Cuando llegue Piqué y Umtiti siga ahí

Siempre había sido Piqué. Desde la marcha de Guardiola, la pérdida paulatina de un sistema defensivo colectivo derivó en un aumento exponencial de la dependencia culé en el rendimiento del central catalán. El sistema era Gerard, pues si cuando su ausencia ya hacía temblar la portería propia, sus momentos de baja forma evidenciaban, todavía más si cabía, que sin él nada era lo mismo. Lo que Messi era en ataque, Piqué lo era en defensa. Sin embargo, en 2016, todo empezó a cambiar.

Con el paso de los meses, Gerard vio en Umtiti esa figura en la que volcar responsabilidades. A lo que él no llegara, lo haría el francés, algo que desde hacía años llevaba haciendo, no sin una continua intermitencia, Javier Mascherano. El crecimiento del recién llegado en lo que a rendimiento individual se refiere no hacía más que confirmar que esa posibilidad, remota y en la  que tantas veces había fracasado el club desde el progresivo adiós de Puyol, se podía convertir en realidad. Pero un año no era suficiente. Y menos el que le tocó desembarcar en Barcelona. Umtiti estaba verde y el colectivo hacía aguas en todas las zonas del campo. El peso de Piqué todavía era demasiado significativo.

Entonces, llegó Valverde. El técnico dio recetas colectivas para complementar a lo individual pero su proyecto no se podía construir a corto plazo y necesitaba que Piqué siguiera siendo el que podía con todos y con todos. Pero no lo era. De hecho, todavía no lo es. Aunque destellos de su fútbol hacen pensar que, tarde o temprano, reaparecerá. Sin embargo, la relativa ausencia de la mejor individualidad defensiva del equipo supuso para Umtiti una posibilidad para demostrar que podía ser lo que en su primer año muchos habían imaginado lo que llegaría a ser. Y casi cuatro meses después del comienzo de la temporada, el francés sigue demostrando, partido a partido, que cuando Piqué esté en estado de espera, él podrá con lo que le pidan. Y, aunque las demandas defensivas del equipo hayan disminuido con respecto a las últimas campañas, Umtiti sigue teniendo mucho terreno que abarcar.

Que Umtiti haya alcanzado el nivel que actualmente se le otorga es tan buena noticia como palpable el hecho de que si el Barça quiere competir más allá de las fronteras de La Liga necesita a Gerard Piqué. Porque si con Piqué había llegado a bastar, y con Umtiti parece que también, con ambos y las aportaciones de la pizarra de Valverde permitirían al técnico poder, al fin, centrar sus esfuerzos en la construcción de un sistema ofensivo insuficiente, a día de hoy.