Semedo, Valverde y las rotaciones

En jornadas precedentes al debut en la Champions y precedidas por el parón de selecciones dan pie, en varios casos, a las manidas y citadas rotaciones. Ni hay tiempo de recuperación ni la exigencia física del calendario del próximo mes de octubre toleran que los jugadores encaren todas las citas al 100% si no media un descanso.

Ernesto Valverde, sabedor de tal circunstancia, volvió a jugársela con Nelson Semedo como lateral titular en Anoeta, como bien hizo ante el Alavés en el debut liguero. En ambos casos, una mala primera parte individual y colectiva llevaron al lateral portugués al banquillo al descanso. 0-0 ante los vitorianos tras 45’ y derrota 1-0 ante los donostiarras ha sido el bagaje de resultados que ha sumado el Barcelona con la presencia de Semedo en el once. Sin él, 3-0 en el Camp Nou contra el glorioso y 0-2 ante los Txuri-urdin en Anoeta.

El bagaje es clarificador y en su caso puede ser hasta demoledor y definitivo. Hasta ahora el Barcelona 18-19 no ha funcionado con Nelson Semedo en el lugar de Sergi Roberto como lateral derecho. El de Reus se ha demostrado imprescindible desde esa posición en los planteamientos de Ernesto Valverde.

¿Puede el equipo permitirse a Semedo?

Planteados los hechos y los resultados convendría preguntarse dos cuestiones: ¿Tiene Nelson Semedo la calidad y el potencial suficiente para ser el lateral derecho de un Fútbol Club Barcelona que se exige cada año ganar todas las competiciones que disputa? ¿Puede Ernesto Valverde construir un equipo que tolere la presencia del lateral portugués e incluso potencie sus principales virtudes?

Ambas cuestiones dan pie a un análisis tanto individual del futbolista, un chico joven más rápido que una gacela que ha destacado más en su capacidad de corregir por piernas el desaguisado defensivo que no por su capacidad de aportar con su zancada en ataque excepto en circunstancias determinadas.

Por el otro lado, el equipo no ha jugado bien aún en lo que llevamos de temporada. Ni con Nelson ni sin él el Barcelona ha sido capaz de sumar minutos de buen nivel colectivo ni de apenas diversión en lo poco que se ha jugado en la presente temporada, lo que debería generar otra pregunta: ¿Es el mal juego colectivo lo que imposibilita las citadas rotaciones (la presencia en el once de jugadores como el citado lateral portugués, Lenglet, Arthur, Vidal, Malcom o Munir) o la falta de talento en el banquillo? En cualquier caso, es trabajo de Valverde el sacar provecho del potencial de este banco y el dotar de una mejor estructura colectiva al equipo.