España se proclamó el pasado fin de semana campeona de Europa por primera vez. Un título que se le resistía a la selección de manera incluso curiosa, puesto que sí logró ganar dos mundiales ya en el siglo XXI y se había llegado a la final continental cuatro veces sin suerte. Los españoles jugaron muy bien casi todo el torneo, con creatividad táctica e intensidad, y derrotaron a la selección que llegaba como campeona europea, Alemania, que había derrotado a los Hispanos en la final del anterior Europeo, y a Francia, una de las mejores selecciones de todos los tiempos y campeona mundial.

Mención a parte mereció la final contra Suecia. La cosa pintaba mal, muy mal, al final de la primera parte. Más por sensaciones que por marcador, puesto que la diferencia era de 2 goles (14-12 para los escandinavos), pero España no encontraba la manera de hincarle el diente a la defensa sueca y tampoco acababan de maniatarlos en defensa. Algo importante debió decir el técnico español en el descanso, porque la segunda parte es para ser estudiada en las academias de balonmano; con un parcial salvaje de España de 17 a 9 y momentos de balonmano sublime, en particular desde la defensa, con Alex Dujshebaev adelantado en la defensa 5:1 y Aitor Ariño y David Balaguer recuperando balones y corriendo desde los extremos para lograr goles fáciles ante el extraordinario portero sueco Appelgren. Esos momentos de casi perfección recordaban a un partido del que se habló hace algunas semanas.

Mirando los jugadores que Ribera llevó al Europeo destaca la presencia de muchos jugadores y ex jugadores del Barcelona; en el que juegan Entrerríos, Ariño, Gonzalo, Rivera y Morros, pero que también fue el equipo de Sarmiento, Figueras, Sterbik, Gurbindo, Balaguer, Cañellas y el portero del PSG Corrales, canterano culé. Y eso que la ausencia más destacada en la convocatoria fue la de Víctor Tomás.

Tal nómina de jugadores habla mucho de la situación del balonmano español y de quién es su actor principal, un Barça Lassa que en breve estará en liza con un duelo importantísimo contra el Vardar en el Palau en el horizonte. Concretamente, el día 10 de febrero.

De los blaugrana en competición con la selección española, todos tuvieron grandes momentos; Morros fue el baluarte defensivo de siempre, y aún se hace más rara su marcha al PSG, Rivera fue el excelente extremo del Barcelona, Ariño tuvo una excelente participación defensiva y ofensiva y fue clave en la final, y Raúl Entrerríos deja sin palabras a propios y extraños; es un extraordinario jugador de balonmano y un central como hay pocos en el panorama europeo; no es un excelente tirador, pero dirige, asiste y penetra como nadie.

Gonzalo Pérez de Vargas fue la nota negativa; rindió a grandísimo nivel mientras estuvo sano, pero antes de las semifinales se lesionó levemente el ligamento de la rodilla y estará unas 3 semanas más de baja. Una noticia terrible para el Barcelona, que sufrirá seguramente su ausencia mucho más que la selección. Y una baja que se une a las de Andersson, Dolenec, Jallouz, N’Guessan y Lenne.