El Barcelonismo anda deprimido todavía. Quizá en Agosto nadie pensaba en una posible Champions, pero tal y como se estaba desarrollando la temporada y probblemente hasta este último parón de selecciones, a nadie le cabe la menor duda que el equipo apuntaba al triplete, al menos a competirlo. No tenemos la soberbia de decir que era un triplete claro nuestro, pero sí que estaríamos ahí.

Hoy ya no podemos decir lo mismo. El doblete, que no es mal botín, es el nuevo objetivo y cuanto antes miremos hacia delante, tanto para conseguirlo, como para empezar a definir qué será de este equipo a medio plazo, mejor.

Y en esa dicotomía estamos. Ernesto, del que yo creo que salvo hecatombe en los objetivos que nos quedan, liderará el proyecto del año que viene. Había dotado de la base “académica” a este equipo, quizá demasiado predecible, quizá demasiado “equipo” excepción hecha como siempre, del genio argentino.

Es evidente que ya no hay lugar a las manidas rotaciones que solicitábamos algunos hace ya varias semanas, ahora es el momento de cerrar la Liga y competir el sábado con el Sevilla la final de Copa. Esto a corto plazo, pero también es verdad que una vez pase esta semana y sigamos siendo líderes destacados, puede ser el momento de empezar a pensar en el año que viene. Donde piezas que quizá no han sido tan relevantes, empiecen a coger desde ya otro cariz.

La portería es evidente que seguirá siendo de uno de los mejores guardametas del mundo y quizá el mejor para el juego blaugrana. Incluso sería interesante que afianzásemos a Cillesen como segundo portero, sin duda una de las mejores noticias de temporada.

En la defensa debemos pensar si asentar esa pareja que parecía infranqueable allá por Navidades, o el francés finalmente decide hacer las maletas y debe ser sustituido. Los otros dos parecen evidentes con Vermalen y Mina, al que debemos intentar ver más de aquí a final de temporada, aunque solo sea para poder medirlo.

Los laterales tienen problemas distintos. En el derecho debemos decidir si subir a S. Roberto a la media y explotar definitivamente sus características especiales en dicho puesto. De ahí saldrá si Semedo necesita otro compañero o seguiremos igual. En el otro lado Digne parece la duda; ¿necesitamos un central que sustituya a Alba, uno de los damnificados tras el parón, o subimos un lateral del filial?

El centro del campo tiene que volver a ser preponderante en este equipo. Es su seña de identidad y donde tienen que estar las apuestas claras. Subir a Aleñá es evidente. Denis, Gomes, Paulinho o incluso el propio Rakitic que ha sostenido este invento estas semanas, ¿tienen hueco en el equipo el año que viene? Lo que es evidente es que se necesita calidad en esta línea, sobre todo si se confirma la salida de Iniesta. Es aquí donde tiene que venir la inversión este verano y quizá las salidas. Veremos.

Y arriba Suárez, si de entregar un chivo expiatorio se trata, sería la duda para el año que viene. Con la supuesta llegada de Griezz y la salida de Alcácer si de mantener al uruguayo se trata, se disiparía ese esfuerzo arriba. Dotando evidentemente de cada vez más protagonismo a Dembélé, hasta aquí los retoques a la plantilla.

A nadie se le escapa que tenemos una de las plantillas más flojas de los últimos años y esto debe cambiar si de volver a ser competitivos en Europa se trata. Dejemos otro año más a Ernesto y luego ya veremos si de volver a apostar por un entrenador de perfil alto se trata. Lo importante es volver a competir, pero sobre todo que el barcelonismo se reconozca en este equipo. De momento contamos con el mejor jugador de la historia de este deporte y eso, quieras o no, es bastante importante…