Vuelve la Copa del Rey al Camp Nou, y lo hace en su más pura esencia de los últimos años: la desidia.

Una competición, preciosa en otras culturas, pero que el fútbol español está convencido de querer autodestruir. Estadios vacíos, minutos de la basura y partidos sin competitividad son el resultado de un sistema caduco que nadie parece interesado en cambiar.

La Copa, al fin y al cabo, se ha convertido en un producto solo válido para su ganador final, el trofeo más “sencillo” de conseguir para salvar una mala temporada o redondear una gloriosa.

Pese a todo, y como el fútbol todo lo puede, la Copa del Rey siempre deja sus buenos momentos. Año tras año, el mes de enero nos trae consigo un buen apretón copero con eliminatorias entre los más grandes de la liga, para después olvidarse de ella durante otros cuatro meses y celebrar una “fiesta del fútbol español” que no hace más que ejemplificar, perfectamente, todas las carencias del mismo.

Pero qué vamos a decir nosotros de la Copa, si somos los reyes. El Fútbol Club Barcelona lleva años demostrando ser el equipo que más cuida la competición, con excelentes resultados. Las últimas tres temporadas han terminado de la misma forma, con el Barça de Luis Enrique levantando la Copa en mayo.

Si hace tres años fue el Camp Nou quien tuvo el honor de ver a Leo Messi reinventándose una vez más ante aquel marcaje que su hoy entrenador, Ernesto Valverde, le propuso a Balenziaga, las dos últimas campañas ha sido el Vicente Calderón quien ha visto campeonar a los culés. Sería bonito, cuanto menos, inaugurar el Wanda Metropolitano (todo parece indicar que allí se disputará la final) con el cuarto entorchado consecutivo para los azulgrana.

Pasando entonces al plano deportivo, debemos plantearnos lo que debe suponer la Copa para este primer Barça de Valverde. Una vez superado al dignísimo Real Murcia, que hizo un gran papel en la Nueva Condomina, el Barça se encontrará en plena cuesta de enero con los rivales más fuertes de la competición. ¿Cómo debe encararla? ¿Debe la copa ser un objetivo prioritario? Al fin y al cabo, es el camino más recto hacia la consecución de un título, pensará el Txinguri.

Personalmente, si se me permite la opinión, creo que ha llegado la hora de utilizar la copa como recurso para activar la plantilla. Si bien es cierto que ante un hipotético cruce con el Real Madrid, el Atlético, Valencia etc, nos encontraríamos con un XI bastante cercano al titular, pienso que sería un buen momento para mantener activas piezas necesarias para el desarrollo de la temporada dentro de la plantilla; Véase Alcácer, Denis Suárez, André Gomes, Mascherano…

Estas piezas, activadas y en sintonía con el equipo, deben suponer un plus para la competitividad de una plantilla que, hoy por hoy, sigue pareciendo escasa en cuanto a recursos se refiere. La mayor plusvalía que puede dejar esta copa en Can Barça sería la de aportar jugadores útiles a la rotación de Valverde.

Por otro lado, desgastar siempre a los mismos titulares sería un riesgo demasiado elevado de caral resto de competiciones. Un riesgo que, además, no garantizaría que el título terminara en las vitrinas del club, ya que, no en vano, por mera estadística, es complicado pensar que el Barça pueda retener el título por cuarta vez consecutiva. En torneos cortos es difícil no tener un mal día una vez, imaginad lo complicado que suena no tenerlo durante cuatro temporadas.

No sabemos cómo afrontará Valverde su primera Copa del Rey al frente del banquillo culé, pero si nos gustaría saber cómo la afrontaríais vosotros. La pregunta está lanzada: ¿Debe el Barça lanzarse a por la Copa?