más, de haberse planificado un fichaje en esta posición posiblemente se hubiera pujado por Causeur, que como relevo de Oleson encajaba a la perfección. Si los planes en el “1” no cuajan puede que busquen ese referente exterior en el puesto de escolta y no el base, claro que encontrar un “2” top es todavía más difícil que un “1”. Es decir, puedo imaginar un escenario donde si falla Larkin se piense en Jovic para dirigir y se busquen puntos en el escolta para compensar la falta de tiro del serbio.

– Alero: “En la posición de tres tenemos que esperar la recuperación de Víctor Claver. Debemos tener dos o tres aleros, porque uno de los cuatros también debe poder ocupar esta posición”. Más claro agua. Se va a fichar un alero de gran nivel (Darius Miller parece ahora la opción), Kurucs pasará a tener un papel relevante desde el comienzo y ese “3-4” se llama Claver. A priori parece una apuesta lógica para que Kurucs tenga minutos y pueda tirar la puerta abajo, más cuando Claver no estará recuperado hasta octubre-noviembre. Con el valenciano haciendo las veces de alero físico el fichaje de Darius Miller cobra todo el sentido, pues hablamos de un “3” de marcado carácter ofensivo. Al respecto del alero no se puede dejar pasar la cuestión Eriksson. La rescisión de su contrato obedece a una falta de fe perfectamente comprensible por parte del club. Va camino de los 24 años, arrastra dos graves lesiones y su juego no ha evolucionado casi nada más allá de su muñeca (tampoco le han ayudado demasiado). Lo que no se entiende es regalar a un jugador con buen cartel en ACB que además es cupo. En cualquier caso tomar esta decisión evidencia que algunas cosas las tienen meridianamente claras. Precisamente el soltar tan fácil al sueco y así como la lesión de Claver abren una pequeña rendija para el fichaje de un segundo alero, pero teniendo que gastar tanto parece ciertamente inasumible.

– Ala-Pívot: Las palabras de Sito Alonso sobre Claver como “3” invitan a pensar que también existe la idea de fichar un “4”, pues con el internacional español primero lesionado y luego jugando asiduamente como alero Vezenkov no es que esté solísimo, es que todavía está por ver que pueda asumir un rol tan importante. Hay que ver que piensan técnico y club sobre el potencial del búlgaro, pero esta posición de la cancha hay que auxiliarla de algún modo, bien con un ala-pívot puro o con un “4-5”. Melli y Singleton encajarían a la perfección. El italiano como ese “4-5” que aporte rebote, cemento y tiro a la pintura blaugrana, y Singleton más un “5-4” que amenace constantemente el aro rival desde cualquier situación. El primero tiene toda la pinta de acabar en Fenerbahce, mientras que el americano podría regresar a USA o aceptar el supuesto ofertón de CSKA. En cualquier caso encarar aquí un gran fichaje dependerá de la fe en Vezenkov, pero si se le tiene igualmente se hace necesaria una incorporación que pueda jugar de “4”.

– Pívot: “Dentro espero tener tres cincos”. En el “5” hay una certeza y mil dudas. Sito ya ha dicho que le gusta Tomic y que va a seguir. Le resta un año de contrato y no tendría ningún sentido cortarle siendo un jugador tan aprovechable, con casi total seguridad el mayor activo del equipo, ese por el que más equipos se pegarían si saliese al mercado (junto a Koponen). El nuevo técnico habla de potenciarle y ayudarle con sus defectos. ¿Cómo lo hará? Claro que un buen trabajo colectivo y solidario ayudará, pero debe estar mejor acompañado que en las temporadas pasadas. Se ha hablado muy tímidamente hasta ahora de un pívot físico que complemente a Tomic, pero Dunston y Tyus (dos de los que sonaron) ya se han comprometido con Efes y Maccabi, respectivamente. Esa figura está en plantilla en la figura de Diagne, que se dejó la vida en su vuelta al Palau pero que presenta grandes dudas actualmente. En otras palabras, está muy verde. Pero, ¿realmente se busca este rol? El nombre que empieza a sonar con más fuerza en las últimas semanas es el de Pierre Oriola, que nada tiene que ver con los arriba mencionados. Su condición de cupo y su crecimiento son un aval innegable, pero el coste de la operación parece prohibitivo. ¿Se buscan uno o dos “5”? ¿Qué perfiles reclama Sito? Según sus propias palabras busca polivalencia, gente que pueda jugar en varias posiciones, y en el pívot no hay nadie capaz de hacer eso, algo de lo que se quejaba amargamente Bartzokas.

Hasta ahora el culé tiene poco a lo que agarrarse. Sólo el fichaje de Heurtel a quien le agrade (valoración que ha de hacerse cuando se vea quién le acompaña) y la clarividencia de Sito Alonso al hablar. El madrileño podrá gustar más o menos, podrá triunfar o no, pero el diagnóstico que ha hecho de la situación se acerca bastante a la realidad, y haberlo hecho desde fuera seguro que ha ayudado a la hora de atinar. Sin hacerlo explícito pero evidenciándolo ha subrayado la razón por la que Bartzokas no podía seguir de ningún modo, y es que el Barça es un equipo mentalmente destruido cuya recuperación con el griego al mando era imposible. Ha sido demasiado duro el año como para no dejar graves secuelas (entrenador, estrella y director deportivo han caído). Por eso se agradecen las intervenciones de Sito Alonso, y a buen seguro que este don para la palabra ayudará para crear un grupo fuerte.

¿Hay motivos para estar preocupados? Sí, porque en los últimos años se ha acertado entre poco y nada y ahora hay que reconstruir en muy poco tiempo y con una competencia feroz, pero no queda más remedio que tener algo de fe en Nacho Rodríguez y Llaneza. Y también un poquito de paciencia. Cabe recordar que Rice (el último golpe de efecto) se anunció oficialmente un 26 de julio, que el mercado americano se mueve ahora y provocará una cascada de movimientos y que el nuevo ejercicio económico del club se abre ahora, por lo que era previsible que hasta julio no hubiera movimientos relevantes. El Barça está tan mal que su recuperación no va a poder ser en un año, se necesita tiempo, pero que al menos las decisiones que se vayan tomando tengan un sentido, que permitan anticiparse. Planificación.