Ousmane Dembélé: La crónica de un fracaso avisado

Ousmane Dembélé llegó al Fútbol Club Barcelona con 20 años recién cumplidos procedente del Borussia Dortmund en agosto de 2017 para sustituir, no exactamente pero fue el fichaje que llegó, a un tal Neymar Junior. El coste de la operación, según datos publicados por el club oficialmente cuando se presentó al futbolista, fue de 105 millones de euros más 40 millones en variables (algunos de ellos asequibles y de pago “seguro” y otros que resultarían realmente gustosos si se tuvieran que abonar) y en su momento, hasta la llegada de Coutinho, fue el fichaje más caro de la historia del club.

Todos estos datos, ya sabidos y conocidos por todo el mundo, daban pie a una decepción en el rendimiento de Ousmane Dembélé sobre el campo. Y si se valora únicamente en base al coste económico se puede entender el argumento de que no es tan bueno ni ha rendido acorde a su precio. Algo que, por cierto, ya se debía intuir y conocer en el club en el momento de llevar a cabo la operación. Cabe pensar que la secretaría técnica de una entidad como es el Fútbol Club Barcelona era consciente de los riesgos de la operación y lo fácil que dejaría la crítica a los detractores del francés.

Durante las últimas fechas, con Ousmane relegado a la suplencia por Arthur en búsqueda de un juego más posicional y asociativo, la crítica al fichaje y al propio jugador se ha disparado. Sin Dembélé el Barça juega mejor , se ha escrito y opinado reiteradas veces desde que Valverde tomó la decisión, parece ser irrevocable de cara a encuentros de alta enjundia, que tomó en Wembley.

Los resultados así han reflejado en buena parte este sentir, el Barça ha sido mejor y más próximo a la esencia del club, con el brasileño (al que no quisiera desde aquí achacar nada) y sin la titularidad del francés.

Además de los resultados deportivos, que existen a pesar del descalabro vs Betis y el ridículo no consumado en Vallecas, cabe añadir lo que a todas luces parece una filtración interesada desde el club a la prensa sobre la desordenada vida de Dembélé fuera de los terrenos de juego.

Una sospechosa gastroenteritis, un precio desorbitado, un juego aún por madurar y un equipo funcional sin el francés han determinado la decisión del club y del entorno, sacrificar a Ousmane Dembélé. No seré yo ni esta página la que vaya a justificar o condonar las excentricidades o malas decisiones extra deportivas que pueda o haya tomado el denostado sujeto, son de difícil justificación y en ningún caso pueden quedar impunes, pero si hace poco más de un año se consideró que era el jugador ideal a venir en lugar de Neymar se espera algo más de personalidad y coherencia que un puñado de errores por un chico de 21 años que apenas ha llegado a la élite. Básicamente, si estos son los argumentos lamento anunciar que el de Dembélé no será ni el primero ni el último en cometer estos errores, y en la élite lo recomendable, talento en mano, es gestionarlo, no dilapidarlo. Lamentablemente, en base a las interesadas filtraciones que han ido acompañadas de artículos de opinión durísimos contra la actitud del jugador, parece ser que se ha tomado ya una decisión.

Cuando encuentren a uno mejor, en mejor edad competitiva y a un mejor precio llámenme.