Ayer se confirmó lo que era un secreto a voces, Munir El Haddadi ha sido el escogido por Ernesto Valverde para complementar la delantera azulgrana en esta nueva temporada. El canterano ha pasado por delante de Paco Alcácer, que se ha marchado cedido al Borussia Dortmund después de dos temporadas en el club con un rendimiento irregular.

Munir El Haddadi salió a la palestra del fútbol profesional después de hacer una temporada para enmarcar con el Juvenil A del Barça, ganando la liga y la Youth League. Además, el madrileño fue protagonista en la final de la Liga de Campeones Juvenil marcando dos goles, uno des del centro del campo. El delantero demostró tener en esa zurda una calidad y un descaro impropios de un jugador de su edad y se colocó como uno de los canteranos llamados a ser importantes en el Barça del futuro. Le llegó la oportunidad y Luis Enrique le hizo un sitio en la primera plantilla para que se fogueara, nada más y nada menos, que al lado de la MSN.

Con un inicio fulgurante con dos goles en el Gamper y un gol en su debut como titular en La Liga, parecía que se confirmaba el nacimiento de un futbolista que daría mucho que hablar. Sin embargo, la falta de minutos de calidad y la presión de estar detrás de la MSN le lastraron, apagando la llama que le hizo aparecer en el futbol de élite. Una temporada que demostró que aún no era su momento y que le faltaba mucho por mejorar tanto físicamente como psicológicamente.

En 2016, la llegada, precisamente, de Paco Alcácer le cerraba las puertas en el primer equipo y Munir tuvo que salir en la dirección contraria al de Torrent. En Valencia cayó en un club en pleno cambio, un equipo sin un rumbo claro qué, necesitado de resultados, acabó relegando al delantero al banquillo. Un año perdido en Mestalla que parecía cortar las alas al de San Lorenzo del Escorial.

Todo cambió cuando el Alavés pidió su cesión al FC Barcelona. Al atacante se le abría la oportunidad de tener continuidad en un equipo de primera división para así poder dar un paso adelante y confirmar que podía ser un jugador de élite. Con 22 años, Munir cayó de pie en Mendizorroza. El contexto no era el óptimo como en Mestalla pero, ni el baile de entrenadores, ni las alteraciones en los sistemas que supusieron dichos cambios, hicieron tambalear su rendimiento. Munir nos enseñó que era un delantero mucho más maduro que lo que había demostrado en los últimos años. Interpretaba mucho mejor el espacio y suplía su mayor hándicap, la falta de físico, con una mejora sustancial en la utilización de su cuerpo. Con De Biasi, como punta único y jugando muy lejos de sus compañeros, se convirtió en el primer paso de la hoja ofensiva de ruta del conjunto vasco. Después, con Abelardo y al lado de Guidetti, Munir se vio más liberado y dio su mejor versión pudiendo explotar en mayor medida sus condiciones técnicas hasta convertirse en una de las revelaciones de la temporada.

Este verano, Munir volvía al Barça y debía pelearse por un sitio en la plantilla con el jugador que le hizo marchar, Paco Alcácer. Con el inicio de la gira de verano, las informaciones ya se tornaban del lado del madrileño. Munir parecía ser el elegido por Ernesto Valverde para quedarse en el primer equipo azulgrana, un hecho que se confirmó este martes con la marcha del delantero valenciano.

Ahora, tiene ante sí la mayor oportunidad de su carrera. Con varios jugadores de banda en plantilla, parece que su sitio será como sustituto de Suárez, sin duda, el lugar que más le beneficia. Veremos si éste Munir, más maduro, con más prestigio y con más recursos para rendir en el máximo nivel, explota y no sólo es capaz de ser una alternativa real en el esquema azulgrana, sino un jugador importante para Valverde.