No cabe duda que Gerard es el blanco perfecto a la hora de atacar al Barça, sobre todo si de temas extra-deportivos se trata. Así ha sido y así será probablemente hasta que se retire el central azulgrana. Pero no hemos venido a hablar de algo que no sea su desempeño sobre el terreno de juego, lo demás se lo dejamos a otros expertos.

No me parece exagerado indicar que en los últimos años, cinco, quizá más, Piqué ha sido el mejor central del panorama internacional objetivamente hablando. No solo cara al estilo de juego azulgrana, termómetro que siempre se ha utilizado para hablar de según qué jugadores, sino desde un punto de vista total. El central más clarividente del fútbol mundial, el que mejor entiende el juego, tanto en defensa como en ataque.

No es solo que en el ámbito blaugrana, donde la salida limpia de balón se hace imperiosamente necesario y por tanto un buen pie desde del central de turno imprescindible. Ni que el espacio entre la línea defensiva y la portería suele ser medido en latifundios, con lo que la colocación y el uno contra uno contra delanteros velocísimos marca el día a día del jugador.

Si a esto le añadimos una querencia al área rival continuada por su continua búsqueda del gol rival, quizá por una costumbre ancestral en su fútbol de jugar al ataque, con una calidad más propia de un nueve que de un central, lo que le hace ser determinante cuando la urgencia de sumar efectivos en ataque acucia al juego blaugrana.

Pero no es todo eso, o mejor sería decir solo todo esto lo que hace de Gerard el mejor central de este equipo y probablemente de Europa. Existen una serie de factores intrínsecos al juego que el tres ejecuta a la perfección. Ordena la línea defensiva y eso en este equipo es también ordenar la primera línea de ataque. Cuando jugar en largo, con desplazamientos precisos, cuando hacer partícipe a los interiores para juntar líneas, cuando hacer entrar en juego al astro argentino cuando este baja al centro del campo a recibir. Cuando achicar líneas o saber jugársela con la estrella rival, aguantándole o metiendo la pierna según toque.

Lectura. Lectura del juego. Algo tan caro de encontrar y tan necesario en el fútbol actual plagado de músculo, de anticipación por sistema, de medirse físicamente con el rival en cada lance del juego, cuando quizá lo que toca es templar armas… por todo esto el central catalán es diferencial en el terreno de juego. Lo demás… lo demás, se lo dejamos a los otros «especialistas»…