Nada volverá a ser como antes

En los hospitales se cena muy temprano. No eran ni siquiera las ocho, pero la “mesa” ya estaba puesta. Puré de zanahoria y una especie de tortilla de patata serían el menú de aquella noche. Mientras tanto, ojeo twitter en el móvil esperando comprobar que, por una vez, he acertado la porra de Rondo. Hoy tampoco. De hecho, nadie la iba a acertar, porque no jugaba Leo. Pienso entonces que el partido va a ser diferente, claro. Es un pensamiento de culpa, porque en lo más hondo de mi corazón, el encuentro del Barça ha dejado de importarme un poquito menos simplemente porque no juega Messi. Pienso entonces que nada volverá a ser como antes cuando Leo ya no esté.

Todos hemos visto fútbol antes de Messi, y lo seguiremos haciendo cuando el argentino ya no esté, pero la cosa habrá cambiado para siempre. Ahora conocemos la excelencia, conocemos el placer que supone ver al 10 coger cada balón con sensación de apatía en la zona de tres cuartos y amamos profundamente la suerte de compartir equipo con él.

Cierto es que, semana tras semana, tiramos horas de nuestro ocupado tiempo en visionar partidos en los que no está Leo, pero es diferente. Al fin y al cabo, sabes que el domingo volverás a verlo caminar sobre el campo con gesto de aparente desgana, para diez segundos después estar gritando el 1-0.

En la semana en la que Leo ha recibido su cuarta bota de oro, la liga difundía en sus redes sociales un vídeo con los 37 tantos que le habían otorgado el trofeo al rosarino. En los escasos cuatro minutos que duraba el corto, el vídeo muestra una serie de obras de arte que, para la inmensa mayoría de la élite mundial, serían un dignísimo resumen de sus carreras deportivas. Sin embargo, nosotros, embriagados durante años con las actuaciones del argentino, hemos adoptado como rutinario lo que para el resto sería extraordinario.

Los culés gozaremos, al menos, de 4 temporadas más del mejor jugador de todos los tiempos. Disfrutemos, porque serán tiempos que no volverán. El club seguirá ganando (o no), pero su panorama habrá cambiado para siempre. Un buen amigo de esta casa, Don Jose Mourinho, dijo en su día que “cuando Leo Messi se retire, el mapa del fútbol mundial habrá cambiado para siempre”. Desde su debut, nadie ha ganado más ligas, más champions ni más copas. Nadie ha marcado más goles, roto más esquemas ni desarbolado más defensas. Y probablemente nadie lo haga jamás. Durante años, Messi nos ha tenido engañados. Nos ha hecho creer que ganar era lo normal, lo cotidiano. Que es lógico superar dos líneas con un pase, gambetear a tres defensas o ponerla siempre pegada al palo.

Pero Leo, como ET, un día se irá. Y no habrá otro que ocupe su lugar, el fútbol habrá cambiado para siempre. Hasta entonces, es misión del aficionado al fútbol, y del culé en especial, disfrutar de cada partido que nos regale el fútbol del mejor jugador de la historia de este deporte.