El Barça de Valverde parece haber tomado la firme decisión de acompañar su proceso de crecimiento con unos resultados prácticamente inmejorables. Los culés, aún lejos del nivel de juego que todos esperamos, están cosechando victoria tras victoria en las tres competiciones, y mucha culpa de ello (Messi mediante) la tiene la mejora defensiva del equipo. Apenas cuatro tantos ha encajado el Fútbol Club Barcelona en los quince encuentro que ha disputado hasta el momento entre liga, copa y champions.

A primera vista, es fácil poner los ojos sobre Marc André Ter Stegen y Samuel Umtiti. El alemán y el francés están comenzando la temporada a un nivel que parece colocarlos ya en la alta aristocracia del fútbol mundial. El portero ha comenzado su segundo año como número uno de la portería blaugrana con un paso adelante en sus prestaciones. Ha mantenido sus virtudes y ha corregido alguno de los defectos que se le achacaban la temporada pasada; Domina mejor su primer palo y parece haber adelantado un par de metros su posición en el campo, algo que, sorprendentemente, le costaba al valiente portero de Monchengladbach.

Si Ter Stegen ha dado un paso adelante, ¿Qué decimos de lo que está haciendo Umtiti? El central, que ya venía rindiendo a un buen nivel, ha comenzado la temporada devorando a un Gerard Piqué al que, nuevamente, le está costando arrancar. Sólido, contundente, rápido… el francés ha aterrizado de lleno en la lista de mejores centrales del continente.

La última actuación liguera de los culés, la del nuevo San Mamés. Invitaría a pensar en Ter Stegen y Umtiti como principales responsables de la mejora defensiva del Barça, pero repasando el global de lo que va de temporada podemos encontrar varias causas que la justifican:

Aunque el sistema defensivo de Valverde puede asemejarse al último de Luis Enrique, el 4-4-2 del Txingurri tiene algunas novedades.

La primera, y más importante, la altura. El Barça ha recuperado, en parte, la presión tras pérdida que tantos éxitos ha cosechado en el Camp Nou. Busquets ha podido defender arriba en muchas ocasiones, lo que convierte al de Badía en una de las mejores armas de los azulgrana. Cuando el equipo ataca junto y se ordena a través de la pelota, gracias al propio Sergio e Iniesta, Busquets está siempre cerca de la pérdida, lo que le permite saltar y defenderla como a él le gusta, hacia adelante. En cambio, cuando es el equipo rival el que comienza a juntar pases, Busquets no domina su espalda y sufre, como se vio en el gol recibido en el Wanda Metropolitano.

Además, el engranaje defensivo blaugrana se percibe más sólido que aquel de Lucho, donde (recordando Paris o Turin) el rival recibía a espaldas de la medular culé con excesiva facilidad. A todo esto hay que sumarle el buen nivel competidor que ha demostrado Mascherano en las ocasiones que le ha tocado jugar, o el retorno de Jordi Alba a su nivel habitual, tras el ostracismo que le terminó causando el 3-4-3 del final de la temporada anterior.

Con todos estos condicionantes, y avalándonos en los datos facilitados por @FutbolAvanzado, vemos que el Barça de Valverde ha mejorado sus prestaciones con respecto a la última campaña. Pese a que recibe, de media, prácticamente los mismos disparos por partido, solamente uno de cada cuatro acaban entre los tres palos, mientras que la temporada anterior la mitad de los chuts rivales iban a portería.

Otra mejora sustancial es el rendimiento de la línea defensiva a la hora de bloquear los disparos de los adversarios, algo de lo que se habló mucho tras la actuación de Piqué en la Supercopa de España. Actualmente, la zaga culé ocupa los puestos altos de la tabla en este aspecto, llegando a bloquear, prácticamente, un cuarto de los disparos rivales. Las estadísticas se completan con los abrumadores dígitos de Ter Stegen, capaz de detener el 89% de los balones que van a puerta.

Valverde espera la llegada de su Barça mientras gana. Y es lógico. Si desde hace años sabemos que tener a Messi equivale a comenzar los partidos con un uno en su marcador, el Barça del Txingurri parece haber cerrado el cero en el casillero rival.

Esta faceta no debe pasar desapercibida en el Barça con menos desequilibrio de los últimos tiempos. Sin Neymar, con Dembélé KO y con Luis Suárez con la pólvora mojada, solo Leo está siendo capaz de abrir defensas y resultados, por lo que cada vez parece más necesario que este Barça mantenga el buen nivel defensivo de este primer tramo de la temporada.