¿Por qué Edwin Jackson?

Empiezo a escribir este artículo sin saber si se va a cerrar su fichaje o no. Da igual, no cambia nada el contenido. Edwin Jackson no va a dar la vuelta a la situación porque no tiene tanto nivel como para hacerlo. En cada reto importante ha decepcionado y cuando podía dar un salto en Europa se fue a China, pero es comprensible su fichaje. Es el reconocimiento de una planificación errónea pero un fichaje ciertamente lógico.

Porque el Barça necesita sumar puntos en su roster, un jugador capaz de anotar y ayudar a Thomas Heurtel en la épica batalla que libra cada partido contra los rivales. Necesita un jugador que no haga aguas en defensa, que asuma responsabilidades, que suponga una amenaza real, que le quite el balón de las manos a Hanga, que cuando lo hace para generar lo más útil que pueden hacer sus compañeros es atacar el rebote ofensivo. El Barça requiere de cierta autosuficiencia, alguien que se vaya a los 10 puntos por partido.

¿Escolta o base? ¿Qué era más necesario? En el “1” a ratos está Heurtel y a ratos Ribas. En el “2” rara vez hay alguien. A buen seguro que habría que reforzar los dos puestos, pero encontrar algo útil en el mercado actualmente es complicado, así que Jackson es la salida más fácil porque conoce la Liga, el club y no es un desembolso grandioso. En cualquier caso los deberes no se hicieron, el suspenso casi está asegurado y ahora sólo queda maquillar el resultado y quién sabe si llegar al aprobado. No tiene pinta.

Entiendo el fichaje de Edwin Jackson porque Juan Carlos Navarro está haciendo una temporada por encima de las expectativas, pero no es sostenible. Porque con Pau Ribas jugando como base el equipo pierde tiro en favor de control y dirección. Porque la temporada de Koponen es absolutamente inaceptable.

El finés llegó como un gran fichaje al club, pero su primer percance sumado a la desastrosa andadura del equipo le libraron de mayores críticas. Rice se las llevó todas, dicho mal y rápido. Este año no había excusa. Iba a jugar siempre de escolta y tenía todas las papeletas para ser el Plan A en la posición, por lo que grandes responsabilidades recaían sobre su espalda. No sólo no ha cumplido las expectativas sino que las está rebajando por mucho.

El equipo no le está dando el mejor contexto para brillar, pero en su caso no es excusa porque Koponen era un jugador ciertamente autosuficiente. Ya no es que no sea un líder que haya asumido cierto liderazgo, es que ni siquiera está cumpliendo como jugador de rotación. Tampoco el desahogo de un especialista en el triple, pues ni encuentra los tiros y cuando lo hace tampoco está acertado de manera regular. Koponen no está ni para hacer el partido que Eriksson hizo en la Copa ante Unicaja hace casi un año (esto también lo escribo antes de hacer un buen partido en Estambul).

Con Edwin Jackson tendremos la duda de si con menos balón y menos tiros puede ser verdaderamente eficiente. No es lo mismo jugar en Estudiantes, donde promediaba más de 14 tiros por partido, que en el Barcelona, donde promedió poco más de 4. Entre medias en Unicaja tiraba 5 por encuentro. Si lograra la misma efectividad e impacto que en el conjunto estudiantil hablaríamos de un fichaje extraordinario, pero viendo su trayectoria y características es impensable algo así.
El Barça con Edwin Jackson puede aspirar a que el francés sume en cada choque y que pueda ganar algún partido, que no es poco viendo el panorama actual. En los meses que estuvo en el Palau Jackson demostró menos de lo que su potencial advertía. Un término medio entre aquella primera versión y la de Estudiantes ya la firmaría para el Barça actual, suficiente para ser el mejor escolta de la plantilla.