Papá Noel en casa del Rey Mago

Esta noche, entre polvorones, turrones y villancicos, millones de niños echarán un vistazo disimulado por cualquier rincón de la casa susceptible de acoger la llegada del omnipresente Papá Noel. El viejo amigo de todo chaval que desea estrenar en navidades un nuevo patinete, las botas de su jugador favorito o, más recientemente, la última consola del mercado.

No sólo los pequeños le echan el ojo a nuevos juguetes en la nochebuena, también los mayores del lugar buscan con timidez un paquete con su nombre. En las oficinas de nuestro querido Barça no serán menos, ya que, echando la vista atrás, el club ha acudido al mercado invernal más de lo que podemos imaginar, con distinto resultado.

La ventana de enero siempre se ha considerado como una segunda oportunidad, ya fuera para enmendar problemas de planificación o sobrevivir a una situación de emergencia, como ha ocurrido en este 2018. Siempre ha sobrevolado la idea de que acudir al mercado de invierno significaba no haber hecho los deberes en julio y agosto.

El fichaje por antonomasia de esta época es el jugador que, sin brillar, aporta unas características muy personales de las que carecía la plantilla anterior. Ese hombre fue, sin duda, Edgar Davids. El carismático pitbull llegó en una situación limite para el primer Barça de Frank Rijkaard, con el proceso y final por todos conocido.

Pero no todo son alegrías cuando abres los regalos de Navidad. A veces, el gordito del traje rojo no termina por acertar con el envío. Maxi López, Romerito o Bogarde saben de lo que hablamos.

Contadas son las ocasiones en las que los, a priori, parches a mitad de temporada terminan por fidelizarse al club, hilando una relación que permanece en el tiempo. Gente de club, necesaria en una plantilla, básicos en un vestuario como el gran Pinto o las temporadas de los holandeses con Frank de Boer a la cabeza. A veces, el tiempo no tiene importancia, ya que en una «simple» jugada por la banda derecha te sirve para quedar en el recuerdo de los mejores regalos navideños, ¿eh, Afellay?

Por último, están esos regalos que, por una u otra razón, no terminan de llegar hasta finales de año. Esa prenda agotada en todos los sitios que tu madre guardaba con recelo para poder entregarte la noche más familiar del año. Así llegaron Arda Turan y Aleix Vidal tras la sanción de dos ventanas FIFA sin inscribir jugadores, aunque estos ya participaran del grupo desde el mes de agosto.

El mercado de invierno, al igual que el fútbol y los regalos de navidad, ha sufrido una evolución en los últimos años. Al igual que los niños de hoy no escriben en sus cartas balones, guantes ni camisetas de sus ídolos, para elegir la versión más reciente del Fornite, el poder económico y las nuevas reglas de la UEFA acerca de los fichajes a mitad de curso provocarán que cada día veamos más aterrizajes como el de Coutinho en Can Barça, aunque este aún no pudo disfrutar de la norma.

Bartomeu y compañía ya han escrito su carta a un Papá Noel disfrazado de central colombiano, pese a que en los deseos navideños de muchos culés, que no sean ellos los encargados de redactarla el año próximo año están muy arriba en la lista.

El tiempo dirá en qué lugar del artículo se podrá colocar a Murillo dentro de un par de años, con la ventaja de que el Fútbol Club Barcelona es el único club que cuenta con su propio Rey Mago como capitán del equipo.