Este jueves comienza la Copa del Rey de Las Palmas, la opción más realista de ganar un título este año para el Barça Lassa. La lógica dice que el viernes Baskonia ganará a los culés y ahí se acabará cualquier opción de no acabar el año en blanco, pero si algo ha demostrado el Barça es que sí es capaz de hacer tres buenos partidos seguidos, aunque luego vengan seis desastrosos. La opción de jugársela a una carta es lo más viable.

El cambio de entrenador siempre supone un impulso en un equipo, y es algo que tiene que aprovechar el Barça para disimular los graves problemas que tiene como equipo. Pesic ha apuntado claramente el primero, la defensa. Cuando comenzó la temporada casi todos coincidimos en que el Barça tenía mimbres para ser un equipo poderoso en esta faceta, pero nada más lejos de la realidad. Ahora el entrenador serbio busca la manera de mejorarla, la única vía para competir.

Habrá a quien no le guste el estilo que propone Pesic, pero el equipo había llegado a un punto en el que había tocado techo ofensivamente pero con eso no bastaba. Así pues, el único modo de ser tomados en serio pasa por mejorar en la propia canasta aunque sea a costa de perder fluidez en la ajena. El Barça tiene que defender muy duro, ser contundentes y sí, afear los partidos. El Barça ha sido un equipo cómodo de atacar para los rivales, y eso no se lo pueden permitir los blaugranas.

Tienen que alinearse los astros para que el Barça pueda hacer tres buenos partidos y ganar el trofeo. Una notable mejora de la defensa es innegociable, pero individualmente tienen que darse algunas buenas actuaciones sin las cuales la proeza es imposible, especialmente tres, las de Heurtel, Hanga y Tomic.

Adaptando una famosa frase de Roosevelt y dicho desde un punto de vista cariñoso “Thomas Heurtel es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Te puede gustar más o menos, pero es el único jugador con desequilibrio para ganar un partido o ponerte en el camino de ganarlo. No se concibe una buena Copa del Barça sin un gran Heurtel.

Tres cuartos de lo mismo Ante Tomic, que puede desesperar y enamorar a partes iguales, pero el croata nunca ha renunciado a su responsabilidad y la ha asumido a pesar de salir “escaldado” en infinidad de ocasiones. Tomic sabe jugar mejor que bien a baloncesto, en lo suyo es decisivo y sigue siendo uno de los principales argumentos para soñar, así que añadiendo además la baja de Seraphin el de Dubrovnik otra vez será el referente interior.

El tercer hombre que ha de asomarse definitivamente es Adam Hanga. Hasta ahora ha sido tan irregular como el equipo (posiblemente por culpa del equipo), pero si Pesic consigue cambiar la cara a la defensa será el primer beneficiado, porque atrás no tendrá la obligación de llegar a demasiados sitios y podrá correr. En ataque ya será otra historia porque está por ver cómo se adaptará a una propuesta más pausada como la de Pesic. No tiene sentido pedirle al húngaro que lidere o gane partidos únicamente por su sueldo. En un equipo con cara y ojos y bien rodeado es la clase de jugador que te acerca a ganar competiciones.

Sin una gran actuación de los tres casi será imposible competir, pero además han de estar medianamente acompañados. Que Moerman recupere las sensaciones de comienzo de temporada. Que Oriola sea capaz de agitar cuando se le necesite. Que Sanders sea algo más que highlights. Que Ribas y Koponen estén acertados. Que Claver esté muy metido en defensa. Que Navarro esté en condiciones de desbloquear situaciones de colapso. Se necesita un poco un mix de todo para conseguir algo casi utópico.

Primer rival un Baskonia al que el Barça se ha enfrentado tres veces este año. Victoria ajustada en el Palau, derrota surrealista en Euroliga y paliza encajada en ACB. Cómo frenar a un inspirado Beaubois o reducir la superioridad de Shengelia (no flotarle estaría bien) parecen asuntos clave para dar la sorpresa y colarse en semis. Si se confirma la derrota lo que resta de temporada se ha de invertir en preparar el futuro, si no se está haciendo ya.