Un Barça con pocas certezas

Los días pasan y el Barça parece no avanzar. Mientras esperamos con ilusión el fin de un nuevo parón de selecciones, uno se pregunta si los pedacitos de ideas comunes que Ernesto Valverde presenta en cada contienda blaugrana serán suficientes a medida que avancen los meses. Si la idea del conjunto se bastará cuando los rivales más complicados se presenten en el Camp Nou. Puede que algún día falle. Y, entonces, los jugadores deberán responder. Porque, a día de hoy, el Barça tiene claras dos cosas: que sus victorias las firman Valverde y Messi, y que sigue desprendiendo ese aroma de ausencia de calidad en la plantilla.

Hasta ahora, cuando no ha sido Leo, ha sido la pizarra de Ernesto. Mientras que la temporada pasada, con un Barça huérfano de un sostén táctico suficiente, el segundo a bordo era Neymar, esta vez el técnico es el que ha cogido el mando en aquellas citas en las que el argentino no ha podido dictar sentencia. Una noticia que, de momento, se antoja positiva, pero que está condenada, a priori, a que llegue el día que, como mínimo, el técnico rival firme el empate con Ernesto y eso dejará, como tantas veces los últimos años, a Leo solo. O eso es lo que hasta ahora nos ha parecido ver en el terreno de juego. Porque ya no solo es que el Barça esté mermado por carecer de jugadores que puedan dar un punto más de agilidad a la circulación, o que sin Dembélé se haya perdido tanto regate, sino que piezas con las que Ernesto debería contar como certezas están tardando en arrancar. Demasiado.

Por un lado, Luis Suárez, que si ya su última campaña nos hizo fruncir el ceño no parece que esta haya empezado con otra cara. El uruguayo, lejos de su habitual olfato goleador y errático en cada contacto con el balón, no puede permitirse mantener esta versión, no más que una sombra de sí mimso, prolongada en el tiempo. Y el Barça menos. Porque cuando Leo no pueda responder al empate técnico, al que se espera es a Suárez.

Por otro lado, Gerard Piqué. Sabido es que ya es habitual que el catalán tarde en coger ritmo, y con Umtiti parece que las consecuencias no han sido tan dramáticas como en otras ocasiones, pero Valverde necesita que el central sea el que las últimas temporadas cogió el mando de la zaga. Porque Piqué también es uno de esos elegidos a los que recurrir cuando la pizarra no pueda con el rival.

A principios de octubre, la plantilla del Barça es la que es. Que era mejorable en el mercado es tan cierto como que hasta el último día técnico y jugadores pidieron unos fichajes que no llegaron. Sin embargo, con un técnico probado válido y con recursos, sumado a Leo Messi, al Barça solo le falta que el resto de lo que un día fueron certezas demuestren seguir siéndolo. De hacerlo, técnico y jugadores parecen capaces de sacar el máximo rendimiento de esta plantilla. Aunque está por ver que, incluso así, sea suficiente.